LOS COMPLEJOS EN LA COTIDIANIDAD

 

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Bueno, yo soy Juan Carlos Alonso, resido en Bogotá, soy psicólogo e hice la formación de analista junguiano y me certifiqué en Copenhague en el 2013. Atiendo pacientes desde hace más de 30 años. Llegué a Jung en forma accidental cuando trabajando en un banco encontré el libro “El hombre y sus símbolos”, y ahí quedé enganchado a Jung, haciendo grupos de estudio desde el año 1990. Luego creamos ADEPAC como grupo de divulgación y de coordinación de la formación de analistas en Colombia, y desde el 2013 soy miembro fundador de le Sociedad Colombiana de Analistas Junguianos.

Soy Psicólogo (Universidad Nacional, Bogotá) y Analista Junguiano IAAP (Asociación Internacional de Psicología Analítica). Me titulé como analista Junguiano en Copenhague en el año 2013.  Magister en Estudios Políticos (Universidad Javeriana). Es miembro fundador y Director de ADEPAC (Amigos de la Psicología Analítica en Colombia) y miembro de la Sociedad Colombiana de Analistas Junguianos (SCAJ). Atiende consulta privada como psicoterapeuta y analista junguiano. Autor del libro Psicología junguiana: teoría, práctica y aplicaciones (2018) y editor y coautor de la obra Trauma en la primera infancia: análisis psicológico junguiano (2016).

 

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  • Buenas tardes. Es un placer estar hoy con Uds en este espacio de la Especialización virtual de Psicología Analítica. Muy agradecido con mis colegas Enrique Galán y Ricardo Carretero por haberme invitado, y aprovecho para felicitarlos por esta ambiciosa iniciativa.

Bueno, yo les voy a hablar acerca de «Los complejos en la cotidianidad”. Sé que Ricardo les ha hablado sobre el tema de los complejos, y consulté su interesante artículo que creo que ya todos leyeron, en el que expone de manera magistral la teoría y epistemología de los complejos.

Tratando de no repetir a mi colega, he titulado esta charla de esta manera, Los complejos “en la cotidianidad”, en la que trataré de complementar esa revisión conceptual con una mirada de los complejos tal y como los experimentamos en la vida diaria, tanto en la vigilia como en los sueños. Y hago énfasis en esto último, y es que los sueños son un fenómeno extraño, pero absolutamente cotidiano.

Comenzaré hablando de la estructura junguiana de la psique, hablaré luego brevemente de los arquetipos, y lo hago porque, ya lo saben Uds, es imposible hablar de los complejos sin hablar de los arquetipos. Pasaré luego a hablar acerca de la manera en que se suelen activar los complejos en la vida diaria, incluyendo su aparición en los sueños. Luego, me centraré en los complejos del desarrollo, y finalizaré, si el tiempo alcanza, enmarcando todo este tema en el proceso de individuación.

Espero que toda esta mirada no haya sido demasiado repetida por otros analistas que me hayan antecedido. 

Si les parece bien y como son tres horas, les propongo que a la mitad de la charla, es decir, en hora y media, que hagamos una pausa de preguntas y luego, continuamos. Y al final dejamos otra pausa para preguntas. 

Bueno, voy ahora a compartir la pantalla con Uds.

  • Y voy a iniciar el tema, contextualizándolo teóricamente, así sea de manera muy general. Demos entonces una rápida mirada a la “Estructura y dinámica de la psique”.
  • Jung decía que la psicología es la ciencia de la consciencia y del inconsciente. Pero añadía que mientras que la consciencia es asequible, el inconsciente no lo es tanto. Que hay gente que cree conocer algo del inconsciente, pero que eso no es posible. Y en varias entrevistas lo dice riendo, y es porque dice Juna, el inconsciente es, por definición desconocido. Para acceder entonces al inconsciente es necesario utilizar métodos especiales que transfieran contenidos de ese lugar a la consciencia. Por ejemplo a través de la interpretación de sueños. 

Dice también que somos conscientes de una manera no continua sino discontinua e intermitente. Y pensémoslo en la cotidianidad. Durante nuestras actividades diarias, pasamos mucho tiempo en que no somos conscientes de lo que hacemos, porque funcionamos con automatismos inconscientes. Es como si operáramos con el piloto automático inconsciente: Caminamos, comemos, y conducimos un vehículo, en buena parte, en forma automática. 

Por el contrario, el inconsciente es un estado constante, duradero y estable. Está funcionando a toda hora, estemos dormidos o despiertos. Por eso se lo representa a veces con algunas especies de serpientes, que, teniendo los párpados transparentes, parecerían estar despiertas todo el tiempo.

A veces comenzamos una actividad, por ejemplo conducir, y empezamos en forma consciente, pero de pronto se vuelve una actividad inconsciente y así continuamos.

  •  Ahora, no todos los contenidos del inconsciente son rescatables por la consciencia. Los podemos dividirlos en tres clases:
  1. Contenidos inconscientes fácilmente rescatables. Por ejemplo, hemos estado en una reunión y si nos preguntan cuántas personas estaban allí, si esforzamos nuestra memoria, podremos fácilmente dar el número exacto. 
  2. Contenidos inconscientes difícilmente rescatables. P.e. conocemos el nombre de una persona pero no lo podemos recordar aunque lo tengamos en la punta de la lengua, pero algunos días después se consigue recordar ese esquivo nombre. 
  3. Contenidos inconscientes no rescatables. P.e. hasta la edad de 5 años o más, los hechos de nnuestra infancia son muy difíciles de recordar. Vivimos es con lo que nos cuentan los familiares. Esos son contenidos inconscientes no rescatables.

Ahora veamos cómo entendieron esto Freud y Jung. Pero una advertencia y es que al hablar de la “estructura de la psique”, es necesario hacer la aclaración de que vamos a hablar de una “ficción”, porque la psique no está formada, como la describiremos, por entes, lugares ni espacios.

Pero lo que han hecho autores como Freud y Jung es inventar un vocabulario de abstracciones que permiten hablar de la psique como si tuviera una estructura.

*  Y eso es lo que voy a mostrar ahora. Primero, se puede pensar la estructura de la psique según Freud como un gran círculo en el que en una parte superior estaría la consciencia; una segunda capa más pequeña sería el preconsciente, en el que estarían básicamente aspectos olvidados, pero que con algún esfuerzo podemos hacer conscientes; y una tercera capa más grande sería lo inconsciente, en donde estarían aquellos contenidos que habiendo sido conscientes una vez, fueron luego reprimidos. El yo, en este gráfico, estaría situado en los límites de la consciencia y del preconsciente.

*   Por el contrario, la estructura junguiana de la psique estaría representada, en mi opinión, por un gran círculo en el que una pequeña parte superior sería la consciencia, una segunda capa mucho más grande sería lo inconsciente personal, y debajo estaría una inmensa porción que constituirá lo inconsciente colectivo.

Lo más novedoso en Jung es esta idea de lo inconsciente colectivo, que implica que, además de los contenidos inconscientes personales existen otros que pertenecen a un inconsciente más profundo, los cuales nunca estuvieron antes en la consciencia, sino que son elementos que existen como herencia de la humanidad. Este Isc Colectivo es la mayor diferencia con Freud.

*   De forma muy superficial podemos decir que, al igual que nuestro cerebro humano heredó el cerebro mamífero y, más antiguo aún, el cerebro reptil, así también nuestra psique heredó de nuestros antepasados, la predisposición a percibir o a actuar de manera semejante.

*    El inconsciente personal es, en general, muy semejante a la suma del preconsciente y del inconsciente freudiano; pero es un poco más amplio.

El yo, lo mismo que en el esquema freudiano, está situado en los límites entre la consciencia y el inconsciente personal.

¿Qué se puede encontrar en el inconsciente personal? Estaría, por ejemplo, todo lo olvidado más lo reprimido, más lo percibido en forma subliminal. Y la mayor parte de ese material reprimido constituye los complejos.

  • Mejor dicho, el inconsciente personal está principalmente conformado por complejos, mientras que el inconsciente colectivo lo estaría por los arquetipos.

Estos complejos y arquetipos no deben pensarse como elementos estáticos, sino como un sistema dinámico en constante interacción y transformación. Jung decía que los complejos podían verse como «personificaciones» de los arquetipos.

  • ¿En qué sentido? En que, por ejemplo, el complejo materno que todos podemos tener como individuos, es una personificación del arquetipo colectivo de la madre.
  • También el yo era considerado por Jung como un complejo. Un complejo que también es una personificación de un arquetipo: el arquetipo del sí-mismo. Teóricamente, el yo surge desde las primeras fases del desarrollo a partir del sí-mismo.
  • Se da una paradoja con este sí-mismo. Esta es la forma como M-L von Franz muestra esta paradoja, en “El hombre y sus símbolos”, y es que el sí-mismo no sólo es el punto central de la psique, sino que además representa la totalidad de la psique, abarcando entonces tanto lo consciente como lo inconsciente. En la parte superior vemos la representación del yo como centro de la consciencia.
  • Sin embargo, el yo tiene el gran privilegio , sobre los otros complejos, de poseer el sentido de la identidad y darle la consciencia de existir al ser humano. Y eso no es poca cosa. El yo es además el organizador de las cuatro funciones psicológicas (pensamiento, sentimiento, sensación e intuición), de las que no vamos a hablar en este momento pues da para todo un curso.

Pero también el yo define la actitud psicológica que las personas tengan, porque estando situado entre los dos mundos, el exterior y el interior, se explica que una diferencia fundamental entre los individuos es que para unos lo externo sea lo más importante (y esos son los extravertidos) mientras que para otros, lo sea su propio mundo interior (y esos son los introvertidos). Sé que esta información básica es conocida por todos, pero no sobra recordarla.

INCONSCIENTE COLECTIVO Y ARQUETIPOS.

  • Y ahora detengámonos un poco en cada uno de los inconscientes, y quisiera empezar por el inconsciente colectivo y los Arquetipos. Luego nos centraremos en nuestro tema central de los complejos.
  1. Empecemos con el INCONSCIENTE COLECTIVO Y los ARQUETIPOS
  • No podemos entender este tema sin contextualizarlo con unos antecedentes históricos de estos conceptos. Esta es la única parte de esta charla que no es tan cotidiana y es porque los arquetipos no los podemos ver en la cotidianidad. Es decir, hablar de inconsciente colectivo y arquetipos es más conceptual porque hablamos, no de contenidos observables sino de contenidos cuya existencia se deduce a partir de sus efectos. Como dice Jolande Jacobi, más que describirlos, se puede es tratar de dar una idea general de cómo creemos que funcionan.
  • Veamos la historia de este concepto. Dice Anthony Stevens que hasta el momento en que Jung planteó su teoría, se creía que, al nacer, el individuo era como una tabula rasa (una expresión del filósofo John Locke). Es decir, una especie de cuaderno en blanco, o una mente vacía. Y que la personalidad se iba formando poco a poco a partir de la interacción de esa mente con el entorno y mediante el aprendizaje. 
  • Jung, en cambio, va a decir que no, que toda la personalidad está presente, en forma potencial, desde el momento en que nacemos, y que el entorno lo único que hace es ayudar a irla desarrollando y desplegando. Se me ocurre que podríamos decir que la personalidad nacería como un cuaderno escrito en código, como trato de ilustrarlo en esta imagen.

Ese planteamiento de Jung era realmente revolucionario. No era fácil en ese momento aceptar que los niños nacieran con el potencia de un anteproyecto de vida incorporado, resultante de factores hereditarios. 

  • Lo que propone el concepto del inconsciente colectivo es que todos nacemos con un potencial de actuar de una manera, llamémosla, “semejantemente humana”. Este planteamiento es perfectamente compatible con el enfoque teórico desarrollado por los etólogos que estudian el comportamiento animal. Y que han comprobado que cada especie animal está dotada de un repertorio de comportamientos adaptados al entorno en el que crecen. Ese repertorio depende de «mecanismos de activación innatos» que el animal hereda en su sistema nervioso central, y que es un repertorio que está preparado para activarse cuando aparecen en el entorno los estímulos apropiados. Y cuando esos estímulos se encuentran, el mecanismo innato se activa y el animal responde con una «pauta de comportamiento» adaptada a la situación. Stevens menciona como ejemplo, que las ovejas lamen las membranas que quedan en su cría, tan pronto como esta nace.
  • Esa mirada de los etólogos está muy relacionada con el concepto junguiano de la activación de los arquetipos. Es decir, de la misma manera en que un ave comienza a construir un nido en el momento en que tiene una cría, así mismo cuando le entregan un bebé recién nacido a su madre, ella nota la necesidad que el niño tiene de ella y se siente invadida por sentimientos de amor y desarrolla una serie de comportamientos típicamente maternales. 
  • Cuando en 1919 Jung comenzó a hablar de “arquetipos”, insistió en que no son las imágenes o las experiencias mismas las que se heredan sino que lo que se hereda es la predisposición a tener determinadas experiencias. En otras palabras, que el arquetipo no significa una idea heredada, sino que lo que se hereda es una predisposición de un modo de actuar, de una pauta de comportamiento.  
  • Y expliquemos esto más en detalle. Todos los organismos, en el curso de su vida, se encuentran con «situaciones típicas», y como consecuencia de mutaciones genéticas, los individuos van adquiriendo una propensión a actuar de una forma que los hace adaptarse mejor, al responder adecuadamente a una situación típica determinada. Y la activación de esas reacciones más adaptadas se pueden transmitir genéticamente a las generaciones siguientes. Como por ejemplo en los animales, el ataque de un predador sobre su presa. O en los humanos, la activación del arquetipo del enamoramiento. De esa manera, las propensiones arquetípicas se han ido adaptando a las situaciones típicas que se encuentran en la vida humana.
  • Y en 1946, casi 30 años luego de hablar por primera vez de arquetipos, Jung va a precisar aún más su concepto de arquetipo al establecer una clara distinción teórica entre el “arquetipo en sí” que es completamente inconsciente (y, por tanto, imposible de conocer) y las “representaciones arquetípicas” que son esos complejos, imágenes, ideas, comportamientos a los que el arquetipo da origen (por ej. mitos, cuentos, sueños), los cuales sí se pueden conocer. 
  • Pero pienso que lo principal de todo este tema es la consecuencia de que los arquetipos nos predisponen a enfocar la vida y a vivirla de determinadas maneras, de acuerdo con pautas previamente dispuestas en la psique. Y eso sí lo podemos ver en la cotidianidad. Por ej en situaciones típicamente humanas como el nacimiento, la boda, la crianza, la separación o la muerte. Y no solo a enfocar la vida de determinadas maneras, sino que también los arquetipos logran organizar las percepciones y las experiencias, para ajustarlas a esas pautas de comportamiento. 
  • Como veremos luego, existe una cantidad enorme de complejos y recordemos también que en el núcleo de cada complejo hay un arquetipo. ¿A qué nos lleva esto? A que también hay la misma cantidad de arquetipos. Por eso, en el resto de la charla voy a hablar a veces indistintamente de complejos y de arquetipos. Precisamente por lo que en el núcleo de cada complejo existe un arquetipo. Y por eso también Jung decía que hay tantos arquetipos como situaciones típicas en la vida. Steven nos recuerda que hay figuras arquetípicas (por ejemplo, de la madre, hijo, padre, dios, sabio), acontecimientos arquetípicos (por ejemplo, nacimiento, muerte, separación de los padres, noviazgo, matrimonio, etc.) y objetos arquetípicos (por ejemplo, agua, sol, luna, peces, animales predadores, serpientes). 
  • Y cuando nacemos, lo hacemos con esa dotación enorme de equipo arquetipal, listo para activarse a lo largo de la vida.  Cuando hablemos de la individuación, si alcanzamos, profundizaremos en este tema. Recordemos lo que ya dijimos antes y es que el hombre no nace como tabula rasa, simplemente nace inconsciente, pero trae con él sistemas que están organizados y listos para funcionar de una manera específicamente humana. Estos sistemas se crearon a lo largo de millones de años de desarrolle humano. 

Al igual que los animales nacen con esos instintos como el de la construcción del nido en los pájaros, el ser humano trae consigo desde su nacimiento unos lineamientos básicos de su naturaleza humana. Y eso es sólo el inicio de una gran complejidad, ya que Jung dice además que los arquetipos originan los símbolos, que conducen a la creación de la cultura y de la civilización en la humanidad.

  • Ahora, volviendo al concepto de arquetipo, estas hipótesis de Jung no son completamente originales de él sino que tienen nexos que se remontan p.e. hasta Platón.

Y Jung reconoció su deuda con él. Recordemos que para Platón, las «ideas» eran colectivas en el sentido de que representaban las características generales de grupos de individuos en lugar de las particularidades específicas de uno de ellos. Por ejemplo, el perro Tomy de mi nieta tiene características comunes con todos los perros, que nos permiten clasificarle como perro, pero tiene también otros rasgos propios que son característicos solo de él. 

  • Y lo mismo sucede con los arquetipos: son comunes a toda la humanidad, pero cada persona los experimenta y los manifiesta a su manera particular. Eso lo vamos a hablar enseguida al referirnos a los complejos. Por ejemplo, un complejo materno, en cuyo núcleo habrá un componente arquetípico que hará que quien lo active, tienda a que viva ese complejo materno de manera parecidamente humana, pero que a la vez tiene un componente individual que está dado por la madre que nos haya tocado en suerte. Ya hablaremos de este tema más en profundidad.

·         Vayamos a la definición de arquetipo

 

  • Se pueden definir los arquetipos como: “patrones de estructuración del desempeño psicológico que se heredan con la estructura cerebral, y que funcionan como sistemas de disposición para la acción, constituidos a la vez por imagen y emoción, y que ayudan a las adaptaciones instintivas”.
  • Y finalmente, hablemos de cómo se pueden Activar estos arquetipos durante la vida
  • Y es que estas pautas de comportamiento están en la psique listas para activarse en forma de complejos a lo largo de la existencia de un ser humano y constituyen la columna vertebral del proceso de individuación. Esta imagen corresponde a la trayectoria de la vida humana, representada por el recorrido del sol.

En cada etapa de la vida: infancia, niñez, adolescencia, adultez, vejez y acercamiento a la muerte, existen arquetipos potenciales que tenderán a constelarse en complejos, con sus patrones de comportamiento, acompañados de posibilidades de sentir y de pensar, típicamente humanos.

Cada individuo debe saber que existen estas fuerzas que llevan a la activación de esos patrones. ¿Para qué? Para no obedecer ciegamente a las tendencias de lo colectivo que lo presionan a vivir las situaciones de formas preestablecidas.

  • Y si no hay un yo maduro que conozca, maneje y dialogue con esas tendencias arquetípicas, irremediablemente ese proyecto se convertirá, como en los mitos, en un destino que cumplir. Por eso, es que se dice que los personajes míticos son metáforas de comportamientos arquetípicos humanos.

Por ejemplo, mitos como los de Urano contra Cronos, o el de Zeus contra Cronos nos habla de la lucha a muerte, por poder que puede darse entre un padre y un hijo.

Al respecto afirma el analista Samuels: “Los arquetipos portan una fuerte carga de energía, potencialmente arrasadora a la cual es difícil resistirse (la capacidad de hacerlo depende de la etapa del desarrollo y del estado de la consciencia y del yo). Los arquetipos suscitan el afecto, ciegan al individuo a la realidad y toman posesión de la voluntad. Vivir arquetípicamente es vivir sin limitaciones…”

  • Entonces, ¿qué muestran los relatos míticos? Estos relatos ilustran lo que sucede cuando un arquetipotiene la rienda suelta y no hay intervención consciente del individuo. En ese sentido, la individuación consiste en el reconocimiento y en el diálogo del yo con esas fuerzas del destino, reconociendo su poder, pero sin someterse a ellas. Es decir, que en un sano proceso de individuación, si el yo puede hacer consciente la activación de los arquetipos, podrá reconocer el impulso de las actitudes psicológicas típicamente humanas, pero logrará adaptarlas constructivamente en su vida. ¿Cómo se puede hacer esto? Apropiándose creativamente de su energía.

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  • Y hablemos ahora del inconsciente personal y de los complejos, que como les diej al inicio de la charla, son mucho más visibles en la cotidianidad.
  • La psicología junguianaentiende los complejos de forma diferente a como los comprendía Freud.
  • En contraste con Freud, Jung consideraba que los complejos no eran algo necesariamente patológico, sino que representan partes esenciales de la mente, estando presentes en todos los seres humanos, tanto en las personas sanas como en las enfermas.

Así que los complejos son inevitables y debemos aprender a convivir con ellos pues representan el movimiento natural de la psique.

  • Como ya se mencionó, los complejosse personalizan en torno a arquetipos. Es decir, en el núcleo de todo complejo siempre existe un arquetipo. ¿Cómo y cuándo se pueden activar los complejos? Generalmente se van activando a lo largo de la vida, generalmente ante situaciones emotivamente fuertes, positiva o negativamente, y en esos casos ese suceso queda asociado a una imagen y es acompañado de una gran carga emocional.

Esa imagen será la de la situación particular que generó la intensa experiencia. Y en el futuro, cada que algo evoque esa imagen, regresarán las emociones de manera tan fuerte que harán que el individuo deje de actuar como lo hace habitualmente y lo haga de forma alterada. Eso explica que se hable de la autonomía de los complejos. Jung menciona que se los vive a veces como trasgos, o como duendes que hacen de las suyas y luego nosotros nos sorprendemos ¡de cómo actuamos en ciertas situaciones!

  • Por eso se dice que los complejos son el origen de todas las emociones A la izquierda, muestro algunas imágenes de la película “Intensamente” de Pixar. Y a la derecha, la cantidad de emoticones que se usan en redes sociales para expresar emociones y sentimientos. Que todos ellos se relacionan con complejos.
  • Jung decía que en sí mismos los complejos no son negativos. Que lo negativo es ignorarlos. La tarea es estar siempre abiertos a la posibilidad de aceptar que tenemos complejos, pues así podremos buscar su origen en algún choque adaptativo positivo o negativo de nuestro pasado o en algún logro u obstáculo que no hayamos aún asimilado. Y si tenemos esa apertura de mente, los complejos se convierten en incentivos para esforzarnos en controlar esas actitudes cuando son complejos negativos, o por el contrario, en dar vía libre a nuevas formas de ser, cuando son positivos. Es decir, un buen manejo de los complejos nos puede llevar a trabajar para que emerja una personalidad más rica y diversificada. Luego daremos un ejemplo de este potencial de los complejos al hablar de una prima de Jung que organizaba sesiones de espiritismo.
  • El tema de los complejos es tan importante en psicología analítica que recordemos que cuando Jung quiso darle un nombre a su enfoque, que lo diferenciara del psicoanálisis, se pensó en llamarlo “psicología de los complejos”. No fue el nombre con el que quedó, pero demuestra la importancia que tuvo este concepto en los orígenes de la psicología junguiana.
  • Hablemos ahora de la Autonomía de los complejos
  • Lo que más llamaba la atención de Jung sobre los complejos era esta autonomía. ¿Por qué motivo? Porque parecen actuar a veces de manera independiente del yo y como si tuvieran una personalidad propia.

A mí me encanta esa afirmación que hacía Jung, y es que “Todo el mundo sabe hoy que uno ‘tiene complejos’. Pero que lo que no es tan sabido es, sin embargo, que los complejos le tienen a uno”.

  • Aunque no los hayan llamado así, los complejos han sido conocidos en todas las culturas presentes y pasadas, porque se relacionan con los estados emocionales desbordados. Los seres humanos no siempre actuamos racionalmente ni nos comportamos siempre como quisiéramos. Por el contrario, somos gobernados muchísimas veces por impulsos bastante irracionales. Esas fuerzas que nos dominan son los complejos.

Pensemos en la cantidad de veces que perdemos el control. Eso que nos hacen sentir aterrorizados, avergonzados  o iracundos son complejos. Son fuerzas psíquicas emocionales que nos dominan muy a menudo, y nos hacen actuar como si estuviéramos “poseídos” por el demonio, ya sea dominados por la ira, el deseo, el miedo, la tristeza, la culpa, la vergüenza.

  • La “posesión” es precisamente uno de los términos técnicos utilizados en psicología junguiana para referirnos a la activación de un complejo. La posesiónes “la identificación del yo con un complejo”.

Eso nos lleva a pensar en las posesiones de la Edad Media, en las que se creía que un espíritu maligno se había colado en el interior de una persona y por tanto necesitaba de un exorcista que lo sacara.

  • También en muchas comunidades indígenas son frecuentes las posesiones por parte de espíritus, demonios, o dioses. Cuando un indígena está poseído por un espíritu, actúa como si tuviera una segunda personalidad que dominara al yo, y lo hiciera actuar diferente a como lo hace habitualmente.
  • Mircea Eliade, un especialista en el chamanismo, afirma que una de las principales labores de los chamanes en todas las culturas es sacar los malos espíritus de un miembro de su comunidad. A eso lo llamaríamos en psicología analíticaliberar al yo de la identificación con un complejo.
  • Desde la mirada junguiana, el mundo de los espíritus es el mundo de lo inconsciente, y los chamanes modernos somos los analistas y terapeutas que tratamos de viajar por el inconsciente de los pacientes, para ayudar a liberarlos de sus complejos.

       ¿Preguntas o comentarios?

  • ¿Cómo se pueden manifestar los complejos?
  • En estados normales, la autonomía de los complejos cobra vida propia para producir los lapsus que todos tenemos en la cotidianidad. Por ejemplo, es muy común en Colombia que al dar un regalo, la gente diga “Perdone la bobadita”. Ahora, si tenemos el defecto de ser interesados, pero no nos gusta reconocerlo, y en nuestro cumpleaños, alguien nos hace un regalo que nos parece muy poca cosa, se nos puede salir decir, como lo he visto en dos oportunidades, “Gracias por la bobadita”.
  • También son los complejos los que explican los espíritus que llegan a poseer a los mediums que se encuentran en trance. Y hablo de los médiums reales, no de los estafadores. Eso, como había mencionado antes, Jung lo comprobó con una prima suya que organizaba sesiones de espiritismo. Ella tenía un carácter muy sencillo y humilde, pero cuando entraba en trance en esas sesiones, adquiría la personalidad de una mujer experimentada y altiva. Ese era un rasgo que su prima tenía reprimido y que luego, en el futuro, ella llegó a desarrollar conscientemente. Ese caso nos recuerda que no siempre los complejos son negativos.
  • Pero los complejos también aparecen en personas enfermas. En estados trastornados de la consciencia, esta autonomía puede manifestarse por ejemplo en las voces y alucinaciones que escuchan y ven los esquizofrénicos.
  • Hablar de complejos es hablar también de disociaciones, y en todas las épocas y en todos los lugares, la gente ha sufrido siempre de disociaciones psíquicas. Los complejos son también los que explican ese fenómeno tan extraño pero tan fascinante que son las personalidades múltiples en casos de histeria. En tiempos de Jung se hablaba de personalidades parciales a las segundas personalidades, y Jung argumentaba que “en el fondo no existe una diferencia fundamental entre una personalidad parcial y un complejo”.
  • Aunque antes se creía que el ser humano tenía una única personalidad, Jung va a afirmar que en realidad esa personalidad está compuesta por un conjunto de subpersonalidades o personalidades parciales. Es muy preciso el analista Ira Progoff al titular el capítulo dedicado a los complejos “Individuos dentro del individuo”. Y es que los complejos se pueden ver como subpersonalidades. Lo que pasa es que en gente relativamente estable, los complejos son subpersonalidades que se encuentran la mayor parte del tiempo bajo el control del yo, mientras que en personas trastornadas, esas subpersonalidades pueden llegar a arrebatarle el control del comportamiento al yo.
  • En el campo del desorden de personalidad múltiple (o “trastorno de identidad disociativo” como lo llama ahora el DSM-5, que es el manual de diagnóstico de trastornos mentales), va a ser Pierre Janet quien va a realizar a finales del siglo XIX sus famosos experimentos sobre casos de disociaciones dentro de la misma psique. En su momento, Janet dijo que había podido descubrir en algunos casos la presencia de varias “partes de la personalidad” que tenían un cierto grado de conscienciay que nada sabían de las demás partes.
  • Es muy conocido el caso que relata Janet en el que una paciente gravemente histérica era capaz, por un lado, de decirle a su médico lo que le transmitía su yo, mientras que, por otro lado, con la mano izquierda escribía cosas completamente diferentes que le decía otra parte de su personalidad. Esta segunda voz era la de un complejo autónomo.
  • Pero Janet no habló en ese momento de “complejos”. Quien utilizó el término por primera vez para referirse a esas personalidades parciales fue Breuer, quien trabajó con Freud. Él se basó en el caso de Anna O., una joven con personalidad múltiple, y tanto Freud como Jung van a tomar prestado este concepto de Breuer, para desarrollar sus teorías sobre los complejos.
  • No obstante, aunque Freud habló de algunos complejos en psicoanálisis como, por ejemplo, el complejo de Edipo, el de castración, los complejos de padre y madre, fue realmente un tema que despertó muy poco su interés y el de sus seguidores.

Al ser Freud neurólogo de profesión, ese concepto era demasiado “psicológico” para él, y prefirió seguir el camino de la biología y tratar de explicar esos fenómenos de escisiones psíquicas a partir de “impulsos”. No me resistí a poner este dibujo de Quino sobre el complejo edípico. ¡Se me salió un complejo! Dice el hijo a su padre: “¿Celoso porque vos no la conocés desde que naciste y yo sí?

  • (Características de los complejos junguianos)

Por su parte, Jung tenía una forma de aproximarse al tema de manera más psicológica y menos biológica, y logró entender los complejos a partir de sus experimentos con asociación de palabras. ¿Cómo lo logró? Como ya Uds saben, usando un listado de palabras muy bien seleccionadas. Les pedía a los pacientes que respondieran con otras palabras que vinieran a su mente, y medía el tiempo que se tomaran para hacerlo. Investigando aquellas palabras a las que el individuo no supiera que responder o demorara mucho la respuesta, Jung descubrió que se relacionaba con los complejos del inconsciente.

Cuando Freud supo de estos hallazgos de Jung, quedó maravillado porque resultaban la comprobación experimental de la existencia del inconsciente, lo cual hasta ese momento era sólo una especulación que no se había podido comprobar. Esta es una imagen de la película “un método peligroso” de Cronenberg.

  • Acá volvemos al esquema que representa la estructura junguiana de la psique, con el yo ubicado en el umbral entre la conscienciay lo inconsciente, y para recordar que el yo está asediado tanto por exigencias del mundo externo que provienen del entorno (vecinos, alumnos, cónyuges, jefes), pero que también lo está por presiones del mundo interior (y son todos los complejos (ej. el paterno, el anima y el animus, la sombra, el complejo materno, etc).

En el ámbito junguiano se considera que ese mundo interior es tan real como el exterior, y que hace cantidad de exigencias de las que pocas veces somos conscientes. En otras palabras, de la misma manera en que somos alterados por personajes del mundo externo, así mismo somos perturbados por los complejos, esos personajes, imágenes y emociones que provienen del mundo interno. Y lo que había hecho Jung era comprobar su existencia, demostrando de cierta manera que eran observables y cuantificables.

Jung profundizó en el estudio de este mundo interior y descubrió que se trataba de un territorio habitado por esos extraños pobladores que son los “complejos”. Y se sorprendió que no fueran unos pocos sino que este “espacio” del inconsciente personal estuviera plagado de ellos. Pero, ¿qué eran estos complejos que provocaban esas perturbaciones en la consciencia?

  • (Definición y características del complejo)

¿Cuál fue su definición? Jung dice que complejo “es la imagen de una situación psíquica determinada, intensamente acentuada desde un punto de vista emocional y que además se revela como incompatible con la habitual situación o actitud consciente”.

Al continuar investigando sobre el tema, encontró (como ya lo habíamos mencionado) que en el núcleo de cada complejo existe un componente arquetípico. Por ejemplo en el complejo materno de un individuo siempre existirá en su núcleo un componente arquetípico de la madre.

  • Y una pregunta clave que ya habíamos formulado: ¿Cómo se genera un complejo a partir de un arquetipo? La hipótesis es que un arquetipo comienza a operar en la psiquecuando en el entorno del individuo se presentan algunas situaciones o personas cuyas características guardan semejanza con el arquetipo en cuestión. Por ejemplo, el complejo materno se formará y se activará cuando el bebé viva en íntima cercanía con una mujer, normalmente la madre, cuya conducta es semejante a la anticipación interior que el niño tiene de la maternidad, es decir del arquetipo de la madre.

Preguntas?

  • Eso nos lleva a otra pregunta: ¿Cómo es la estructura del complejo? En la definición se dice que es la “imagende una situación”. Una situación intensa, como habíamos visto. Esa palabra “imagen” es clave porque las imágenes son para Jung la esencia de lo psíquico. La imagen de esa situación puede ser positiva o negativa.

Por ejemplo, en el caso del complejo materno positivo de un hombre, la imagen podría ser el recuerdo congelado de una relación amorosa con la madre. En el caso de un complejo materno negativo, la imagen central puede ser un evento traumático, por ejemplo una madre brutalmente castigadora. Esto último lleva a que los traumas son a menudo generadores de complejos.

Puede suceder que estos complejos se repriman inconscientemente como una defensa del yo, y así, en el caso del complejo negativo, el yo deje de tener acceso a esas imágenes emocionalmente significativas del pasado.

Con el correr del tiempo, esa imagen original puede atraer a su órbita, como un imán, recuerdos, ideas y otras imágenes asociadas, que se van agrupando alrededor de ella y van aumentando la energía del complejo. Es necesario entender que lo que mantiene a todos esos elementos unidos es la emoción, la cual es el “pegante” interno de los complejos.

  • Hablemos ahora del núcleo del complejo. Ese núcleo central está realmente conformado por dos componentes (ya lo habíamos dicho muy de carrera): una parte colectiva o arquetípica y otra individual. En el ejemplo que pusimos del complejo maternonegativo, la parte arquetípica será un elemento innato relacionado con las experiencias humanas colectivas vinculadas con lo materno negativo, representado por ejemplo, por la bruja; la parte individual es el fragmento congelado de la memoria del maltrato.

La parte individual es la que hace que no todos actuemos de la misma manera en la vida, tal como lo hacen los animales, en los que los instintos tienen un peso tan determinista.

Es decir, cuando se activa el arquetipo de la madre en el individuo, hará que la parte arquetípica lleve a que haya en el individuo “una tendencia” a comportarse innatamente con su madre de una manera muy semejante al resto de seres humanos; pero la parte individual, que responde a la experiencia con la madre real que le haya tocado en suerte, buena o mala, lo llevará a “actuar” en una forma personal diferente a los demás. Recordemos que Jung se basó en Platón para este planteamiento.

  • Los complejos paterno y materno son los más importantes y poderosos, tan fuertes que pueden a su vez generar otros complejos. ¿Cómo puede funcionar eso en la cotidianidad? Un ejemplo de esta situación puede ser el caso de un hombre que de niño haya tenido un padre exageradamente autoritario, que active un complejopaterno negativo que a su vez haya activado un complejo de autoritarismo.

El complejo paterno negativo lo puede llevar a decir conscientemente “No quisiera nunca en la vida llegar a parecerme a mi padre”. Ese pensamiento hace que durante su existencia, cada vez que tenga un conflicto con otra persona y sienta el impulso de imponer con exceso de autoridad su punto de vista, la imagen del padre lo contenga.

  • Al comienzo tratará de olvidar que ha tenido el impulso autoritario, pero con el tiempo terminará siendo un impulso reprimido y así se habrá generado un complejo de autoritarismo. Pero toda actitud llevada por represión al inconsciente formará de manera compensatoria la actitud contraria en la consciencia, y el resultado será un juego de polaridades, una de ellas inconsciente y la otra consciente.

En este ejemplo, las polaridades pueden ser el autoritarismo y la sumisión. Es decir, el autoritarismo reprimido puede llevar a que el individuo tienda a actuar sumisamente con la gente, salvo cuando se active inesperadamente el complejo de autoritarismo.

  • Hablemos ahora de la constelación de un complejo.
  • En psicología junguiana a la acción de activarse un complejose la llama “constelar”. Es decir, cuando en el ejemplo que acabamos de dar, el complejo autoritario se “constela”, es decir se activa este complejo, su componente emocional hace que influya en su comportamiento y que actúe en forma diferente a lo cotidiano. El término “constelación” significa que la consciencia de ese individuo está siendo perturbada por el complejo.

¿Por qué se altera el comportamiento habitual del individuo cuando un complejo se constela? En situaciones normales, el yo de este individuo del ejemplo tiene una energía que le permite actuar a voluntad. Pero en forma soterrada, el complejo autoritario va adquiriendo su propia energía que actúa como un imán, atrayendo durante la vida nuevas imágenes, emociones y sentimientos relacionados con el autoritarismo, que lo van fortaleciendo.

  • Posteriormente el complejo se puede constelar cuando en el entorno se presenten unas determinadas circunstancias. Una situación sería que nuestro hombre se encuentre con un jefe que tenga unos rasgos parecidos a los de su padre maltratador. En ese caso, es posible que este hombre proyecte su complejo en el jefe y la energía del complejo supere la energía del yo. ¿Cómo podrá actuar? Una posibilidad es que el complejo lo haga sentir como si estuviera de nuevo ante su padre y comenzara a actuar de manera irracionalmente sumisa, de manera diferente a su comportamiento habitual. Después podrá decir que no sabe por qué actuó de esa manera tan humillante.
  • Otra posibilidad es que se identifique con el complejo. Por ejemplo, que ante un conflicto con su hijo, vea que este se comporta sumisamente como lo hacía él, de joven, ante su padre. Y el resultado es que, sin quererlo, empiece a actuar de manera autoritaria, llevando a la realidad ese miedo que tenía de pequeño de terminar pareciéndose al padre.
  • Pero, reaccione de una forma u otra, el complejo le hará comportarse con actitudes extremas, de manera sumisa o autoritaria, impidiéndole actuar en una forma moderada y asertiva. Esta dificultad de poder actuar por el camino de medio es característica de los complejos.

Sin embargo, lo peor es que el hecho de haber reaccionado de esa manera una vez, no impide que vuelva a repetirse esa reacción una y otra vez. Eso es lo desconcertante de los complejos y es saber que siempre que se presente una situación determinada, el sujeto volverá a actuar incontroladamente, salvo que haya un trabajo interior de introspección, o que haya una intervención terapéutica que lo lleve a ejercer algún tipo de control sobre el complejo.

  • Las reacciones que causa un complejo varían, dependiendo de la energía psíquica que dicho complejo haya acumulado. Puede ir desde hacerle tener a alguien, como ya vimos, un lapsus en una reunión social, o puede hacerle golpear a alguien, o llegar a asesinar a quien le tocó su complejo, o tener alucinaciones, o tomar la voz de un médium o desarrollar personalidades múltiples.
  • Afirma Ira Progoff que “cuando un hombre se halla poseído por el demonio del complejo, se puede decir, con razón, que ya no es él mismo”. En ese sentido, realmente nadie es totalmente responsable de lo que hace cuando cae en las garras de un complejo. Por ejemplo, cometer un crimen. Dice Murray Stein que desafortunadamente, eso no es una justificación válida en un juicio penal. Reacciones de este tipo son lo que hemos llamado la autonomía de los complejos, pues parecería como si en esos momentos cobraran vida propia.

Reiterando algo que ya se había mencionado, ante esa realidad, nuestra obligación es tratar de que el yo reconozca sus complejos y lidie con ellos, para evitar que desarrollen tanto su energía como para actuar sin control.

  • Progoff dice: “Debemos identificarlos, describirlos y comprender su funcionamiento si queremos controlarlos y manejarlos para alcanzar la integración de la personalidad”.
  • Para eso, una de las tareas del proceso de desarrollo psíquico o proceso de individuaciónconsiste en que el yo esté siempre en guardia para mantenerse siempre diferenciado de los complejos. Un yo fuerte es aquel que conoce sus complejos y puede interactuar con ellos, sin proyectarlos en los demás ni identificarse con ninguno.
  • Veamos los Tipos de complejos

¿Cuántos complejos existen? Muchísimos. Para la psicología analítica, insisto, los complejos son parte de los fenómenos normales de la vida. Jung llegó a decir que son partes esenciales del ser humano. Sin complejos, los seres humanos tendrían una vida absolutamente plana y vacía. Además, Progoff señala que el complejo “proporciona, con suma frecuencia, el ‘sabor’ o carácter distintivo de la personalidad de un sujeto dado”.

  • Como existen tantos complejos y de tantas clases, su estudio es complicado. Podemos sin embargo apoyarnos en Hans Dieckmann, un analista junguiano alemán que ha trabajado más este tema, y hacer una categorización inicial que ayude a reconocerlos. Hay complejos que se apoyan en las relaciones familiares, los roles sociales, los impulsos humanos, los personajes mitológicos, las situaciones críticas humanas, los ciclos de vida, y el proceso de individuación, entre otros.
  • Veamos los primeros. Podemos considerar los complejos en términos de relaciones familiares significativas. Los principales, como dijimos, son el complejopaterno y el complejo materno, pero también… (SE LEE)…
  • Segundo, otro grupo de complejos se refieren a roles o papeles sociales, algunos con características tan colectivas que pueden también ser considerados como arquetipos. Muchos de estos han sido descritos por autores posjunguianos. Tenemos aquí el rol del puer aeterno, la puella aeterna, (SE LEE)… Veremos luego que estos complejos pueden estar asociados al complejode la “persona” o máscara, que analizaremos luego. Acá debo hacer un llamado y es a evitar autores como Caroline Myss que tiene un libro llamado “Arquetipos: quién eres en realidad”, y que menciona una cantidad de arquetipos. El problema es que ella ha sido muy cuestionada, no porque no sea junguiana (que no lo es) sino porque su trabajo está plagado de inconsistencias.
  • Tercero, un grupo más de complejos son los que se derivan de las actitudes e impulsos humanos, por ejemplo, (SE LEE)…
  • Cuarto, hay un grupo de complejos basado en la noción de personajes mitológicos o imágenes arquetípicas. Aunque su cantidad no es infinita, es un número increíblemente alto. Sólo hay que ver la variedad de figuras mitológicas. Por ejemplo, el mitodel héroe, pero también todo el panorama de los personajes de la mitología griega: el más general y más investigado es el del héroe, pero también se ha escrito sobre el de Casandra (¿recuerda alguien a Casandra?) Apolo la amaba y no fue correspondido por lo que él la maldijo para que adivinara el futuro pero que nadie le creyera)… (SE LEE)…
  • Quinto, están también los complejos relacionados con situaciones críticas humanas: el viaje nocturno por el mar, los celos, la muerte, la infidelidad, la guerra, la enfermedad, la orfandad, el abuso sexual.
  • Sexto, existen igualmente los complejos relacionados con ciclos de la vida: el niño, el adolescente, el senex, el viejo sabio, la virgen, la anciana.
  • Séptimo, una categoría adicional de complejos muy importantes, quizás los más trabajados por Jung, corresponden al desarrollo durante el proceso de individuación. Y aquí tenemos un número bastante manejable de complejos: la persona, la sombra, el anima, elanimus, y el sí-mismo.

Sólo vamos a profundizar en estos últimos complejos, por ser tan universales en el sentido de poderse activar a lo largo de la vida de todo individuo, dentro de un proceso de individuación deseable.

Complejos del desarrollo

  • Si los queremos ubicar en nuestro esquema de la estructura junguiana de la psique, veremos que aunque todos estos complejos se encuentran en el inconscientepersonal, hay algunos que se hallan más cerca de la consciencia y otros más cerca de lo inconsciente colectivo. En este esquema, el yo está en el umbral que separa la consciencia de lo inconsciente, y a medida que se desciende hacia el inconsciente colectivo nos podríamos encontrar con el complejo de la persona, luego con el de la sombra, en un nivel más profundo estarían el ánima y el ánimus, y finalmente el sí-mismo, el cual, al estar tan cerca de lo inconsciente colectivo, tiene un carácter más de arquetipo que de complejo.
  • Definamos sucintamente estos componentes. El yo es lo que somos en esencia y lo que conocemos de nosotros de manera consciente. La personaes la manera como deseamos que nos vean los demás, es decir, nuestra “máscara” psicológica y la mediadora entre nuestro verdadero yo y el exterior que nos rodea. La sombra es esa parte que no reconocemos en nosotros mismos o que no nos gusta o que nos avergüenza. El ánima es el aspecto femenino interno del hombre y el ánimus es el aspecto masculino en la mujer, y tanto anima como animus son los mediadores entre nuestro yo y el sí-mismo, que es el centro regulador de la psique, que contiene a todos los demás complejos.
  • Ahora, Jung estaba convencido de que la psique es un sistema autorregulado que se esfuerza por mantener el equilibrio entre tendencias opuestas, por lo que en lo que vamos a ver luego resaltaremos en algunos momentos la polaridad dinámica que existe entre el yo y el sí-mismo, entre la personay la sombra, y entre el ánima y el ánimus.

·         COMPLEJOS DEL DESARROLLO

 

Ahora vamos a profundizar en cada uno de ellos, comenzando por hablar en su orden del yo, la persona y la sombra, que están un poco más cerca de la consciencia. Y luego el ánima, el {ánimus y el sí-mismo que están en un plano más profundo, más cerca del inconsciente colectivo.

·         Empecemos por el primer complejo: El yo

  • Aunque se sorprende uno la primera vez que lee a Jung hablando del yo, como un complejo, él lo justifica, diciendo: “Por ‘yo’ entiendo un complejo de representaciones que constituye el centro de mi campo consciente y que parece poseer un alto grado de continuidad e identidad consigo mismo, motivo por el que a veces me he referido también a él como el complejo del yo”.
  • Pero, para decir la verdad, lo que en mi opinión tiene el yo en común con otros complejos son dos aspectos: (1) que está cargado de enorme energía psíquica, mucho más que cualquier otro complejo, y (2) que en su núcleo existe un arquetipo: el arquetipo del sí-mismo. Pero difiere en otros aspectos, según la definición que habíamos dado antes: (1) que no cambia la habitual actitud consciente cuando se activa, porque de hecho, él representa el comportamiento habitual; (2) está constituido, no por una imagen como el resto, sino por muchísimas imágenes y representaciones. Pero Jung lo incluyó como uno de los complejos del desarrollo y por eso lo adiciono acá.

Reitero algo ya mencionado antes y es que el yo es el centro de la consciencia y es el responsable de mantener los contenidos dentro de ella, pues un contenido sólo se hace consciente en la medida en que esté relacionado con el yo.

  • Así como el yo puede acoger contenidos provenientes de lo inconsciente, puede también eliminar contenidos, enviándolos a este. Estando en el umbral entre la consciencia y lo inconsciente, el yo tiene la fundamental función de mantener un diálogo con los otros complejos de lo inconsciente, entre otros con el resto de complejos del desarrollo. Además, el yo es ese ente psíquico que desea cosas y que reflexiona, y además que da el sentido de identidad y de continuidad a la vida.
  • Existe un gran problema con el yo y es que, al ser el centro de la conciencia, tiende a sufrir una “inflación” y a sentirse más importante de lo que es, lo cual representa su gran drama. Al igual que en otra época se creyó que la Tierra era el centro de todo el universo, así mismo uno tiende a pensar que el yo es el centro de la personalidad total, y que por lo tanto “uno se conoce”. La realidad es que el yo conoce sólo sus propios contenidos. Cuando nos preguntan qué tanto nos conocemos, lo que respondemos se refiere a lo que sabemos de nuestra historia personal, cuya mayor parte es lo que nuestros familiares nos han contado, y algunas otras cosas que hemos comprendido a través de procesos terapéuticos o de autoanálisis. Pero la realidad es que la mayor parte de nuestra vida psíquica permanece oculta. Y no sabemos tampoco casi nada del funcionamiento de nuestro cuerpo, ni de sus estructuras fisiológicas y anatómicas. No sabemos nada por ej. del sistema nervioso simpático, que actúa de manera autónoma para controlar funciones involuntarias, tales como la frecuencia cardíaca, la digestión, la sudoración, etc. 
  • Entonces, es terrible cuando el yo descubre, no sólo que no es el centro de la personalidad, sino que como ya habíamos dicho antes, que es una entidad que vive debatida entre todo tipo de fuerzas provenientes tanto del mundo externo como también del interno. ¿En qué consiste la fortaleza del yo? Un yo fuerte es aquel que se relaciona objetivamente con todas esas fuerzas externas e internas, sin identificarse con ninguna de ellas. Es terrible por ejemplo que el yo de un individuo se identifique inconscientemente con un jefe. Ojo: no que lo imite conscientemente, sino que se identifique con él sin darse cuenta conscientemente. Pero igualmente peligroso es que el yo de alguien se identifique inconscientemente con su sombra. Vamos hablar en un momento de esa situación.
  • Pero recodemos que esta charla se refiere a cómo se manifiestan los complejos en la realidad. Y los sueños hacen parte de la realidad.
  • ¿Cómo suele presentarse el Yo Onírico en los sueños?

Puede el soñante estar actuando en el sueño o verse a sí mismo actuando. Pero aún si no se ve a él mismo, sabe claramente que se trata de él. Un ejemplo de sueño con el yo onírico es el siguiente: (SE LEE)…

  • Y la interpretación sería esta: (SE LEE)…
  • Sigamos ahora con la Persona. Durante el desarrollo de nuestras vidas, tenemos la tendencia a adaptarnos a lo que se espera de nosotros y a comportarnos de un modo aceptable según las normas sociales. Pero esa presión social hace que muchas cosas de nuestra personalidad se pierdan, o mejor dicho, se empujen hacia el inconsciente, lo que en términos psicológicos se dice que son rasgos que ha sido reprimidos.
  • Ahora, los niños pequeños suelen ser caprichosos y agresivos porque espontáneamente dejan salir sus impulsos. Y lo que suelen hacer los adultos en esos casos es reprenderlos para evitar que continúen así y para que se adapten socialmente. Sin embargo, la equivocación de la mayoría de padres y educadores es creer que con eso han logrado cambiar la personalidad de los niños, cuando lo único que ha sucedido es que esas tendencias desagradables han sido sólo reprimidas. Pero, en realidad, esos rasgos siguen viviendo en el adulto. Y ese olvido parece tan perfecto, que de adultos creemos ser exactamente tal como parecemos. Pero no. Las tendencias reprimidas simplemente se han ido al inconsciente personal.
  • Eso quiere decir que el proceso de socialización lleva a que la mayoría de los individuos formemos una máscara social detrás de la cual vive escondido nuestro yo esencial. Jung llama a esa máscara la “persona”, que es el nombre que se daba a las máscaras llevadas por los actores en la antigüedad.
  • Y no es algo negativo usar esa máscara. Todos debemos llevarla, tanto un hombre que ejerce una profesión, como una mujer que se casa, como un padre que tiene hijos. Todos ellos, de alguna manera, adoptan las características que se espera de ellos, de acuerdo con el papel elegido. La persona es simplemente una faceta de la personalidad que sin embargo corre el riesgo de ser confundida con la esencia del individuo, lo cual es un gran peligro.
  • No obstante, la persona es una necesidad a través de la cual nos ponemos en contacto con nuestro entorno. Es útil porque facilita nuestros contactos con los demás, indicándonos lo que podemos esperar de ellos y lo que ellos pueden esperar de nosotros. Yo por ejemplo me debo poner mi máscara de terapeuta cuando atiendo un paciente. ¿Qué pasa cuando alguien no utiliza una “persona” adecuada? Pues que tienden a ser individuos faltos de tacto que suelen ofender a los demás. Pero, en el otro extremo, está aquel que se identifica con el papel que se desempeña. Y eso hace que se olvide quién es en esencia.
  • ¿Cómo suele presentarse la persona en los sueños?

En forma de máscaras, ropas, disfraces, uniformes, vestimentas u otro elemento exterior. Un ejemplo de sueño con la persona o máscara es el siguiente: (SE LEE)…

  • Y la interpretación sería esta: (SE LEE)…
  • Pasemos ahora al segundo complejo, la sombra. Jung llama sombra a aquella otra parte de nosotros que también se encuentra en el inconsciente personal, y que representa el ser inferior que habita en nosotros, aquel que desea hacer todas las cosas que tenemos prohibido hacer. Recoge buena parte de los rasgos reprimidos por la persona o máscara social. Simboliza todo lo que nos avergüenza de nosotros mismos, y todo lo que no deseamos ser. Se manifiesta esa sombra por ejemplo cuando, luego de haber estado dominados por la ira, nos excusamos diciendo: “Perdónenme pero realmente no sé qué me pasó”. O “qué pena, pero ese realmente no era yo”.
  • Podemos reconocer nuestra propia sombra cuando la vemos proyectada en alguien que nos irrita particularmente. Pero debe ser una irritación visceral, no una molestia leve por alguien mal educado. Ante ese desagrado tan emocional podemos entonces sospechar que lo que nos molesta es un defecto propio que estamos proyectando en ese otro individuo.
  • La sombra es el conjunto de deseos y emociones no civilizados que son incompatibles con las normas sociales y con nuestra personalidad ideal, o sea, con nuestra máscara. Representa todo aquello que nos apena, y todo aquello que no queremos saber de nosotros mismos.
  • La sombra es inevitable, lo mismo que son inevitables nuestras cualidades. Sol y sombra hacen parte del ser en su totalidad. La sombra en la conciencia es inevitable, y sin ella el individuo estaría incompleto. Se dice que para que alguien sea de verdad humano, necesita tener un poco de maldad. Jung piensa que es inútil negar la sombra o intentar reprimirla totalmente. Se hace entonces necesario encontrar un modo de convivencia con ese lado oscuro de nosotros mismos. Pero aceptar la sombra implica frecuentemente considerables esfuerzos éticos, pero esto sucede sólo porque los ideales se suelen poner demasiado alto, casi que inalcanzables.
  • Recuerdo que la analista Frieda Fordham comenta que un hombre que inconscientemente odia a su mujer de tal modo que la quisiera matar, puede en esa situación de ánimo llegar a matarla realmente, en un ataque de ira. Pero que si previamente este hombre reconoce como suyos esos sentimientos de odio, podría llegar, o a superar tales sentimientos, o a buscar la forma de cambiar la situación que generó ese odio.
  • ¿Cómo suele aparecer la sombra en hombres y mujeres? Suele estar personificada en figuras desconocidas, muchas veces negativas o peligrosas.
  • Este es un ejemplo del sueño de una mujer (SE LEE)…
  • Y esta es la interpretación (SE LEE)…
  • Este es un ejemplo del sueño de un hombre (SE LEE)…
  • Y esta es la interpretación (SE LEE)…
  • Después de la sombra, podemos penetrar más hondamente hacia el inconsciente colectivo. El planteamiento es que el inconsciente de un hombre contiene un elemento complementario femenino y el de una mujer contiene un elemento masculino. A estos elementos los llama Jung respectivamente el anima y el animus.
  • Hablemos primero del anima, la parte femenina en los hombres. Jung dice que existe en el inconsciente del hombre una imagen colectiva heredada de la mujer, con cuya ayuda capta la naturaleza de las mujeres.

La primera y más importante experiencia de relación con una mujer le viene al hombre por medio del trato con su madre. Hay hombres que nunca llegan a ser capaces de liberarse del poder fascinante de las madres. Se dice que la imagen materna que cada niño experimenta en su interior, no es sólo un retrato de su madre real, sino que también contiene la imagen heredada de lo femenino a través de los siglos. Esa es la influencia del ánima.

  • Lo que se espera es que a medida que el hombre va creciendo, su anima vaya dejando la influencia de la imagen materna y se vaya conformando una anima propia. La proyección del anima en las mujeres que lo rodean influirá en sus enamoramientos a lo largo de su vida, pero la mayoría de los hombres no se da cuenta de que están proyectando su figura interior de mujer sobre alguien que en realidad es muy diferente. Después de un tiempo, la proyección se recogerá y se verá a la mujer de carne y hueso. Y muchas desavenencias de pareja surgen por esta causa.
  • El anima tiene dos aspectos, uno luminoso y otro oscuro, que corresponden a diferentes tipos de imágenes: por un lado la figura pura, santa y noble, y por el otro, la prostituta, la seductora o la bruja.
  • En su activación positiva, el ánima se expresa en su actividad orientadora y creadora. En su fase negativa puede generar fantasías, cambios de humor, presentimientos y explosiones emocionales.
  • De otra parte, el animus en la mujer es la contrapartida del ánima del hombre. Se dice que proviene también de la imagen colectiva de lo masculino que la mujer recibe en forma heredada.
  • El ánimus positivo impulsa a la mujer a la búsqueda del conocimiento y la verdad y la conduce a actividades finalistas, mientras que el animus negativo produce opiniones que se apoyan en creencias inconscientes, en vez de pensamientos dirigidos.
  • Lo mismo que la madre es la primera portadora de la imagen del ánima para el niño, igualmente el padre personifica la imagen del animus para la niña, y esta combinación parece ejercer una fascinación profunda y duradera sobre la mente de ella.
  • Lo mismo que sucede con el anima, en el curso del desarrollo normal, el animus en la mujer debe descontaminarse de la figura paterna y asumiendo un carácter propio. Será proyectado sobre figuras masculinas que le atraerán. Y cuando esta proyección se realiza, la mujer cree firmemente que el hombre es en realidad como ella lo ve, y le resulta casi imposible aceptar al hombre tal como es en realidad.
  • Ahora un aspecto común es que ambos, anima y animus, son mediadores entre la mente consciente y el inconsciente, y cuando se personifican en fantasías, sueños o visiones, nos ofrecen la oportunidad de conocer algo de lo que se oculta detrás de lo consciente. La influencia del anima y del animus es mucho más difícil de percibir que la de la persona o la de la sombra.
  • El anima y el animus suelen aparecer en hombres y mujeres como una figura contrasexual. En el caso del animus puede ser como grupo de hombres.
  • Entonces en el hombre, el anima suele aparecer como figuras femeninas generalmente desconocidas o poco significativas. Este es un ejemplo propio, en el que se mezcla tanto la sombra como el anima (SE LEE)…
  • Y esta su interpretación (SE LEE)…
  • Ahora, el animus suele aparecer como figuras masculinas generalmente desconocidas o poco significativas. Un ejemplo de sueño de una mujer con su animus es el siguiente (SE LEE)…
  • Y esta su interpretación (SE LEE)…
  • Bueno y llegamos a nuestro último de los complejos del desarrollo que es el sí-mismo. Si la persona ha trabajado seriamente y por un tiempo suficiente con este par de arquetipos del anima y animus, hasta poder reconocer que ya no se identifica con ellos, aparecerá en los sueños una nueva forma simbólica que representa al «sí-mismo». Como habíamos dicho antes, el sí-mismo es el núcleo más íntimo de la psique. Alcanzar esta etapa es como lograr el cinturón negro en karate, luego de haber logrado pasar por cinturones de los demás colores.

Después del ánima y el animus, es el complejo que más tiene influencia en la vida de un individuo. Pero sólo se dejara percibir si el yo lo permite; es decir, si el yo deja la creencia en su propia omnipotencia. Sólo entonces puede emerger un nuevo centro de la personalidad, que se situará entre la conciencia y el inconsciente. Como centro de la totalidad de la psique, el sí-mismo une simbólicamente a todos los elementos opuestos: lo consciente y lo inconsciente, lo masculino y lo femenino, lo bueno y lo malo, todos los contrarios. Y, al unirlos, los cambia a todos. Lo cual no es una meta fácil.

  • Es decir, una persona madura no puede alcanzar esta meta sino a través de una intensa lucha, que implica muchas veces sufrimiento, sobre todo para la mente latina, tan acostumbrada a ver fuerzas contrarias en todo, a ver polaridades en todo. Por eso se le dificulta tanto aceptar las paradojas en las que coexistan las polaridades. Por eso, un símbolo del sí-mismo puede estar representado en el Dios Jano de la antigüedad que podía mirar hacia dos lados a la vez: al pasado y al futuro, el bien y el mal, lo femenino y lo masculino, etc. Todos los contrarios.
  • Y hablar del sí-mismo es hablar de individuación. A Jung le gustaba representar la individuación como una semilla de pino que contiene el futuro árbol, en forma latente. Es una hermosa metáfora de lo que es la individuación coordinada por el sí mismo. Es una imagen que desarrolló luego el analista James Hillman en su obra “El código del alma”. Y es que la semilla de un pino contiene en forma latente todo el futuro árbol. Pero cada semilla cae en un lugar diferente en el que hay ciertas características del suelo. Y lo potencial del pino reacciona ante esas circunstancias mientras va creciendo y llegando lentamente a la plenitud de su totalidad. Dice von Franz que sin el árbol vivo, la imagen del pino se queda sólo en una posibilidad.
  • Y lo mismo sucede con el ser humano: la realización de un individuo es la meta del proceso de individuación. Podríamos decir que la Indc contiene latente la realización de la vida. Estrictamente hablando, el proceso de individuación es real sólo si el individuo se da cuenta del proceso y lleva a cabo conscientemente una conexión viva con él. Y esto se logra entre otras formas mediante la interpretación de sueños. De esa manera el ser humano es capaz de participar conscientemente en su desarrollo.
  • Por eso es tan potente la imagen del pino en crecimiento, que no hace planes sobre cómo vencer los obstáculos que va encontrando, sino que tantea de manera natural si tiene que crecer más hacia la izquierda o hacia la derecha, entregándose a ese impulso espontáneo y creativo que surge del «sí-mismo». Y se trata de un proceso particular y único en cada individuo, porque el camino de autorrealización es diferente en cada uno de nosotros.
  • Y los sueños nos están siempre orientando sobre ese proceso de autorrealización. Y es la respuesta a ¿para qué soñamos? Y a ¿qué papel desempeñan los sueños en nuestra vida como un todo? Jung descubrió no sólo que todos los sueños son significativos para la vida del soñante sino que todos ellos, en conjunto, son parte de ese gran proceso de individuación, el cual parece seguir un cierto orden. Ese orden no se puede observar si se analizan sueños sueltos, sino que es necesario observarlos en forma continua y conjunta durante períodos prolongados de tiempo. Yo siempre he imaginado el conjunto de sueños como un enorme biombo con cantidad de figuras. Por eso son tan importantes las series de sueños, o sea de los registros de sueños a lo largo del tiempo. Un solo sueño no nos deja ver el conjunto, pero si se observan muchos sueños durante un largo período de tiempo, se podrá ver la actuación de ese desarrollo psíquico, que va haciendo aparecer paulatinamente una personalidad más madura, la cual puede ser visible no sólo por uno mismo, sino también por los que nos rodean.
  • Ese desarrollo interno no resulta de un esfuerzo de la voluntad, sino que se produce en forma natural e involuntaria. Pero, para reconocerlo, es necesaria la guía de los sueños. ¿Quién coordina ese proceso? La hipótesis de Jung es que el centro organizador de los sueños parece provenir del «sí-mismo».
  • A lo largo de la historia de la humanidad, los seres humanos han conocido la existencia de ese centro interior y lo han llamado de diferentes formas. Es el Daimon de los griegos, el Genius de los romanos, el Ba de los egipcios, etc. El «sí-mismo» puede definirse como un guía interior, distinto del yo y de la personalidad consciente, que puede captarse solo mediante la exploración de nuestros propios sueños. Este sí-mismo aparece primero sólo como una posibilidad innata, que puede emerger muy débilmente y progresar poco, o puede desarrollarse totalmente a lo largo de toda la vida. Hasta dónde se desarrolla ese S-M, depende de si el yo está dispuesto o no a escucharlo.
  • Pero si lo escucha, los sueños ayudan a que las personas encuentren el sentido de su existencia. Existe una antigua leyenda que habla de este tema. Dice: Cuenta la leyenda (SE LEE)…

O sea, que los dioses que no saben inicialmente en dónde esconder las respuestas a las grandes preguntas sobre la vida, terminan escondiéndolas ¡dentro de nosotros mismos! Bueno, pues a través de los sueños podemos encontrar las respuestas a esas preguntas. Y es el Sí-mismo quien envía los sueños, pero también quien nos ayuda a interpretarlos, a través de las corazonadas inconscientes y de la intuición.

  • Los sueños establecen una conexión entre nuestro yo consciente y nuestro centro interior. Por eso, cuando entendemos un sueño, nos sentimos realmente alimentados con el nutriente de la vida, pues nos orientan hacia qué caminos debemos Son realmente mensajes “divinos” los que nos entregan los sueños. Son intentos de la naturaleza para “centrarnos”; es decir, para relacionarnos con nuestro centro más profundo. 
  • La apariencia del sí-mismo en sueños no es tan clara como en la sombra, el anima o el animus. Acá es muchísimo más variado, porque recordemos que el sí-mismo representa la totalidad. En los sueños de una mujer, puede estar personificado por una figura femenina superior: una sacerdotisa, hechicera, madre tierra o diosa de la naturaleza. En el caso del hombre, se puede manifestar como un iniciador, guardián, gurú o viejo sabio. Sin embargo, puede mostrarse también como un joven, representando la renovación de la vida. O a veces como una niñita de dotes sobrenaturales. Además, no siempre toma la forma masculina o femenina, sino que como es el símbolo de la totalidad, en ocasiones se muestra como un ser bisexuado. Otras veces, aparece en una forma que sugiere su omnipresencia, por ej, como un ser gigantesco cósmico. Otras veces, no toma la forma humana, pues puede manifestarse a través del mandala o del motivo del número cuatro, en forma de pirámides y octaedros. Finalmente, puede también estar simbolizado en forma de piedras y cristales. En el último curso que di de interpretación de sueños, una soñante lo representaba como un enorme diamante que le entregaba una figura semejante a Cristo.
  • Como ejemplo de un sueño mío con el sí-mismo, ofrezco este que tuve unos años después de haber comenzado la interpretación de sueños, hace ya un buen tiempo. Este fue mi sueño:

 

  • “Llegamos con mi esposa de visita donde un amigo norteamericano (SE LEE)
  • Sobre la interpretación: Claramente, este hombre extranjero, recorrido, experimentado y carismático es, en términos psicológicos, una personificación simbólica del «sí-mismo«. Y es el ánima (o sea nuestra parte femenina interna en los hombres) la que nos suele poner en contacto con el sí-mismo, y es mi esposa en el sueño la que lo hace. Ella se encarga de ayudar a traducirme su lenguaje poco comprensible conscientemente. El lugar de aprendizaje que él dirige se asemeja a un instituto dedicado a enseñar a los aprendices cómo adelantar un proceso de individuación. El mensaje concreto para mí, parecía estar recordando que este proceso tiene sus riesgos y que debe adelantarse sin apuros, para evitar una caída al vacío. Y el mensaje venía muy al caso, ya que en ese momento estaba yo interpretando sueños de manera demasiado obsesiva. El sueño recomendaba hacerlo “solo los domingos o fines de semana”. Efectivamente, seguí el consejo y continué interpretando los sueños pero con moderación.
  • Les presento acá un breve resumen de lo que acabamos de ver, y son las manifestaciones de los complejos del desarrollo en los sueños: (SE LEE)…

 

PROCESO DE INDIVIDUACIÓN

 

  • Pero, ahora me gustaría finalizar la charla describiendo como puede darse la activación de los complejos a lo largo de la vida del ser humano. Y no sólo los complejos del desarrollo, sino varios tipos de complejos. Porque eso nos permite terminar de dejar de verlos teóricamente, para acercarnos aún más a cómo se constelan en la cotidianidad de nuestras vidas.
  • Y su constelación se da durante el proceso de individuación. Una de las  tareas de la individuacion consiste en llevar a cabo un proceso consciente de diferenciación, llegando a hacernos nosotros mismos. Esto implica un doble trabajo.
  • Uno, internamente, debemos diferenciar nuestro yo del resto de complejos: de la persona, la sombra, el anima, el animus, etc. 
  • Pero dos, externamente, debemos también buscar diferenciarnos psicológicamente, pero esta vez de figuras colectivas, llegando a ser distintos de los demás seres humanos.

Definición y propiedades de la individuación

  • Dice Jung que la individuación puede definirse como “el proceso por el cual se constituye y singulariza el individuo, y en particular el proceso por el que se desarrolla el individuo psicológico como una entidad diferente de lo general y de la psicología colectiva. La individuación es, por ello, un proceso de diferenciación, cuya meta es el desarrollo de la personalidad individual”. También afirmó que la individuación es un proceso que genera un ‘individuo’ psicológico, es decir una unidad independiente e indivisible.
  • Acerca de las propiedades de la individuación, es necesario hacer énfasis en las siguientes seis: (1) el objetivo del proceso es el desarrollo de la personalidad; (2) ofrece un modelo para comprender la manera en que los complejos se constelan durante la vida; (3) es un modelo que ayuda también a interpretar las transformaciones que se producen en la psique; (4) propone un proceso para ampliar la consciencia al máximo de su potencial; (5) la interpretación de los sueños orientan bastante sobre cómo adelantarlo y (6) no ocurre en un estado de aislamiento del individuo, ya que presupone e incluye las relaciones colectivas.
  • Considero importante resaltar esta última característica, porque existe una falsa creencia de que el proceso pone el énfasis en la adaptación del yo a su mundo interno, y niega o descuida el mundo exterior. Y se cree en ocasiones que la persona que busca la individuación va ser una especie de santón retirado del mundo, viviendo en una ermita. Y no. Jung consideraba que el ser humano no vive solo, sino que vive en medio de una colectividad, por lo que la individuación no conduce al aislamiento, sino que por el contrario, busca una cohesión colectiva más intensa y universal. No obstante, vale la pena tener en cuenta que este proceso de individuación a lo que sí puede llevar es a un cierto grado de oposición a las normas sociales convencionales.
  • Pero en general podemos afirmar que la individuación busca una adaptación tanto al interior de nosotros, pero también al mundo exterior.

Individuación, arquetipos y ciclos de vida

  • Una forma de comprender la individuaciónes es viendo que los arquetipos del inconsciente colectivo tienden a activarse durante cada estadio de la vida de un individuo. Esos arquetipos activan complejos, lo cuales dan forma a las actitudes, conductas y motivaciones psicológicas de cada etapa. La existencia de este anteproyecto de vida arquetípico ha llevado a que se critique al enfoque junguiano de determinista.
  • No obstante, es necesario recordar que el arquetipo da unas pautas colectivas, pero que la experiencia de cada uno pone su sello personal en la forma de realizarlo, a través de los complejos individuales que activa.
  • Es decir, esos arquetipos no se activan de una idéntica manera en todos los seres humanos, sino que se trata de un camino que se abre a través de los complejos particulares de cada individuo. Por eso, no hay dos caminos de individuación iguales, sino que cada individuo debe buscar su propia senda absolutamente particular y única para llegar a ser él mismo.
  • Lo que sí existe es la herencia arquetípica, la cual hace que cada ser humano tenga al nacer, de forma prefigurada, el ciclo vital natural de la humanidad: nacer, crecer, llegar a adultos, crearse un lugar social, llegar a la vejez y prepararse para la muerte. Y el propósito de la vida reside precisamente en la realización progresiva de este programa arquetípico. Y ese paso de una etapa del ciclo vital a la siguiente, en la que el sí-mismo exige que se expresen nuevos aspectos de la psique configura el significado de la vida. En ese sentido afirma Jung que desde que nacemos, el si-mismo se está manifestando en nuestras vidas y que lo importante en todo momento, no es tanto lo que hemos sido, sino lo que estamos en camino de ser. A diferencia de Freud en sus planteamientos sobre el desarrollo  del ser humano, Jung creía que las etapas evolutivas no se daban solo en los primeros años sino que abarcan el ciclo vital completo. Por eso analizó los cambios psicológicos que se presentan hasta bien entrada la edad adulta. 
  • Jung utilizaba la trayectoria del curso diurno del Sol, como metáfora de con la trayectoria de vida del ser humano, desde el nacimiento hasta la muerte. Decía que a semejanza del sol, el ser humano nace como si emergiera del mar nocturno de la inconsciencia y que a medida que va creciendo, es como si se elevara buscando su máximo objetivo social. Y que logra muchas veces alcanzar la mayor altura posible, como cuando el sol llega al zénit. Y a partir de ese momento comienza el ocaso, que representa en el ser humano la inversión de todos los valores e ideales de la primera mitad de la vida. Y en el ocaso, al igual que el sol, el hombre parece dejar de brillar socialmente y su luz y calor disminuyen hasta que finalmente se extinguen. El brillo empieza a darse es hacia adentro.
  • Jung proponía dividir esta trayectoria humana en dos partes, y encontraba que existen diferencias muy importantes en estas dos mitades de la vida.

Primera mitad de la vida

  • La primera mitad de la vida incluye el nacimiento, la infancia, la transición a la adolescencia, la primera madurez y la transición a la segunda mitad de la vida. Advierto que voy a dar el ejemplo de la vida típica de una persona promedio. 

Daré ejemplos solo de algunos de los principales programas arquetípicos de esta primera mitad de la vida. En la niñez, se activará en el bebé desde muy temprano el complejo materno. Igualmente, el complejo del yo deberá comenzar muy incipientemente a separarse del arquetipo del sí-mismo. Se activará al poco tiempo el complejo paterno. Y si tiene hermanos, el de la rivalidad con ellos. Muy posiblemente se active luego el complejo sexual con la exploración de su cuerpo. Comienza luego a constelarse su complejo de “persona” o máscara social, porque para el yo del niño y del joven es fundamental desarrollar la confianza en él mismo. Si todo sale bien, podrán, a través de la constelación del complejo del héroe, liberarse de la dependencia de sus padres y serán capaces de adquirir una identidad adulta, consolidar una posición social, y relacionarse afectivamente con una pareja, a partir de la activación del complejo del ánima o del animus, lo que suele terminar con la constelación del complejo del matrimonio. Posteriormente podrá reproducirse, y vendrá el nacimiento y la crianza de los hijos, con todos los complejos que ello activa. Simultáneamente, surgirán todas las situaciones críticas de consecución y mantenimiento de empleo. Tanto en lo familiar como en lo laboral, es posible que deba lidiar con la dificultad para evitar identificarse con el complejo de la persona o máscara. Igualmente tendrá oportunidad de descubrir con sorpresa la activación del complejo de la sombra, y tendrá que comenzar a trabajar con ella. 

De manera general, podemos decir que hasta el fin de la primera mitad de la vida, el principal proyecto arquetípico es el desarrollo de un yo y una persona o fuertes.

Pero una vez que el ser humano alcanza unas necesidades básicas en el plano académico, laboral y afectivo, comienzan a surgir otras demandas más interiores, porque el desarrollo interior ha dejado fuera del marco de la consciencia una gran cantidad de material psicológico. 

Crisis de la mitad de la vida

  • Muchas veces, la segunda etapa empieza con la famosa crisis de la mitad de la vida, que varía en cada época, en cada sociedad y en cada persona, pero que llega, llega. Y con la crisis llega generalmente la re-evaluación de todas las metas alcanzadas en la primera mitad y un cuestionamiento sobre el verdadero sentido de la vida.
  • El analista  Frances Boa dice que en la crisis, el individuo puede sentirse como alguien que ha subido por una escalera apoyada a una pared, y cuando llega al tope, se pregunta ¿Y ahora qué? Y se da cuenta que ha puesto la escalera en la pared equivocada, por lo que debe descencer, para colocar la escalera contra otra pared.
  • La segunda mitad de la vida abarca la mediana edad, la transición a la última etapa, la madurez tardía y la muerte. Pero acá podemos incluir la etapa del retiro laboral, los duelos, la vejez, y la enfermedad. ¿Qué programas arquetípicos suelen surgir de esta 2a parte de la vida? Algo muy general es que los arquetipos que se activan dejan de referirse a las relaciones interpersonales para centrarse es en los procesos intrapsíquicos. Por ejemplo, la nueva escalera lo lleva a la nueva tarea de unificar el yo con el inconsciente, tratando de integrar la mayoría de los complejos del desarrollo (sombra, anima, animusy sí-mismo.
    Es una etapa en la que suele manifestarse la vida no vivida del individuo y el potencial no realizado. Y todo suele estar acompañado de dificultades con los hijos, conflictos de pareja, celos, infidelidades, separaciones y divorcios. Y todas estas situaciones constelan los correspondientes complejos. Incluye también el manejo de las enfermedades propias y de los seres queridos. En esta 2a mitad de la vida, el yo debe dejar de ser la prioridad, para ser sustituido por la relación con el sí-mismo. Y la lucha por el éxito social tiene que orientarse ahora a una preocupación por el sentido de la existencia y por los valores espirituales.
  • Si se divide el arco del ciclo de la vida, no en dos sino en cuatro partes, la primera parte correspondería a la infancia, que es un estado en el que uno no tiene problemas sino que, por el contrario, sin ser conscientes de eso, somos un problema para los demás. Los problemas están presentes durante toda la segunda y la tercera parte del arco, mientras que en la última parte, en la vejez, nos volvemos a despreocupar de nosotros mismos y volvemos a ser un problema para los demás. Jung dice por eso que la infancia y la edad avanzada, a pesar de ser épocas tan distintas en muchos aspectos, tienen algo en común, y es estar sumergidos en el inconsciente.

Y otra  diferencia fundamental que encontraba Jung entre las etapas era que los “problemas” de la primera y la segunda parte eran esencialmente biológicos y sociales, mientras que los de la tercera y la última parte eran culturales y espirituales. Y en esa última parte se facilitará la preparación de la muerte.

  • Dice Samuels que “El abordaje de la muerte se hace una realidad. En último término, lo que está involucrado es un grado de auto-aceptación, una plenitud o florecimiento natural, y el sentido de una vida vivida satisfactoriamente, de acuerdo con el potencial del individuo”.
    Bueno y con el tema de la muerte, finalizo mi exposición, y nos queda un tiempo para que Uds hagan preguntas y comentarios sobre el tema general de los complejos…

 

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