KERENYI: Origen de la Mitología

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Hola, buenas noches a todos y todas. Es un placer volver a estar con Uds, no como miembro del Comité de Formación, sino como docente del grupo. No había tenido oportunidad de tener contacto directo el año pasado, sino hasta nuestro encuentro del 2 y 3 de diciembre con la supervisión de caso.

Pero este año voy a comenzar con este seminario, así que me encanta poder iniciar el año, compartiendo con Uds las lecturas de estos autores que de ninguna manera son fáciles de leer, pero que vamos a ver cómo el contenido es de una riqueza enorme para la psicología analítica.

Así que sin más preámbulos, demos inicio a nuestro seminario. Vamos a tener 5 sesiones, y la temática general de estas sesiones, las bauticé: KERENYI, JUNG Y NEUMANN: Mitología, Arquetipo del niño y Desarrollo de la consciencia

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Quisiera comenzar por explicarles qué idea teníamos al dejarles las lecturas que pusimos este semestre: primero la de “El origen y el fundamento de la mitología” de Kerényi, luego la de «Acerca de la psicología del arquetipo del niño» de Jung, y finalmente leerán ustedes toda la obra “Los orígenes e historia de la consciencia” de Erich Neumann. 

La primera parte  de ese libro se enfoca en el desarrollo histórico de mitos y simbolismos en distintas épocas y culturas. La segunda parte se centra en el desarrollo de la consciencia, con las distintas etapas psicológicas que atraviesa un individuo en su camino hacia la individuación.

Yo adelantaré tres capítulos de la primera parte del libro, que se titula “Las etapas mitológicas en la evolución de la consciencia”. Esos capítulos que yo trabajaré con ustedes corresponden a 3 etapas del Mito de la Creación: (1) El Uroboros, (2) La Gran Madre y (3) La separación del mundo parenteral. El resto lo leerán ustedes en compañía de mis colegas.

Esas lecturas las seleccionamos para tratar de ofrecerles una visión integral del desarrollo de la consciencia humana desde diferentes perspectivas mitológicas y psicológicas, pero que son muy complementarias, como Uds lo van a ver.

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Algo importante de tener en cuenta es que los tres autores fueron contemporáneos. Nacen en el lapso de cuatro décadas, de 1875 a 1905. Y fallecen en un período de 13 años. Las edades en que fallecen son Kerenyi de 76 años, Jung de 86 años y Neumann de 55 años. Neumann murió muy joven. 

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Hablemos de la conexión entre Mitología y Psicología. Kerényi, Jung y Neumann dan una base sólida para comprender cómo la mitología y la psicología se entrelazan. Kerényi aborda la mitología desde un punto de vista histórico, hablando del origen de los mitos, Jung habla luego de esos motivos recurrentes de la mitología, que son los arquetipos del inconsciente colectivo, y se centra concretamente en el arquetipo del niño, y Neumann retoma a Jung para demostrar que la mitología está formada por una serie de arquetipos interconectados cuya secuencia determina el nacimiento y crecimiento de la consciencia. Pero los tres autores muestran cómo los mitos y los símbolos desempeñan un papel definitivo en la comprensión de la psique humana y del cosmos.

Lo describo de manera más concreta, porque me interesa que les quede muy clara la secuencia. Jung, en el Arquetipo del Niño, complementa los planteamientos históricos y culturales de Kerenyi, profundizando en la comprensión de los símbolos mitológicos aplicados al desarrollo psicológico personal, y dando un ejemplo de cómo esa imagen del niño es fundamental para entender la forma en que los patrones arquetípicos se manifiestan en la psicología individual y colectiva. Y Neumann realiza, como dije, una amplificación de lo dicho por Jung, narrando el desarrollo de la consciencia a partir de su aparición, como si se tratara de un niño que nace de su madre, representada por el inconsciente. 

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Concentrábdonos en el trabajo de Neumann, vamos a ver cómo  narra ese nacimiento de la consciencia, como un bebé que nace, crece y se desarrolla a partir del inconsciente, pero en un proceso inicial de dependencia y luego de lucha para lograr la independencia. Y lo más interesante es que el autor demuestra que ese proceso ocurre tanto a nivel filogenético en la historia del ser humano en la humanidad, como a nivel ontogenético en la historia del desarrollo de cada individuo. Esos dos niveles corresponden a las dos partes del libro.

Toda esta mirada de Neumann se relaciona directamente con los conceptos discutidos por Kerényi y Jung, proporcionando una perspectiva evolutiva sobre cómo el ser humano llega a ser consciente de sí mismo y del mundo, a través de etapas psicológicas que reflejan patrones arquetípicos y mitológicos. ¿Qué tipo de etapas y mitos? Como dije son tres mitos, cada uno con sus respectivas etapas.

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Voy a hacer un resumen muy rápido de todo el proceso de desarrollo de la consciencia desde que nace hasta que consigue su total autonomía. Creo que les puede servir porque en el camino, y eso se los digo por experiencia propia, uno se puede perder en la lectura, que en algunos momentos es tan densa y con tantos detalles mitológicos y psicológicos. Los que quieran pueden buscar un resumen más amplio en la página de ADEPAC, colocando Neumann en el buscador.

El primer mito es el de la Creación, cuya primera etapa es la del Uroboros, que representa la fase primigenia de totalidad y autocontención, donde no existe distinción entre el yo y el mundo externo y el Yo vive una experiencia paradisíaca.

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Luego está la segunda etapa, que es la de la Gran Madre, que simboliza el duro enfrentamiento de la consciencia con la naturaleza dual de la vida y la muerte, y la ambivalencia de la Gran Madre como fuente de vida pero también de terror.

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Luego está esta 3° etapa de la Separación de los padres primordiales que marca para la consciencia el inicio de la diferenciación entre los principios masculino y femenino, fundamentales para el desarrollo de la consciencia.

Yo los voy a acompañar a Uds hasta esta etapa. Es decir que en esta etapa de separción de los padres, me separo yo de Uds por un tiempo, pues las siguientes etapas las verán con mis colegas.

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El segundo mito es el del héroe, cuya primera etapa es la de su nacimiento, que indica el surgimiento del yo individual, que inicia el proceso de separación del inconsciente y la lucha por la autonomía.

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Luego viene la etapa del Asesinato de la madre que simboliza el desprendimiento del individuo del mundo matriarcal, que significa también la separación de la consciencia del dominio de lo inconsciente.

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Luego está la tercera etapa del asesinato del padre, que representa la superación de la autoridad paterna y de la estructura patriarcal, lo que permite que emerja una consciencia autónoma.

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Y llega el tercer mito que es el de la Transformación, cuya primera etapa de La cautiva y el tesoro, que refleja los desafíos y las recompensas en el camino del individuo hacia la realización personal y la conquista de su propio mundo interno.

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Y finalmente la etapa de la Transformación de Osiris, que encarna la integración de los opuestos y la renovación espiritual, que simboliza la culminación del proceso de individuación y el alcance de una nueva etapa de consciencia. Esa es la meta final de la individuación, que ya sabemos que es un ideal al que nunca se llega, pero que orienta el desarrollo de la personaidad.

Bueno, habrá algunos de ustedes que han leído varias veces a Neumann, otros lo habrán leído una sola vez, y otros es posible que esta sea la primera vez que lo van a leer. Independientemente de si lo conocen o no, cuéntenme ¿Qué opinión les merece ese recorrido? ¿Les parece convincente? ¿Creen que el recorrido histórico colectivo por la mitología puede permitir llegar a deducir este desarrollo individual de la consciencia?    

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A riesgo de volverme repetitivo, les insisto en que esa es nuestra idea al darles esas lecturas. Es ofrecerles una secuencia de lecturas que les permita seguir un camino lógico desde la comprensión de los mitos y su papel en la psique (eso se conseguiría con Kerényi). Pasar luego por la exploración de arquetipos específicos como el del niño (y eso se conseguiría con Jung). Y llegar luego a una comprensión más amplia del desarrollo de la consciencia humana (y la intención es que eso se consiga con Neumann). Esa progresión reflejaría un “viaje” desde el entendimiento general de los mitos y su impacto psicológico, hasta una comprensión más detallada y enfocada en el desarrollo personal y colectivo de la consciencia. De ahí el título de estas charlas: “Mitología, Arquetipo del niño y Desarrollo de la consciencia”. 

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Entonces comencemos con nuestra lectura de hoy de Kerenyi. Algo muy general sobre su vida y obra. Kerényi nació en 1897 en Hungría. Sus padres eran alemanes húngaros. Estudió Filología y pasó un buen tiempo como estudiante visitante, aprendiendo Filología clásica. Y obtuvo su doctorado con una tesis sobre Platón (por eso veremos los coqueteos que tiene con la filosofía). En la Universidad de Budapest fue profesor de filología clásica e historia antigua. Desde 1941 fue invitado por Jung a las conferencias del Círculo de Eranos en Ascona (Suiza), y eso lo motivó a establecerse en forma permanente en Suiza, en donde escribió y publicó entre 1945 y 1968 lo principal de su obra, incluyendo estee capítulo llamado «Del origen y del fundamento de la mitología». Kerenyi falleció en Suiza en 1973.

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Me gusta siempre saber cómo les ha parecido la lectura, en esta caso de Kerenyi. ¿Resultó un texto sencillo, con algunas complicaciones o bastante denso? ¿Qué temas fueron los más incomprendidos?

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Bueno, quisiera iniciar sobre algo que resalta el autor en su texto desde su inicio. Así que les pregunto: ¿Según Kerényi, qué tienen en común la música, la poesía y la mitología? (Suelten sus opiniones, no importa que no sean tan claras. La idea es que las vayamos aclarando acá entre todos. Les voy a estar haciendo preguntas precisamente para que todos puedan dar sus versiones de lo que leyeron y de lo que entendieron.

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Sí, música, poesía y mitología exigen de quien las escucha una conexión íntima con su núcleo para que puedan ser comprendidas plenamente. Tienen en común que, al igual que el arte en general, combinan elementos fijos y móviles, lo que les permite transformarse y evolucionar. Igualmente, ninguna de las tres puede ser reducida a teorías, sino que las tres deben ser vividas y comprendidas a través de su naturaleza compleja. 

Y es necesario que escuchemos los mitos como escuchamos la música o la poesía, de forma que nos toquen de manera profunda. Y ese es el gran desafío, y es lograr experimentar la esencia viva de la mitología. Ese reto, sin embargo, tiene un gran obstáculo.

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Recuerdan cuál es ese gran obstáculo para lograr “vivir” plenamente la mitología? ….

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El gran obstáculo para vivir la mitología es nuestro enfoque científico y racional, que ha bloqueado por completo nuestro acceso directo a ella, perdiendo así el contacto con las realidades no racionales que son necesarias.

Dice Kerenyi que:

“Hemos perdido el contacto inmediato con las grandes realidades del mundo espiritual, del que forma parte todo aquello que es genuino en la mitología. Y es precisamente nuestro cientificismo, siempre presto a intervenir y sobrado de recursos, la causa de esta pérdida”.

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Y es que la ciencia aspira a haberlo explicarlo ya todo, y eso hace que no podamos “vivir” la mitología. Dice el autor que la ciencia nos ofrece una mentira y es muy difícil dejar de creerle a esa ciencia. El avance de la ciencia ha cortado nuestro vínculo directo con esas realidades espirituales no racionales que fundamentan lo más genuino de la mitología. Es que la ciencia se sintoniza con lo racional, no con lo que se sale de esa racionalidad. La ciencia obstruye el acceso a la mitología con su tendencia a interpretar y a explicar. Este es otro lenguaje.

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La pregunta que se hace Kerenyi es si aún es posible que nosotros, en la era actual, podamos experimentar un contacto directo con la mitología que permita (como dijimos) “vivirla” plenamente. La respuesta del autor es que sí. Su enfoque no busca negar el valor de la ciencia tradicional, sino complementarla con una experiencia directa y vivencial de la mitología.

Y su propuesta concreta es presentar un camino que nos permita, partiendo de la reflexión sobre el origen y la esencia de la mitología (que recuerden que es la palabra que está en el título de esta obra: la “esencia”), encontrar un acceso directo que nos conduzca hacia su comprensión profunda. Esa propuesta es la que va a desarrollar en el resto del capítulo. La otra recomendación que nos hace es que dejemos que los mitologemas hablen por sí mismos. No tratemos de interpretarlos ni explicarlos.

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Propone igualmente hacer una indagación, no sólo sobre el origen geográfico o histórico de la mitología (que lo hace, y lo hace muy bien este autor), sino sobre la conexión fundamental de la mitología con la naturaleza humana y con el universo.  Y más adelante, hace otra pregunta que a mí me parece sorprendente sobre el origen de la mitología (quizás es su propuesta fundamental en el artículo): ¿La mitología es exclusivamente interna al ser humano o tiene también una existencia externa? Y les doy de una vez la respuesta para que la comentemos. R: Parece sugerir que la mitología podría no ser sólo un producto de la imaginación humana, sino que también podría estar basada en verdades universales que existen más allá de la percepción humana. ¿Qué piensan uds sobre esta posibilidad? ¿Cuál sería esa existencia de los mitos que están más allá de la percepción humana?

Lo que propone Kerenyi es que el origen de la mitología no sólo tiene una base psicológica sobre cómo los humanos generamos los mitos como una forma de comprendernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, sino también que los mitos están conectados con “verdades eternas (como las llama Kerenyi), asociadas con lo sagrado, lo misterioso y lo desconocido, que trascienden la mente humana. Hacia el final del capítulo, este autor va a dar ejemplos de algunas de esas verdades. Y pienso que esta segunda posibilidad cabe en el concepto junguiano del inconsciente colectivo y de los arquetipos.

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Me encanta la asociación que hace este autor de la mitología con la leyenda de Orfeo. Quiero que recordemos su mito, en esta versión que da Robert Graves. Alguien lo puede leer, por favor.

Orfeo se unió a los argonautas y se embarcó con ellos y su música les ayudó a sortear muchas dificultades A su regreso se casó con Eurídice. Un día, caminando por el valle, Eurídice se encontró con Aristeo, quien trató de forzarla. En la huida pisó una serpiente y murió a consecuencia de la mordedura. Pero Orfeo descendió valientemente al Tártaro, esperando recuperarla y llevarla de vuelta. A su llegada no sólo encantó al barquero Caronte, al cancerbero y a los tres jueces de los muertos con su melancólica música, sino que consiguió que se suspendieran temporalmente las torturas de los condenados. Y de tal modo ablandó el duro corazón de Hades, que te permitió rescatar a Eurídice y llevarla de vuelta al mundo superior. Tan sólo le puso una condición: que Orfeo no mirara atrás hasta que ella estuviera a salvo bajo la luz del sol. Eurídice siguió a Orfeo por el oscuro pasadizo guiada por los sonidos de la lira, pero cuando llegaron a donde ya había luz solar, él se volvió para comprobar si ella le seguía, y entonces la perdió para siempre. 

Orfeo se levantaba cada mañana para saludar al sol del amanecer proclamando que Apolo era el más grande de todos los dioses. Ofendido, Dioniso envió contra él a las Ménades. Ellas esperaron hasta que sus maridos hubieron entrado en el templo de Apolo, donde Orfeo oficiaba de sacerdote, tomaron la armas que los hombres habían dejado a la entrada, irrumpieron en el templo, mataron a sus esposos, y a Orfeo le fueron arrancando todos los miembros uno por uno.  Tiraron su cabeza al río Hebro, pero, sin dejar de cantar, siguió flotando hasta el mar, que la arrastró a la isla de Lesbos. Las Musas, llorando, recogieron los miembros y los enterraron al pie del monte Olimpo, donde los ruiseñores entonan ahora cantos más dulces que en ningún otro lugar del mundo.

Otras versiones dicen que su cabeza y su lira siguieron siendo escuchadas a través de los tiempos. Kerenyi dice algo semejante sucede con la mitología, que sigue resonando más allá del tiempo y la distancia. Los mitos se crearon en el pasado y aparentemente está muertos, pero se siguen transmitiendo y siguen movilizándonos.

Dos comentarios sobre lo que acabamos de leer. Una es recordarles que estas Ménades eran las mismas Bcantes, seguidoras del dios Dioniso (o Baco en la mitología romana), que era el dios del vino y el éxtasis. Las Ménades eran famosas por su participación en rituales, caracterizados por música, danza, y consumo excesivo de vino. Esos rituales, a los que tambiénse les llamaba orgías o bacanales, acostumbraban a celebrarse en lugares apartados, lejos de la vista de los no iniciados. Esa devoción a Dioniso era bien paradójica, ya que subraya el poder ambivalente de ese dios, capaz de traer alegría y éxtasis, pero también furia y locura, como en este caso. Eran famosos los desmembramientos de los hombres por parte de estas mujeres.

Neumann nos va a recordar luego otro caso, el de Penteo, quien también fue desmembrado en uno de estos rituales. Y lo peor es que quien lo hizo fue su propia madre, que lo vio como un leon, por lo que lo decapitó y se llevo a su casa la cabeza del león. 

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El otro comentario que quisiera hacerles a manera de amplificación de este mito es que existe una película brasileña que no sé si alguno la haya visto. Se llama Orfeo negro y es de los 60’s . Se desarrolla en Río de Janeiro y tiene unos temas musicales increíbles de músicos como Carlos Jobim y Luis Bonfá. Está basada en una obra de teatro creada por otro músico bien conocido que es Vinicius de Moraes. La película ganó un Oscar en los 60’s como mejor película extranjera. Se las recomiendo.

Relata la historia de una actual Euridice que llega a Río de Janeiro en vísperas del carnaval, a casa de una prima que vive en una de las favelas de la ciudad, y conoce a Orfeo, que es un chofer de tranvía, famoso en el medio por crear canciones de samba. Y se enamoran con miles de dificultades. Y la historia tiene muchas referencias al mito griego. Algunas muy divertidas. Por ejemplo, el perro que hay en un bar se llama Cerbero. Y como en el mito griego, Eurídice y Orfeo mueren. Y recuerdo mucho el final que me parece lindísimo, y es que hay un niñito mulato a quien Orfeo le había enseñado a tocar la guitarra, y está con otra niñita de la favela, a la madrugada. Les preocupaba mucho que el sol no fuera a salir, pues creían que eso sucedía cuando Orfeo tocaba cada mañana. El niño encuentra la guitarra rota de Orfeo y comienza a tocarla. En ese momento sale el sol y la niña comienza a bailar zamba. Y esa es la imagen de renacimiento y eternidad, acorde con el mito griego. Y volviendo a nuestro seminario, reitero la idea de Kerenyi de que este mito se asemeja a la mitología, que a pesar de haber sucedido en el pasado, renace siempre en nuestros días.

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Y acá quiero dar un ejemplo de la magia de la mitología en nuestra región, con el caso concreto de un Blog que yo manejo y que se llama “Mitos Latinoamérica”, y que al día de hoy tiene casi 2 millones y medio de visitas. No lo puedo alimentar con la frecuencia que quisiera (fíjense que la última entrada es de mediados de 2022), pero ese número de interesados es para mí una prueba del interés que tiene la mitología en las personas. Algo de estas narraciones nos mueve y nos conmueve. Como digo en la introducción, busco contribuir a que los antiguos personajes y situaciones simbólicas arquetípicas se contacten de nuevo con nuestras conciencias, despertando esa antigua habilidad que tenían nuestros antepasados de leerlas intuitivamente y de servirse de ellas como alimento espiritual. Y creo que eso se comprueba con ese número tan alto de visitas. Ya quisiera yo que mis otros blogs más junguianos tuvieran esa cantidad de visitas.

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Y quisiera que nos contactáramos con uno de esos relatos, Escogí el mito más visitado del Blog, que es este mito Chibcha de la Creación. Este relato lo recogí del libro Latinoamerica Indígena, de Carlos Alzate. Me voy a copiar de Ana Suarez, creo, cuando en la presentación de su trabajo, pidió que cerraran los ojos para escuchar. Cierren sus ojos y traten de “vivir” el mito, más que escucharlo racionalmente.

En el comienzo era la oscuridad. Todo estaba sumido en las tinieblas. La tierra era blanda y fría y nada crecía en ella. No había ni plantas, ni animales, ni belleza. Todo era desolación. No había hombres. Los únicos seres vivos sobre la tierra eran el dios Nemequene, su mujer y su hijo.

Nemequene quiso crear la vida y la belleza sobre la faz de la tierra. Así, tomando un poco de barro blando y frío modeló las figuras de los hombres y de los animales. Trabajó muchos días en su obra, pero los muñecos que ha­cía no tenían vida. No podían moverse ni respirar. Pa­saron años y más años, y todavía no había sobre la tierra más que Nemequene y su familia.

Por último, Nemequene llamó a su hijo y lo envió al cielo para que iluminara la tierra. El hijo de Nemequene llegó al cielo y se convirtió en Súa, el sol, para iluminar de pronto el mundo oscuro. Los brillantes rayos de Súa inundaron la tierra. El frío barro se calentó. Comenzaron a crecer hierbas, árboles y plantas. En donde antes había habido desolación, hubo lozanía y verdor. Comenzó a co­rrer el agua, formando ríos y lagos.

Y el cálido sol puso vida en los muñecos de barro que Nemequene había hecho. Algunos de ellos se convirtieron en pájaros, que volaron y anidaron en los árboles de los bosques; otros se convirtieron en peces, que nadaron por las aguas; otros se convirtieron en animales y. otros en seres humanos.

Sin embargo, las gentes creadas por Nemequene no eran del todo felices, pues la luz y el calor que Súa les prodigaba les llegaban solamente algunas horas. Cada noche, mientras Súa descansaba, volvía a reinar la oscuridad. Entonces las gentes acudieron a Nemequene y le pidieron ayuda.

Nemequene amaba a los seres que había creado y quería ayudarlos. De manera que subió al cielo y se convirtió en Chía, la luna. Así compartió la tarea de iluminar el mundo con su hijo Súa. Súa derramaba sus rayos de luz sobre la tierra de día, y Chía de noche. Desde entonces, las gentes creadas por Nemequene quedaron contentas, y nunca olvidaron de darle las gracias.

Además celebraban fiestas en honor de Súa y de Chía y a veces dedicaban sus hijos al sol y a la luna llamando a tales niños «Suachias» antes de darles nombres propios.

Así fue como se produjo la vida en el mundo, según lo recuerdan los chibchas, es decir, el pueblo de Nemequene.

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Ya pueden abrir los ojos. Espero que el mito los haya seducido. Recogiendo este mito, lo asocié con otro del que vamos a hablar luego, cuando Neumann afirma que la consciencia nace cuando hace su aparición la luz.

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Y da el ejemplo de un mito maorí que narra que la gente ha sido creada pero vive apachurrada porque el padre y la madre, que representan al cielo y la tierra, no se han separado, y viven en la oscuridad. Y es uno de los hijos el que pregunta a los demás si deben asesinar a los padres o separarlos. Y deciden separarlos. Es uno de los hijos el que decide separarlos con gran esfuerzo. Y en el momento en que lo logra, llega la luz. Que simbólicamente representa la consciencia. Discuten y decden quedarse cerca a la madre tierra pero alejar lo más lejos posible al padre cielo. Lo cual caracteriza esta etapa como predominantemente matriarcal. Pero yo les hago caer en cuenta que esta semejanza entre un mito maorí y este colombiano demuestra la universalidad de la mitología.

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Y el texto menciona luego a Malinovski. Por eso hago una pequeña reseña sobre él:

Malinowski fue un antropólogo polaco-británico nacido een 1884 y fallecido en 1942. Es considerado uno de los antropólogos más influyentes del siglo XX, y es conocido principalmente por su trabajo pionero en etnografía y por su enfoque funcionalista en antropología social.

Realizó estudios de campo en Melanesia, un conjunto de islas cercano a Indonesia. Fue un defensor de la observación participante, una metodología en la que el antropólogo aplicó en la comunidad que estudiaba para comprender su cultura desde dentro. 

30. 

Y Kerenyi lo menciona para contrastar su mirada con la de este investigador. Pregunta: ¿Recuerdan cuál era la diferencia en la mirada de Malinovski y de Kerenyi respecto a la mitología?

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Malinowski tenía una mirada absolutamente racional de la mitología y por eso enfatizaba el papel de los mitos en la función social, considerándolos como herramientas fundamentales para el mantenimiento del orden social y la cohesión. Este autor se queda sólo en lo externo, en lo social. Mientras que Kerényi, por su parte, se centraba en el aspecto simbólico y trascendental de la mitología, viéndola como una vía hacia el entendimiento de los misterios más profundos de la existencia.

32.

Otro interrogante: ¿A qué pregunta responde la mitología, según Kerenyi (qué, cómo, para qué, etc)? -) ¿Qué recuerdan ustedes que dice el texto?… Si, y cuando responde al de dónde, ¿a qué aspectos se está refiriendo?

33.

Dice Kerenyi: (La mitología) “No contesta a la pregunta ‘por qué’, sino más bien ‘¿de dónde?’ La mitología no menciona las ‘causas’. No son meras ‘causas’ sino estados originarios que nunca envejecen, porque todo emana siempre de ellos mismos”. Es decir, enfatiza en sus orígenes más que sus causas.

34.

Por eso, el autor va a decir que, planteado con más precisión, las preguntas no son lo principal en la mitología, sino que el narrador de mitos, al relatar sus historias, se reencuentra con el pasado primigenio. O sea que se reencuentra con el pasado. Y que sin que esos mitos se refieran a hechos reales ni verificables, y sin evidencias comprobables ni afirmaciones directas, se reconectan con eras “fundacionales” (como las llama el autor) y alcanzan verdades sobre los orígenes. Como sucede cuando aparecen relatos, como los relacionados con el mitologema del niño (que luego va a amplificar Jung), en el que ilustra los comienzos de innumerables existencias, mostrando que cada ser, en su esencia, abarca lo infinito. Los mitos nos contactan con ese infinito que existe dentro de nosotros. Afirma Kerenyi: “El mitologema del niño divino nos muestra ese origen como el principio de una nueva unidad cósmica”. Que bien puede ser el Uroboros del que hablará luego Neumann.

35.

Jung creía que los autores de mitos creaban estas historias cuando sufrían de un descenso en el nivel mental, lo que facilitaba que surgiera material del inconsciente colectivo. Yo escribí recientemente en la web de ADEPAC un artículo relativamente extenso, en el que hablo de este concepto del descenso del nivel mental, porque me parece muy importante en la teoría junguiana. Kerenyi relaciona este descenso del nivel mental con el tema del niño, pues afirma:

…se puede hablar de una meditación profunda que nos conduce al núcleo vivo de nuestra esencia total… Las mitologías se valen de la imagen de un niño divino, del nacido en primer lugar en la época primera, y en el que el origen acontece por primera vez. No hablan de la creación de una criatura humana, sino del universo divino o del Dios universal. El mito chibcha no nos habla del nacimiento de un niño, sino de la creación de los seres humanos y del universo.

Es decir, que la mitología está fundamentalmente relacionada con los orígenes y con lo primordial (o con las imágenes eternas), enfocándose en los principios del mundo y de los dioses como entidades «primigenias». Y cuando escucho hablar de las entidades primigenias, no puedo dejar de asociarlo con las imágenes primigenias, que fue el primer nombre que Jung le dio a los arquetipos.

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Y pienso que Neumann estudió muy bien a Kerenyi cuando escribió su libro de “Orígenes e historia de la consciencia”, concretamente cuando Kerenyi afirma que estos mitos nos guían, mediante imágenes de la evolución humana como si fueran señales en nuestro viaje hacia el desarrollo. Y que simbólicamente, esto se asemeja a una profunda meditación que nos lleva al núcleo de nuestro ser. Y le va a dar a ese núcleo un nombre poderoso: lo llamará el “abismo del núcleo”. Veremos con Neumann describe esa evolución del desarrollo humano a partir de ese “abismo del núcleo” que no es otro que el Uroboros, el centro desde el cual se organiza todo nuestro desarrollo de la personalidad. Recuerden que El Uroboros será el primer capítulo que leeremos de Neumann.

37.

Y ahora les pregunto: ¿Qué plantea Kerenyi sobre las creencias que tenían los fundadores de las ciudades en tiempos de las mitologías vivas? R: Que las ciudades fundadas en esos tiempos pretendían reflejar el universo, convirtiéndose en residencias de los dioses y siguiendo patrones cósmicos en su diseño. Así, las ciudades antiguas eran vistas como moradas divinas, que fusionaban el espacio humano con el espacio sagrado.

No sé si ustedes han leído «El mito del eterno retorno“ de Mircea Eliade. Es que leyendo esta parte, recordé a Eliade, pues en esta obra dice lo mismo, y es que en ese tiempo fundaban ciudades que imitaban un modelo divino o celestial. Según él, al fundar una ciudad, los pueblos antiguos no solo buscaban establecer un asentamiento físico, sino también recrear en la tierra un orden cósmico que reflejara el cielo. O sea, lo mismo que afirmaba Kerenyi: unir la realidad humana con la realidad sagrada.

38.

Por eso, aparecen una serie de prácticas fundacionales como la del mandala, con su círculo y su cuadrado, que reflejan el orden cósmico. Esta es una foto del templo budista Boro Budur en Indonesia, que comenta Kerenyi que fue  construido en el año 750, en forma de mandala, con puerta hacia los cuatro puntos cardinales.

Kerenyi comprueba luego que en la mitología, lo colectivo trasciende lo individual. Y da precisamente el ejemplo de este mandala, analizando cómo esta imagen parecería tener un origen tanto individual como colectivo en fundaciones de ciudades pero también en sueños de la humanidad. Acá se aventura Kerenyi a terrenos psicológicos. 

39.

Luego menciona que Jung resaltaba el fenómeno del número 4 que era tan universal que se podría entender como un elemento mitológico que llevaba al retorno de todas las cosas hasta lo más básico en el ser humano.

40.

P: ¿Qué ejemplos recuerdan que Jung daba acerca de la universalidad del número 4?

  • Los cuatro puntos cardinales
  • Ls cuatro evangelistas
  • Las cuatro Funciones Psicológicas
  • Los Cuatro Elementos (tierra, aire, fuego y agua)
  • Las Cuatro Estaciones

Jung vio en estos ejemplos una manifestación del arquetipo de la cuaternidad, un símbolo de la totalidad y la integración psíquica, reflejando su creencia en patrones universales que subyacen a la experiencia humana y la estructura de la realidad.

41.

Y también del misterio del número tres que tiende a convertirse en cuatro, lo que representa también elementos mitológicos que hablan del retorno humano a lo más universal. Y termina concluyendo que, en su esencia, la mitología y sus mitologemas (como el del niño que vamos a ver ahora) se relacionan con el origen y el fundamento tanto del mundo como del ser humano, y que eso proporciona una conexión con lo espiritual y lo místico.

42.

Y luego sigue Kerenyi hablando un poco en extenso sobre la aparente contradicción en la ceremonia de la fundación de Roma con el tema del círculo y el cuadrado, contradicción que se aclara luego con autores que logran reconciliar estas dos figuras en la fundación de futuras ciudades. Y la solución consistía en ver cómo la ceremonia del círculo y la fundación de una Roma cuadrada pudieron coexistir armónicamente. Lo que quisiera resaltar en esta parte es que el mandala estaba presente en los orígenes de estas ciudades.

43.

Y que la investigación de Jung sobre el mandala en la psique moderna simboliza una «nueva construcción» o reorganización interna del individuo, que no es otra cosa que el proceso de individuación. Y lo más importante, que estos mandalas, surgidos espontáneamente en sueños, representan una «realidad psíquica autónoma», que une la conciencia contemporánea con el pasado ancestral. Este fenómeno subraya la persistencia de estructuras simbólicas universales que conectan al ser humano con un orden cósmico profundo. Kerenyi dice que algunos sueños y visiones relatados por Jung parecen probar el origen cósmico del símbolo del mandala.

Ahora, por experiencia propia, en terapia también he tenido casos en que cuando una persoa está en una situación demasiado enrredada, puede tener un sueño con una imagen mandálica que lo tranquiliza. Y es que recodemos que el mandala es símbolo de orden en medio del caos. 

44.

En este sentido recordemos también la experiencia que relata M-L von Franz sobre un santo suizo del S, XV, conocido como el Hermano Klaus, que estando como ermitaño en la cueva de una montaña y en un momento de intensa experiencia mística, sintió la presencia de Dios de una manera tan abrumadora que lo llevó al borde de la locura. Y recuperó la estabilidad mental cuando expresó su visión de Dios a través de la pintura de un mandala, un acto que simbolizó la integración de su experiencia espiritual y psíquica.

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Y Kerenyi se refiere acá al físico Pauli, quien tuvo un sueño fascinante que capturó la atención de Carl Jung. No sé si Uds lo recuerden. Pauli mantenía con Jung un intercambio intelectual que exploraba la relación entre la psicología y la física. En el sueño, que aparece en la obra Psicología y Alquimia de Jung, Pauli se encontraba en una plaza pública donde veía un reloj mundial, un objeto que no solo mostraba la hora, sino que también representaba el movimiento de los cuerpos celestes y tenía la capacidad de predecir el futuro. Este reloj mundial era tan complejo que incluso mostraba la “sincronicidad” entre los eventos celestes y terrenales. Para Jung, ese sueño del reloj mundial simbolizaba la unificación de la consciencia y el inconsciente, reflejando el proceso de individuación. El reloj mundial era una imagen del «sí-mismo». Además, este sueño destacaba la conexión entre el tiempo y la eternidad, así como la interrelación entre el mundo físico y el psíquico, temas que resonaban profundamente con las investigaciones de Pauli en física teórica y con los intereses de Jung en su exploración de la psique.

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Y en esta parte del texto, Kerenyi vuelve a esa difícil pregunta que había hecho al inicio, pero presentada ahora en relación con el mandala, y es: ¿Cuál es el origen de estas ideas mitológicas, como el mandala, que se presenta de forma similar en diferentes partes del mundo? Y reflexionar sobre este tema lleva a preguntarnos si el origen de la división cuatripartita como el mandala reside, no en el hombre, sino en el mundo que lo rodea.

Como decía antes, la teoría del inconsciente colectivo de Jung abre la posibilidad de que, aunque algunos sueños sugieren un origen exclusivamente interno del ser humano, la división cuatripartita podría ser más bien una expresión de la naturaleza humana. universal.

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Y en el aparte 7 del texto se trasciende el tema de lo psicológico para hablar de las implicaciones matemáticas y filosóficas. Concretamente se va a hablar de ciertas investigaciones hechas por Frobenius, así que acá hago una breve trayectoria de este personaje.  

Ferdinand Frobenius, nació en Berlín en 1849. Fue un matemático alemán reconocido por sus aportes a la teoría de las ecuaciones diferenciales y la teoría de grupos. Cursó sus estudios superiores en la Universidad Humboldt de Berlín. Luego de egresar en 1870, se mudó a Zurich (Suiza), donde fue docente por 23 años. En 1893 retornó a Berlín donde fue elegido miembro de la Academia de Ciencias Prusiana. Falleció en Berlin en 1917.

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Este autor va a referirse a las mónadas. ¿Cómo entendieron uds este concepto de las mónadas?

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Frobenius menciona las «mónadas» en el contexto de su análisis mitológico sobre diferentes civilizaciones, particularmente en África occidental.

En filosofía, las mónadas, según la concepción de Leibniz, son unidades básicas, indivisibles y metafísicas que constituyen la realidad. Cada mónada es única, posee su propia percepción interna y no tiene partes constituyentes. Aunque no interactúan directamente entre sí, Leibniz introduce el concepto de «armonía preestablecida», sugiriendo que todas las mónadas se encuentran sincronizadas en un orden predeterminado por Dios. 

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Pero en el texto, Frobenius toma esa idea filosófica de Leibniz de las «mónadas» y las adapta a la mitología y la cultura. Usa este término para referirse a unidades básicas culturales fundamentales que encierran como en una cápsula la relación simbólica entre elementos números, de género y cuerpos celestes (como el tres asociado al hombre y a la luna, o el cuatro asociado a la mujer y al sol) con aspectos mitológicos.

Así que la relación con la mitología se establece a través del simbolismo de estos elementos y su incorporación en las estructuras sociales, religiosas y cosmológicas de las culturas. Por ejemplo, el papel de los números tres y cuatro en la fundación de ciudades, y su vinculación con principios paterno y materno, reflejan un profundo simbolismo mitológico que se manifiesta en prácticas rituales y en la organización espacial y temporal de las sociedades.

Esta conceptualización de las mónadas como principios fundamentales para la creación de visiones del mundo, permite a Frobenius argumentar sobre la transmisión de elementos culturales a través de las civilizaciones, y la forma en que estas prácticas y creencias están arraigadas en estructuras simbólicas universales que se reflejan en la mitología.

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Los anteriores planteamientos de Frobenius enfatizan lo que podría llamarse una «multiplicidad histórica», que reconoce la riqueza y la complejidad de las diferentes culturas y sus respectivas mitologías, entendiendo que cada tradición y cada narrativa mitológica son influenciadas por su contexto histórico, geográfico y social específico.

Por también ve la necesidad de considerar aspectos las bases comunes compartidas de la experiencia humana y la tendencia colectiva a conceptualizar el mundo y la existencia a través de símbolos y estructuras similares, lo que puede señalar una dimensión más profunda, universal y originaria de la mitología y la cultura.

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La consideración de esas dos miradas invita a un enfoque integrador que no solo valora la diversidad a lo largo del tiempo sino que también busca comprender los principios universales que subyacen a las variedad cultural. Por eso, Kerényi sugiere que una comprensión plena de la mitología y la cultura requiere mantener un equilibrio entre estos dos enfoques, permitiendo una apreciación más rica y profunda de la naturaleza humana y su expresión en el mundo.

De ahí que el capítulo termine con esta frase: «Por lo tanto, siempre deberemos fijar la mirada sobre ambos aspectos: sobre la multiplicidad histórica y sobre aquello que forma su unidad y se encuentra más cerca del origen».

Bueno, y hasta acá Kerenyi. ¿Cuéntenme cómo se sienten ahora con este texto de Kerenyi? ¿Les es más familiar ahora? Es bueno tener la mayor parte de sus conceptos claros por lo que el próximo seminario será sobre el capítulo de Jung sobre el arquetipo del niño. ¿Alguna sugrencia metodológica para que yo tenga en cuenta?

 

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