La teoría de Jung sobre el sueño 13

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  • Buenas noches. Nos reunimos hoy 27 de octubre para seguir con nuestro libro de Verena Kast «Sueños, el misterioso lenguaje del inconsciente», continuando hoy con la Parte 3: La fuerza creativa de los sueños.
  • La sesión pasada vimos cómo las pesadillas pueden transformarse cuando se elaboran simbólicamente, como en el caso de Olga, cuya puerta negra con calavera (si recuedan Uds) se volvió verde y luego roja, signo de cambio interior. Kast mostró que, al trabajarse los sueños con imaginación y conciencia, el miedo se disminuye y surge luego un aprendizaje emocional. También emoezamos a explorar los sueños iniciales de la terapia, que reflejan crisis, recursos y el vínculo con el terapeuta, abriendo el camino hacia la individuación y de la integración de lo inconsciente.

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Cuando el sueño inicial es poco estructurado

  • Hoy continuamos con este tema de los sueños iniciales. Nos dice Kast que hay también personas que llegan a terapia sin una estructura interna clara. Puede ser algo vago, en que esas personas se sienten desorientadas, tienen dificultades con sus emociones, reaccionan de forma impulsiva y no logran establecer relaciones estables.
  • Y sus sueños suelen ser imágenes aisladas, sin historia, como sin un antes ni un después. Y más que símbolos, las imágenes son realmente expresiones directas del estado emocional de angustia, encierro, o desconexión.
  • Y en esos casos, no se trata de interpretar símbolos al inicio del proceso, como hemos hechos hasta ahora, sino de captar qué nos dicen esos sueños sobre el estado psíquico del paciente y qué eventos pueden haber generado esa desconexión afectiva.
  • Aunque parezcan imágenes “planas”, esos sueños también pueden ofrecer recursos. Pueden verse como una tímida esperanza o una necesidad de ser ayudado, aunque esté expresada de esa manera tan pasiva.
  • Y Kast da un ejemplo claro. Se trata de una mujer que sueña en las etapas iniciales del proceso, que está encerrada en una caja oscura, esperando que alguien la saque. Menciona que no sabe qué siente, sino solo que todo “ya estaba oscuro”. Y no hay rabia ni impulso, sino que solo aparece esperando. Pero esa espera de ser rescatada (o sea, esa esperanza) ya es algo valioso terapéuticamente.
  • Estos sueños son frecuentes, dice Kast, en pacientes borderline. Para quienes no lo sepan, el trastorno borderline o trastorno límite de la personalidad se caracteriza por una gran inestabilidad en lo emocional, en su identidad y en sus relaciones interpersonales, con grandes temores al abandono. Estas personas que lo padecen suelen oscilar entre la idealización y la rabia, y presentan una gran impulsividad y un profundo vacío interno.
  • Añade Kast que estos pacientes deben tratarse con mucha sensibilidad, enfocándose primero en el vínculo y en la contención emocional, antes que en la elaboración simbólica.
  • Y el objetivo inicial principal no es tanto interpretar (como también hemos hchos hasta ahora), sino acompañar. Es decir, mostrar que alguien está ahí, comprendiendo el estado de esa persona, y ayudándola a encontrar poco a poco nuevas formas de relacionarse consigo misma y con los demás.

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Un sueño inicial que revela una vivencia de encierro

  • Así que en esos casos, no hay una vía clara, pero sí una expresión emocional muy potente.
  • En este caso de la soñante encerrada en la caja, se veía con las piernas encogidas y el cuello doblado. Y decía que estaba segura allí. No había ninguna historia, sino solo esa imagen. Y decía que estaba «como muerta» y «terriblemente encajonada».
  • La terapeuta en este caso no fuerza una interpretación simbólica, sino que acompaña desde la experiencia emocional. Trata es de explorar la sensación de seguridad. Le pregunta por el espacio, y la paciente menciona que tal vez podría haber una pequeña abertura dentro de la caja.
  • Aparece así una posibilidad y es la de ver hacia afuera. La caja sigue siendo estrecha, pero ya no está completamente cerrada ni oscura. La paciente menciona incluso que tiene sed. O sea, que aparece el deseo, que es un movimiento hacia la vida.
  • Y a partir de esta imagen se activa un recuerdo de complejo infantil. Y es que cuando era niña, su padre la encerraba en un cuarto oscuro si alguien se enfadaba en la casa. Ella no entendía el motivo, y su reacción era esconderse… y disociarse.
  • Y cuenta la situación actual y es que el novio amenaza con dejarla si no va a terapia. Y eso reactiva esa vivencia de exclusión y de amenaza. Pero ahora, la paciente empieza a diferenciar las cosas y es que su pareja no le grita ni le pega. Solo se desconecta de ella.
  • Y gracias al trabajo con este sueño, la paciente empieza a comprender que lo que imagina del otro (de su pareja), puede estar teñido por su pasado. Ella se permite ahora pensar que puede preguntar, en lugar de asumir.
  • Este tipo de sueños permite un trabajo emocional delicado, porque no muestran un camino, sino que permiten abrir una posibilidad relacional, una grieta en el encierro psíquico, una pequeña sed que puede alimentar el proceso. Y acá se termina esta parte de los sueños individuales.

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El nivel de sujeto, el de objeto y la interpretación intermedia

  • En la interpretación en el nivel subjetivo, como ya lo habíamos dicho, todos los personajes del sueño representan aspectos del soñante mismo.
    • Cada figura personifica rasgos de su propia personalidad, no simples proyecciones generales.
    • Por ejemplo, soñar con un zorro, ya lo vimos, podría simbolizar el rasgo ladino de la soñante.
    • Esta interpretación parte de la idea junguiana de que todo lo que aparece en el sueño pertenece a la totalidad psíquica del individuo.
  • El nivel subjetivoo supone que los sueños muestran continuamente aspectos del yo y del mundo interior que buscan restaurar el equilibrio emocional.
    • En alquimia se dice: “Como es afuera es adentro”. Es decir, que lo que ocurre en el exterior también refleja procesos internos.
    • En última instancia, expresa la visión de Jung de la unidad de todos los seres humanos en el inconsciente colectivo y la potencial completitud de la psique.
  • Según Ermann, esta forma de interpretar los sueños constituye un aporte original de Jung que ha influido en muchas escuelas psicoterapéuticas, aunque a menudo no reconocen que sea un aporte de Jung.
    • El objetivo principal es favorecer el autoconocimiento a través del trabajo con los símbolos oníricos.
  • Por el contrario, en la interpretación objetiva, se considera que las personas del sueño representan figuras reales del entorno del soñante o proyecciones hacia ellas.
    • Esta forma es útil cuando aparecen personas muy significativas o conflictivas: seres queridos, figuras de autoridad o personas rechazadas.
    • Ejemplo: una mujer sueña repetidamente con su jefe, a quien considera tonto. Es decir, se trata de una persona significativamente negativa. El sueño la confronta con el hecho de que subestima en exceso a esa figura del jefe.
    • Así, los sueños en este nivel revelan aspectos de la realidad relacional y también proyecciones inconscientes.
  • Ahora, algo importante que yo lo he comprobado varias veces: algunos sueños pueden incluir ambos niveles, lo que da lugar a una interpretación muy completa.

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Soñar con la infidelidad

  • Y Kast habla del caso concreto de soñar con la infidelidad, lo cual es común y suele generar inquietud, incluso después de despertar. Una mujer de cincuenta años sueña que su esposo abraza amorosamente a otra mujer y, aunque él niega tener una amante, ella no logra liberarse de la desconfianza.
  • Tales sueños pueden expresar temores inconscientes de pérdida o separación, e incluso deseos reprimidos de distanciarse de la pareja. A veces, el inconsciente proyecta la acción de separarse en la figura del compañero.
  • Desde una perspectiva simbólica, la figura de la amante (o el amante) puede representar aspectos rechazados o no desarrollados de la propia personalidad. Observar cómo se percibe a la amante permite descubrir contenidos ocultos del sujeto.
  • En el caso descrito, la amante del sueño aparecía como una mujer joven, masculina y salvaje, con algo fascinante pero también amenazante. Al reflexionar, la soñante reconoce que su esposo podría sentirse atraído por una mujer menos “femenina” que ella.
  • La soñante, que había sido educada para ser una “dama”, comprende que ha reprimido su faceta libre y espontánea, que tenía aquella “niña diablilla” que en el pasado jugaba con los niños antes de ser obligada por los padres a comportarse con decencia.
  • El sueño le permite reconectar con esa parte vital e indómita de sí misma, invitándola a integrar rasgos más naturales y menos rígidos y menos femeninos.
  • Así, la aparente infidelidad onírica no anuncia una traición real, sino que señala la necesidad de recuperar autenticidad y espontaneidad. El sueño se convierte en un llamado del inconsciente a reconciliarse con la energía salvaje y creativa perdida.

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Pero acá abro otro parénesis para hacer un ejercicio de análisis simbólico de un sueño donado y de un intento de interpretación.

Y es con el Sueño de un hombre mexicano.

  • «Anoche me sucedió algo que nunca, en todos los años que llevo teniendo pesadillas, me había pasado. En la pesadilla original, tenia que correr por la carretera, y girar a la izquierda.
  • Como ya era consciente de que estaba soñando, gire a la derecha. Extrañamente llegue a mi casa, pero yo sabia que no podría entrar, así que entré a la casa de al lado. Tenía la reja abierta, me metí al jardín hasta llegar a la fuente, y me senté a descansar de la carrera. Levante la vista al tejado de la casa y vi a un joven, de cabello negro y vestido del mismo color. Me veía como intrigado. El chavo bajó del tejado de un brinco y se me acercó y me dijo «Estás soñando». Me quedé en shock. Nunca hubo nadie en mis pesadillas que me dijera eso, así que decidí contestarle: «Lo sé». Me vio muy sorprendido, y ahí desperté». 

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Comentario adicional:

“Desperté con una sensación de asombro y alivio. Por primera vez no sentí miedo dentro de una pesadilla, sino curiosidad. Fue como si hubiera logrado cruzar un límite que antes me paralizaba. No sé si el joven era parte de mí o alguien que vino a mostrarme algo.”

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Vamos a crear como las veces anteriores tres grupos al azar. Todos van a responder dos de estas preguntas más la pregunta general. Es decir, el Grupo 1 responde la 1, la 2 y la general. El Grupo 2 responde la 3, la 4 y la general. Y el Grupo 3 responde la 5, la 6 y la general. ¿Está claro?

Bueno, voy a crear los tres grupos y les digo cómo quedan.

Listo. Los Grupos queraon conformados así: ………….

Ya mismo les envío las preguntas por WhatsApp. Y tienen 10 minutos para responderlas.

(…)

(…)

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Grupo 1

Responde las preguntas 1, 2 y la General.

1. ¿Qué puede simbolizar el acto de cambiar de dirección —girar a la derecha en lugar de a la izquierda— dentro del sueño?

  • Representa una elección consciente: dejar de repetir un patrón habitual (huir o girar “a la izquierda”) y abrir un nuevo camino.
  • Girar a la derecha puede simbolizar un movimiento hacia la conciencia o el discernimiento.
  • Es un gesto de autonomía interior, una toma de dirección propia frente al automatismo del miedo.

(…)

2. ¿Qué significado podría tener la casa vecina con la reja abierta y la fuente en el jardín?

  • La casa vecina sugiere un territorio psíquico nuevo, más receptivo o desconocido.
  • La reja abierta indica que el acceso al inconsciente está disponible: hay disposición al contacto interior.
  • La fuente alude al centro vital, al descanso y a la renovación emocional después de la tensión o el miedo.

General:
Si tuvieran que proponer una hipótesis integradora breve (1–2 frases) sobre lo que este sueño intenta comunicar, ¿cuál sería?

(…)

Grupo 2

Responde las preguntas 3, 4 y la General.

3. ¿Qué representa el joven de cabello negro que observa desde el tejado y luego desciende hacia el soñante?

  • Es una figura del guía interior o del Sí mismo que observa desde un plano superior de conciencia.
  • El color negro lo vincula con la sombra y lo inconsciente, pero también con la sabiduría oculta.
  • Su descenso expresa el encuentro entre lo consciente y lo inconsciente: el saber interno se manifiesta.

(…)

4. ¿Qué implica el diálogo onírico en el que el joven dice “Estás soñando” y el soñante responde “Lo sé”?

  • Señala el inicio de un diálogo entre el yo y el inconsciente.
  • Representa un momento de lucidez psíquica: el soñante reconoce su experiencia onírica y su papel activo dentro de ella.
  • Es una escena de integración: el sujeto y su figura interior se reconocen mutuamente.

General:
Si tuvieran que proponer una hipótesis integradora breve (1–2 frases) sobre lo que este sueño intenta comunicar, ¿cuál sería?

(…)

Grupo 3

Responde las preguntas 5, 6 y la General.

5. ¿Cómo puede entenderse el hecho de que el soñante reconozca que está soñando dentro de una pesadilla y mantenga la calma?

  • Indica que ha pasado del miedo a la conciencia, alcanzando control emocional dentro del sueño.
  • Simboliza una capacidad nueva para observar su propio proceso psíquico sin quedar atrapado en él.
  • Muestra una maduración interior: ya no huye del conflicto, lo contempla con serenidad.

(…)

6. ¿Qué sentido podría tener el final del sueño, cuando ambos se reconocen mutuamente y el soñante despierta sorprendido?

  • Expresa el encuentro entre dos niveles de conciencia: el yo cotidiano y una instancia más profunda del alma.
  • El asombro del soñante y del joven sugiere el nacimiento de una nueva comprensión interior.
  • El despertar simboliza el cierre de un ciclo de pesadillas: la experiencia onírica se convierte en aprendizaje.

General:
Si tuvieran que proponer una hipótesis integradora breve (1–2 frases) sobre lo que este sueño intenta comunicar, ¿cuál sería?


Pregunta general (para todos los grupos)

Hipótesis de respuesta general:
El sueño parece mostrar un paso crucial en el proceso de individuación: el soñante deja de ser víctima de sus pesadillas y entra en diálogo con su inconsciente. La reja abierta y la fuente anuncian un acceso más libre a su mundo interior, mientras el joven oscuro representa la conciencia emergente que integra lo desconocido y transforma el miedo en conocimiento.

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El conflicto de relación y la constelación del complejo

  • Continuemos entonces con el libro de Kast, quien narra el sueño de una mujer de 32 años que muestra un conflicto relacional:
  • «Voy a visitar a mi novio y me dice con cara de desprecio y «de negocios», que solo quiere verme si anuncio mi visita, y no tan a menudo. Me sentí triste, desamparada, abandonada, sola. Cuando me desperté, estaba triste».
  • La interpretación en el nivel objetivo revela su temor a molestar o ser rechazada cuando expresa necesidad afectiva. Este patrón se repite en sus relaciones. Y es que evita mostrarse espontánea y teme ser una carga, incluso con el terapeuta.
  • Su dificultad para comprometerse y confiar refleja un complejo relacional arraigado.
  • En el nivel subjetivo, se descubre la constelación del complejo paterno: su padre, ocupado y distante, solo dedicaba diez minutos diarios a los hijos. Ella valoraba intensamente ese breve tiempo, viviendo la relación como algo escaso y condicionado.
  • El sueño reactiva esa vivencia infantil. O sea, el anhelo de cercanía unido al miedo al rechazo.
  • Así, la escena del sueño no describe al novio real, sino una herida temprana que se proyecta en la vida actual.
  • El trabajo terapéutico consiste en reconocer ese complejo y aprender a establecer vínculos más libres, donde el deseo de contacto no se viva como una molestia sino como una necesidad legítima de la relación.

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Del miedo al rechazo al reconocimiento del deseo legítimo

  • La paciente comprende que su padre, aunque la “citaba” con los amigos, a menudo la hacía sentir como una molestia. Y esa ambivalencia la marcó profundamente.
  • De niña anhelaba más contacto: deseaba que él hablara con ella a solas, que la tomara en sus brazos. Al no cumplirse esos deseos, desarrolló la convicción de no tener derecho a buscar cercanía.
  • Esta herida se transformó en un patrón. Ella desea vínculos, pero se reprime por miedo a incomodar. Por eso siente culpa incluso, cuando alguien la acoge.
  • El sueño repite la escena del rechazo, pero le permite reconocer que en realidad no está siendo rechazada. No es excluída ni por su médico, ni por su novio, ni por su terapeuta la excluyen.
  • Comprende entonces que proyecta el rechazo infantil sobre las relaciones actuales y se somete a su propia proyección, perpetuando así la soledad.
  • Sin embargo, el sueño también muestra un cambio. Y es que mantiene su deseo de contacto y se atreve a visitar al novio, aunque el miedo reaparezca.
  • En la interpretación, se entrelazan los niveles objetivo (la relación externa) y el subjetivo (el complejo interno), revelando cómo ambos interactúan dentro del proceso analítico.
  • El desarrollo posterior apunta al reconocimiento de sus necesidades legítimas de afecto y contacto, y a distinguir entre las carencias actuales y las heridas del pasado.
  • Al asumir que su deseo de relación no es algo desmesurado, puede confiar en que los otros —ya sea su novio o la terapeuta— sean capaces de sostener ese vínculo, sin rechazarla.

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El sueño entre la analista y el analizado

  • En el contexto terapéutico, siempre surge la pregunta de por qué un sueño aparece en un momento determinado y qué expresa, no solo para el paciente, sino también para el proceso analítico que se esté dando.
  • Y acá, Kast, dice que existen los llamados “sueños de análisis”, en los que el analista o la situación terapéutica aparecen directamente en escena, mostrando tensiones o ajustes en la relación.
  • Y Kast da unos ejemplos típicos. Por ejemplo que el paciente se encuentre con un consultorio lleno de gente, o que el analista esté ausente, o que esté ocupado con otros, o que esté distraído, o leyendo, o cocinando o recibiendo invitados. Estas imágenes simbolizan vivencias de falta de atención, exclusión o celos, muchas veces derivados de complejos tempranos.
  • Tales sueños revelan conflictos relacionales transferidos a la figura del analista, como rivalidades fraternas o temores a no ser visto.
  • Para el terapeuta, ofrecen indicios muy valiosos. Por ejemplo, si en el sueño aparece la terapeuta “cocinando platos exquisitos que no agradan al paciente”, puede ser una señal de que la terapia está resultando demasiado “nutritiva” o que la terapia esté dirigida muy desde las propias ideas del analista.
  • En consecuencia, estos sueños funcionan como mensajes del campo relacional. Es decir, que reflejan ajustes necesarios en la dinámica terapéutica y promueven una mayor conciencia tanto en el analizado como en el analista sobre el vínculo que están construyendo.

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ACÁ VAMOS ACÁ VAMOS ACÁ VAMOS ACÁ VAMOS ACÁ VAMOS ACÁ VAMOS ACÁ VAMOS ACÁ VAMOS

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