Las teorías de Jung sobre el sueño 3

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Bueno, hoy 13 de mayo vamos a continuar con el libro de Verena Kast, profundizando en esa relación que hay entre complejos, sueños y símbolos.

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Y comencemos por ver qué es un símbolo según Jung.

  • El concepto de «símbolo» proviene de la palabra griega que representa algo compuesto, algo visible que se ajusta a una realidad invisible, algo en primer plano que remite a un trasfondo, algo material que señala algo ideal, o algo particular que señala a algo general.
  • De ahí que toda interpretación de un símbolo intenta encontrar lo que subyace a lo evidente.
  • ¿Qué decía Jung sobre el símbolo? Afirmaba que una imagen es simbólica si significa más de lo que expresa. En sus palabras, decía que el símbolos puede definirse como la mejor expresión posible de algo deducido, pero no conocido directamente, o que no puede ser adecuadamente definido con palabras.
  • Por ejemplo, cuando vemos una cruz como símbolo, no tratamos de explicarla, sino que la entendemos como la expresión de algo más profundo, más misterioso o desconocido, que no se puede definir del todo, porque es algo de naturaleza espiritual o psicológica.
  • Cuando vemos el Uroboros, la serpiente que se come la cola, que une el incio y el fin de las cosas, y que se devora a sí misma hasta que la cabeza se ha tragado todo el cuerpo, también es expresión de cosas más misteriosas.
  • Y qué tal el laberinto, que presenta al mismo tiempo confusión (si estamos dentro) y claridad (si estamos fuera), pero también representa encarcelamiento y liberación, caos y orden.
  • Por eso, se dice que los símbolos están cargados de sentido, y por eso podemos darles vueltas una y otra vez, encontrando nuevos significados.
  • Y eso sucede con los símbolos en los sueños, que hacen posible vincular conexiones diferentes, y a veces contradictorias entre sí.

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Símbolos vivos y en transformación

  • Ahora, según Jung, los símbolos pueden estar vivos o muertos. Estarán vivos mientras tengan muchos significados para alguien. Pero pueden morir. Recuerdo que alguien mencionaba que la hostia y el caliz puede tener gran riqueza simbólica para alguien creyente, pero que es posible que con el tiempo, ese simbolismo se vaya agotando, perdiendo misterio y fuerza interior.
  • También afirma que, muchas veces, cuando vivimos algo emocionalmente fuerte (por ejemplo, el nacimiento de un hijo, un aborto, un accidente), no comprendemos del todo lo que ha pasado. Hay una parte de lo sucedido que queda en el inconsciente, sin llegar a la conciencia, pero que puede manifestarse más tarde, por ejemplo, en un sueño.
  • Y el sueño no lo va a mostrar como una idea lógica, sino como una imagen simbólica. Por eso, se dice que estudiar los sueños nos ayudará a descubrir aspectos ocultos de nuestra propia vida psíquica.
  • Mejor dicho, que la comprensión de los sueños es lo que ha permitido investigar lo inconsciente de los acontecimientos conscientes.

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(No hay un “censor” y la neurociencia lo confirma)

  • Otra diferencia grande con Freud es que Jung no diferenciaba entre el contenido onírico manifiesto y el latente, como lo hacía Freud. Para Jung, ya sabemos, no existía un censor de sueños.
  • Decía que el sueño es un fenómeno natural y que llamamos «simbólicos» a sus contenidos porque no tienen un solo significado, sino que señalan en direcciones diferentes. ¿Por qué? Porque los significados son inconscientes.
  • Bueno, y Uds saben que Kast incorpora en su exposición la Neurocincia. Y acá, ella menciona que Solms y Turnbull se preguntaron si se podía mantener la idea del censor y concluyeron que se podría prescindir de esa idea.
  • Un resumen de su planteamiento es que según ellos, durante el sueño, la actividad mental se traslada a otras partes del cerebro, como los lóbulos parietal, temporal y occipital, que generan imágenes y pensamientos de forma más libre.
  • Pero el cambio fundamental es que el lóbulo frontal, que normalmente organiza, controla y filtra lo que pensamos y sentimos cuando estamos despiertos, se desactiva. Por eso, en los sueños lo que sucede puede parecer extraño, confuso o incluso alucinatoria, porque no hay nadie que lo esté dirigiendo.

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Los sueños y la psicosis: similitudes y diferencias

  • De ahí que estos autores consideran que la anatomía funcional del sueño y la de la psicosis esquizofrénica son casi idénticas.
  • La gran diferencia es que, en la esquizofrenia, se activan sobre todo las áreas relacionadas con el lenguaje y los sonidos, mientras que en el sueño se activan más las zonas que procesan imágenes y el espacio.

El símbolo como lenguaje universal

  • Kast recuerda también que el concepto del símbolo en Erich Fromm es muy similar al junguiano.
  • Pues para Fromm, en el lenguaje de los símbolos se expresan experiencias internas, sentimientos y pensamientos como si fueran percepciones sensoriales del mundo exterior.
  • Creía que era un lenguaje que tenía una lógica en la que lo dominante no es el tiempo y el espacio, sino la intensidad y la asociación.
  • Y que es la única lengua universal que ha desarrollado la humanidad y que ha sido la misma para todas las culturas durante la historia.
  • Y otro aspecto común con lo junguiano: que es un lenguaje que debe comprenderse si se desea entender el significado de mitos, cuentos y sueños.
  • Pero, dice Fromm que, sin embargo, el ser humano moderno ha olvidado esa lengua, no cuando duerme, sino cuando está despierto.

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(Características del símbolo)

  • Veamos las características del símbolo en un ser humano. Por ejemplo en un hombre de unos 30 años, a quien el símbolo del héroe se le suele hacer presente.
  • 1. Dice Kast que aunque los símbolos provienen a primera vista del mundo de la percepción, luego se descubre que realmente conducen a lo que está oculto. Y ojo a esto: que la verdad es que el trasfondo puede ser aún mucho más misterioso, pues es la expresión de lo insondable, cuyo significado se transforma según el contexto, surgiendo nuevas formas de significado.
  • En nuestro ejemplo, pensemos en cómo aparece el símbolo del héroe para este hombre. Tal vez lo ve en sueños como un guerrero, o le fascinan las películas de superhéroes. A simple vista, podríamos pensar que eso viene del entorno: de lo que ha visto, leído, consumido. Pero si uno mira más de cerca, se da cuenta de que ese símbolo apunta a algo más profundo, algo oculto. Y aquí viene lo interesante: ese trasfondo cambia según su momento de vida, su historia, sus heridas. El héroe para este hombre, entonces, no es solo el que lucha afuera, sino el que enfrenta lo misterioso dentro de él.
  • 2. Que incluyen siempre algo desconocido, por lo que necesitan ser interpretados.
  • Y claro, ese símbolo nunca es totalmente transparente. Siempre deja una parte sin explicar. Por eso necesita ser interpretado. ¿Qué lucha está viviendo este hombre? ¿Qué dragones simbólicos necesita enfrentar?
  • 3. Que los símbolos a la vez ocultan y revelan, y ofrecen también tanto recuerdos como anticipaciones.
  • En este hombre hay recuerdos de infancia (quizá un padre ausente que él ahora quiere ‘salvar’) pero también anticipaciones: pueden ser deseos de ser alguien íntegro, fuerte, capaz de cuidar a otros. Y así, en ese símbolo se mezclan pasado y futuro.
  • 4. No olvidar que también son expresión de los complejos humanos, por lo que repiten las experiencias de la humanidad.
  • En nuestro ejemplo,, este símbolo no es solo de él. Es una forma típica, una imagen que viene de los complejos humanos. Muchos hombres y mujeres han sentido el llamado a ser héroes en momentos difíciles: a rescatar, a resistir, a superar. El símbolo le está mostrando que su experiencia personal también es parte de la experiencia humana colectiva.
  • 5. No solo repiten, sino que también transforman. Es decir, que muchos de nuestros conflictos personales son, en realidad, formas particulares de problemas humanos que otras personas han enfrentado y resuelto desde siempre.
  • Y aquí viene lo transformador. Porque ese símbolo no solo repite un patrón. Sino que también lo puede ayudar a cambiar. Si él atraviesa su propio viaje del héroe, puede transformar un trauma en coraje, o una debilidad en fortaleza. El símbolo le ofrece una posibilidad de evolución.
  • 6. Que los símbolos pueden ser, por eso, proyecciones colectivas de nuestras propias posibilidades imaginativas.
  • Por eso mismo, el héroe que sueña o imagina este hombre no es solo un personaje externo. Es una proyección de sus propias capacidades. Es lo que él podría llegar a ser si se conecta con esa parte interna que aún no ha desarrollado completamente.
  • 7. Que las distintas artes muestran variaciones de símbolos que elaboran poéticamente los problemas existenciales y la forma en que fueron superados.
  • Y como pasa en el arte, que tantas veces nos habla con imágenes heroicas, en los propios sueños de este hombre también hay un relato poético en marcha. Los símbolos le están contando su propia historia, pero con el lenguaje profundo que toca lo existencial. Su símbolo del héroe le está diciendo: hay una tarea que le espera, y también una forma de superarla.

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Sueño Alejandra 1

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Sueño Alejandra 2

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Niveles de interpretación

  • Interpretar un sueño puede hacerse de dos maneras: desde el nivel objetivo o desde el nivel subjetivo.

Hablemos primero de la interpretación objetiva

  • Esta forma de interpretación considera que las personas o situaciones que aparecen en el sueño se refieren a personas reales o hechos concretos de la vida del soñante.
  • Por ejemplo, si soñamos con alguien con quien tenemos una relación importante en la vida real, por ejemplo con los papás, es natural pensar primero que el sueño tiene que ver con esa relación.
  • Este enfoque tiene en cuenta los vínculos, las emociones y los conflictos reales que forman parte de nuestra vida cotidiana.
  • Incluso cuando proyectamos aspectos propios en otras personas del sueño, seguimos moviéndonos en este nivel, porque se mantiene una conexión con lo externo, con el mundo que vivimos cuando estamos despiertos.

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Y ahora veamos la interpretación subjetiva

  • En este nivel, todas las figuras y situaciones del sueño se entienden como partes de la propia psique del soñante.
  • Jung decía que los sueños son como una obra de teatro donde el soñante es al mismo tiempo el escenario, el actor, el apuntador, el director de escena, el autor, el público y el crítico. Es decir, que cada personaje representa un aspecto de uno mismo, a veces desconocido o reprimido, que se manifiesta de forma simbólica.
  • Por eso, cuando en los sueños aparecen personas desconocidas, por ejemplo que nuestro soñante se sueñe discutiendo con un compañero de oficina que no existe en la vida real, se debe interpretar como partes aún no integradas de su personalidad.
  • Esta interpretación lleva a una visión más introspectiva, donde la responsabilidad de los conflictos y emociones recae sobre el propio soñante, no sobre los demás.

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Y la pregunta clave sería ¿cuál enfoque usar?

  • Normalmente, se comienza interpretando el sueño en el nivel objetivo, especialmente si aparecen personas significativas, conocidas y cercanas.
  • Pero luego puede explorarse el nivel subjetivo para descubrir qué nos dice el sueño sobre nosotros mismos.
  • Ambos niveles son útiles, y conviene no sesgarnos hacia ninguno.
  • A veces los sueños muestran heridas reales que otros nos han causado, y es legítimo usar la interpretación objetiva para reconocerlas y protegernos.
  • Pero también es cierto que, al asumir subjetivamente que los personajes del sueño son partes nuestras, el sueño nos invita a reflexionar, a hacernos responsables y a crecer interiormente.

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(Un ejemplo de sueño)

  • Se ofrece el ejemplo del sueño de un hombre de veintitrés años. Dice así:
  • «En el sueño estaba cantando maravillosamente, con pasión, y estaba muy orgulloso de mí. Y entonces alguien de repente me desenchufa el micrófono y fue mi profesor de canto. Me rebelo y lo quiero estrangular, pero no está allí. Cuando me desperté estaba todavía cabreadísimo: este tío me estropea la alegría ¿Cómo se le ocurre meterse en mi sueño? ¿Qué hace allí?».

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Interpretación inicial: nivel objetivo

  • Al principio, el soñante habla con enojo de su profesor, al que había idealizado, pero de repente se le ocurrió que el profesor tenía envidia de su juventud y de su talento.
  • Así que el soñante comprende el sueño en el nivel objetivo.
  • La terapeuta le pide al soñante que se traslade con la imaginación a la 1° parte del sueño. Él dice que estaba cantando como un dios y que, aunque no canta tan bien, la intención del sueño era alentarle.
  • Pero cae en cuenta que eso significaría el final del trabajo con su profesor
  • Además, Kast le hace ver que en la clase no se canta con micrófono. Y le pregunta: ¿en qué situación podría ocurrírsele al profesor apagar el micrófono?

Y eso lleva a una Reflexión más profunda y a un nivel subjetivo

  • El soñante dice que el micrófono no se usa en clase, pues sería petulante. Y acepta que él es un poco petulante, y que podría ser que el profesor, como una parte suya, se lo estuviera advirtiendo en el sueño.
  • Además considera la posibilidad de que se haya tratado de una proyección y añade que el profesor le critica diciendo que él es demasiado dramático, y que él había pensado inicialmente que era porque el profesor le tenía envidia. Pero que en el sueño, quizás solo quería que él sonara más «auténtico».
  • Así que, visto desde el nivel subjetivo, el sueño representa un conflicto entre un aspecto grandioso del soñante, y un aspecto más austero de su personalidad. Y que le importaría cantar con más autenticidad.

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Sueño de Juan Carlos

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Y volvamos ahora a vincular los símbolos con los complejos.

  • Ya hablamos de que los complejos se hacen visibles a través de los símbolos.
  • Y que Jung afirmaba que los complejos nacen de la situación en que una demanda de adaptación en un individuo choca con su incapacidad para enfrentarla.
  • Y esos choques se dan, por supuesto, en medio de relaciones con los demás, relaciones que son también fundamentales en la terapia.
  • Jung añadía que el complejo con los padres era el primer choque que el niño tenía entre una demanda de su entorno y su incapacidad para enfrentarla.

(Dos polos en el origen del complejo)

  • Así que vemos que en nuestros complejos se refleja la historia de nuestras relaciones infantiles, aunque ya sabemos que también pueden surgir en nuestra vida posterior.
  • En los complejos tempranos existen siempre dos personas, una frente a otra que chocan: el niño y la persona con la que se relaciona, a los que Kast llama los dos polos del complejo.
  • Ella resalta el hecho de que 100 años después de Jung, el investigador Daniel Stern describiera los RIG (que son las Representaciones Interactivas Generalizadas) que resultan tan semejantes a los complejos.

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¿Cómo se forman los RIGs?

  • Stern parte de la «memoria episódica», descrita por Tulving, que son recuerdos de episodios reales, que pueden ser hechos banales cotidianos como el desayuno, o eventos emocionales importantes, como la reacción ante el hecho de sentirse un niño rechazado por sus compañeritos.
  • En esa memoria episódica se recuerdan las acciones, emociones o percepciones de una forma integral. como una unidad indivisible.
  • Sin embargo, cuando se repiten episodios similares una y otra vez, esos episodios se generalizan, o sea, que el bebé espera que ese episodio se repita en el futuro de la misma manera.
  • Y esos episodios generalizados dejan de ser recuerdos específicos para convertirse en «numerosos recuerdos específicos» que representan probabilidades basadas en expectativas que pueden verse defraudadas.
  • Según Stern, esos RIGs representan el núcleo del Sí-mismo y transmiten al niño el sentimiento de tener un núcleo del Sí-mismo cohesionado y de esa manera van conformando la base de la experiencia de identidad.

Conexión entre RIGs y complejos

  • Entre estos RIGs y los complejos se puede ver una gran conexión, y más si recordamos los tres componentes que Jung observaba en los complejos: percepción, componentes intelectuales y tono emocional. Para demostrarlo, el dio
  • La teoría de la memoria es una forma de aclarar cómo se guardan los complejos en la memoria, explicando que esos complejos se constelan (o sea se activan) en situaciones similares a las que los originaron, pero también que se evocan a través de percepciones o emociones relacionadas con tales episodios.

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Veamos ahora las Implicaciones terapéuticas de los RIGs.

  • Este concepto de los RIGs influye mucho en el trabajo terapéutico con los complejos.
  • ¿De qué manera? Recordemos que en la teoría junguiana de los complejos es fundamental comprender las interacciones simbólicas.
  • Es decir, uno debe intentar imaginarse el complejo como un episodio vivido, con las imágenes, sensaciones, y emociones que lo acompañan.
  • Los complejos suelen constelarse en episodios conflictivos en relaciones cotidianas.
  • Y pueden ser luego vivenciados en terapia, en sueños o en la imaginación, en los que será posible experimentar los dos polos del complejo, el del niño y el del adulto.
  • Y lo más frecuente es que el polo adulto se proyecte afuera, en otra persona.

Narración de episodios clave

  • Cuando una persona relata estas difíciles situaciones de forma vívida, se pueden comprender mejor las experiencias que vivió de niño: cómo se sintió, qué lo hirió, pero también cómo actuó la madre o el padre en esos momentos.
  • Esto permite tener empatía con el niño que uno fue y, al mismo tiempo, entender también el comportamiento del otro polo, el de la figura de apego, y que podamos relacionarnos e identificarnos ahora de adulto a adulto con esa figura.
  • Y al hacernos conscientes de esa identificación, lo cual resulta bastante difícil, resulta ser una condición indispensable para transformar los comportamientos asociados al complejo.
  • Reconocer que seguimos identificados con ese modo antiguo de reaccionar, y asumir la responsabilidad por ello, no es fácil. Pero es fundamental si queremos transformar esos comportamientos dominados por el complejo.
  • Además, estos episodios nos permiten sacar conclusiones sobre la forma de interacción de los dos polos del complejo, niño y adulto, y qué sentimientos ambivalentes acompañan a ese complejo.

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El valor de la representación simbólica

  • Cuando se logra hacer esto, a través de las representaciones simbólicas, se pueden también visualizar y experimentar esos choques que fueron el origen de los complejos.
  • Y no sólo los episodios originales, sino también se suelen recordar y asociar cada vez más experiencias que han conducido a la formación del complejo. Y también se descubre cómo se ha transferido el comportamiento asociado al complejo, a otras personas distintas de la relación original.
  • Así que acá vemos la importancia de las asociaciones.
  • Acá ya no son asociaciones de palabras como en los experimentos iniciales de Jung, sino que se trata de asociaciones, vínculos y transferencias que puede hacer un paciente en sus narraciones, relatos, e imaginaciones.
  • De ahí la importancia de compartir los episodios con otra persona, pues a través de relatarlos, la narración y la escucha empiezan a formar una unidad y dice Kast que entre más presente y receptivo esté quien escucha, más profundamente puede hablar quien narra.
  • Y que al narrar nos situamos en un mundo imaginativo, de fantasía, en el que se unen el mundo exterior y el interior.
  • Es un espacio compartido en donde las imágenes pueden transformarse y lograr su verbalización.

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  • En el trabajo terapéutico con complejos, analizar los símbolos es muy importante porque encierran en ellos la energía psíquica que se manifiestan en las fantasías asociadas.
  • Un complejo suele hacernos reaccionar siempre igual, de forma automática y repetitiva, incluso cuando la situación requiere otro tipo de respuesta. Pero ese mismo complejo también contiene el germen de nuevas posibilidades de vida, que se muestran en los símbolos.
  • Kast da el ejemplo de una mujer que pinta un cocodrilo que se traga bolas de colores. Ella lo relaciona con su propia agresividad, que les daña la alegría a los demás, y lo relaciona con experiencias dolorosas en que su padre hacía lo mismo con ella.
  • Pero mirando su dibujo y dice: «Pues ahora no queda claro si el cocodrilo está comiéndose las bolas o lanzándolas por la boca».
  • Y esa era la nueva posibilidad y es que si ella puede aguar la fiesta, también podía contribuir a llevar alegría a los demás.
  • Ese es un ejemplo de cómo el símbolo puede abrir nuevas posibilidades de transformación.

Métodos para trabajar los complejos

  • Para trabajar con los complejos se necesitan técnicas que activen la fantasía. Por ejemplo sueños, imagenes o narraciones.
  • Además, es fundamental tener en cuenta lo que ocurre con la transferencia y la contratransferencia en terapia, ya que muestra también cómo se constelan los complejos.
  • Los complejos constelados son como nudos emocionales que han tenido un efecto negativo en nuestras vidas y que son la base de viejas identificaciones, pero que también pueden despertar capacidades dormidas y abrir caminos de desarrollo.

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Pasado, futuro y posibilidad

  • Aunque es importante descubrir cómo se formaron los complejos en el pasado, también lo es analizar la actitud asociada a ellos. Porque esa actitud no sólo afecta la relación terapéutica en el presente, sino que también afecta la forma en que la persona imagina el futuro de su propia vida.
  • Y es que un conjunto de complejos puede destrozar un futuro tranquilo e impedir nuevas experiencias.
  • Kast dice que un conjunto de complejos de una de sus pacientes se llamaba: «No tiene sentido implicarse en situaciones importantes; mejor me quedo callada». Y esa era una forma de bloquear su futuro.
  • Y es que cuando un complejo domina, todas nuestras expectativas, deseos y sueños quedan atrapados en un pasado fijo. Y eso nos impide vivir plenamente, porque quedamos atrapados entre el peso del pasado y el miedo al futuro.
  • Además, si un complejo no se hace consciente, suele ser proyectado en otras personas. Por ejemplo, un complejo materno a causa de las críticas de una madre a su hija puede hacer que luego esa hija proyecte en jefas, terapautas, profesoras, la actitud materna y las vea como excesivamente críticas, controladoras o injustas.
  • Pero cuando los símbolos y fantasías asociados al complejo se experimentan de verdad, la energía que antes estaba atrapada en el complejo puede liberarse y transformarse, dando lugar a nuevas formas de vivir y actuar.

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Luego, Kast pasa a mostrar cómo los complejos se hacen visibles en los personajes que actúan en nuestros sueños.

  • Antes de dar un ejemplo, nos pide que recordemos algunas pautas:
  1. Que la emoción dominante en el sueño indica un complejo.
  2. Que los personajes y situaciones que se presentan en el sueño, orientan sobre el complejo
  3. Que el complejo se puede representar o también transformar durante el sueño.
  4. Que las experiencias del complejo se representan de forma simbólica.
  • El ejemplo que ofrece Kast es el de Hanna, una mujer de 35 años, que presenta una problemática de vergüenza que le ha ocurrido que cada vez que se atrevía a hacer algo, porque la ponían en ridículo.
  • La consecuencia era que se expresaba muy poco, hablaba poco sobre sus deseos, no mostraba sus ideas, era muy tímida y sentía que vivía al margen de la vida.
  • Siempre la tachaban de amable pero aburrida, lo que la avergonzaba.
  • Tenía claro de dónde le venía esa vergüenza.
  • Recordaba un ejemplo como muestra:
  • «Me regalaron un vestido nuevo, rojo, mi color favorito. Fue antes de ir por primera vez al colegio y yo estaba contenta, porque casi siempre tenía que llevar ropa de 1as chicas mayores de la familia y por fin tenía un vestido como a mí me gustaba. Me puse a dar vueltas porque el vestido se veía muy bonito cuando lo hacía.
  • Toda la familia me miraba y se reían, pero con desprecio. Y entonces mi padre o mi hermana, dijo algo que hizo que sintiera que se estaban riendo de mí y me dio vergüenza, desparecí en mi habitación y me quedé sintiéndome muy desgraciada».
  • Según recuerda Hanna, nadie se puso de su parte o se alegró con ella. La familia, al parecer, no podía soportar su alegría.
  • Hanna reflexionó que su familia tendía a ridiculizar a los demás. Que era el estilo de la familia y seguía siéndolo. Y eso les daba un sentimiento de superioridad.
  • Para no ser puesta en ridículo, Hanna se cerró cada vez más, tanto que dejó de sentirse viva. Esto era molesto sobre todo en las relaciones porque ella no se atrevía a mostrarse como era. Muchas veces se enamoraba, pero sus relaciones nunca iban más allá de una fascinación inicial.
  • Y se presenta un sueño de Hanna como ejemplo de cómo la emoción dominante en el sueño apunta a un complejo.
  • «Quedo en el Restaurante Linde con otra gente, porque es el lugar de reunión para un viaje en el que vamos a estudiar a un grupo de personas en silla de ruedas. El restaurante está todo destrozado, y también la mayoría de las personas que acuden están deterioradas. Me pregunto si hay guerra o si estamos todos sin trabajo y me siento muy incómoda. Yo también llevo harapos, y no me había dado cuenta hasta entonces. Así que lo mejor es que desaparezcamos del restaurante, porque, si no, nos van a pedir la documentación».
  • Hanna dijo: «Me desperté con un sentimiento de miedo. En el sueño me sentía incómoda y tenía miedo, pero también sentía vergüenza, por eso tuve la idea de hacer desaparecer a todos lo más rápido posible».
  • Los restos del día: «En nuestra agencia se habló de que debíamos ir explorando excursiones accesibles para personas en silla de ruedas. Ayer dije que me gustaría encargarme de ese proyecto, y es verdad».
  • Hanna conoce el restaurante desde pequeña porque era un sitio donde las mujeres se reunían. Pero se lo asocia con el tilo, el árbol con la primavera y de la elegancia femenina.
  • Rápidamente se apartó de estas asociaciones.
  • Entonces recordó lo «deteriorado» y sórdido que estaba, y en el sueño lo relacionó con la guerra o la pérdida del trabajo, que ella veía como sus mayores miedos.
  • Pero en el sueño no había signos de guerra, y todos tenían trabajo. Lo sórdido se relaciona con catástrofes y es mejor desaparecer antes que identificarse con una «persona miserable.
  • «Este es mi sentimiento de vergüenza. ¿Lo que mi sueño quiere transmitirme es que, cuando siento vergüenza, me siento miserable? No, porque uno puede vestirse peor un día sin que a uno lo tachen de “indigente”». Se pone furiosa mientras habla, de manera que ya no es la vergüenza, sino la rabia.
  • Pero ¿por qué le viene este sueño ahora?, Hanna cuenta que el día antes del sueño se había manifestado dispuesta a encargarse de supervisar las excursiones en silla de ruedas. No le dio nada de vergüenza hasta por la tarde, cuando ya estaba en casa y se sintió un poco atrevida, pero no avergonzada.
  • Ese sueño de Hanna le muestra cómo cuando siente vergüenza se menosprecia y considera que esa degradación es la consecuencia de una gran catástrofe.
  • Lo esencial de ese sueño es que se pone de manifiesto la cercanía entre el miedo y la vergüenza, pero también se enfada y siente rabia, emociones que se oponen a la vergüenza. Y quizá el restaurante represente también un símbolo de una mayor elegancia femenina.
  • Contar el sueño la llevan a mantener vivo su interés en el proyecto, y reúne los argumentos que justifican por qué es ella la persona adecuada para llevarlo a cabo.

Un segundo sueño de Hanna que ilustra el aspecto 2: Las experiencias de complejo se representan o transforman en el sueño:

«Una mujer aparcaba un coche muy bonito y elegante delante de la casa de mis padres y mi padre salía para prohibirle aparcar allí. La señora no decía nada e intentaba arrancar el coche otra vez, pero no podía, hacía ese ruido que hacen los coches cuando se pretende arrancarlos, pero la batería está gastada. Lo seguía intentando y se ponía cada vez más nerviosa, hasta que mi padre se acercó al coche con un gesto de autosuficiencia y le preguntó: «A lo mejor es que no tiene usted gasolina?» Y continúa: «Mucho coche bonito, pero dinero para mantenerlo nada, ¿eh?» Aquí se pierde un poco el sueño, y entonces veo que un perro se puso a ladrar a mi padre».

Hanna era la espectadora de este sueño sin poder especificar dónde estaba. «Mi padre es exactamente así. La mujer me daba un poco de pena, pero me parece que podía haberse defendido. Lo del perro me dio mucha alegría, la verdad».

Para la soñante era más importante el coche que la mujer que lo conducía.

«Es un coche que me gustaría conducir: elegante, de buen diseño, pero no exageradamente ostentoso y tampoco más caro que el que tengo ahora, pero muy chulo. «Y ¿por qué no funciona un coche así?» Quizá yo pueda pronto tener un coche como ese, pero en este momento todavía me daría miedo que mi padre o cualquier otra persona se burlase.

El sueño muestra una experiencia de complejo: por una parte, la mujer con el «coche elegante y de diseño» que le gustaría tener a la soñante, es decir, que es así como le gustaría mostrarse al mundo. Por otra parte, el padre que le prohíbe a la mujer aparcar delante de su casa, pero que también se ríe de la mujer y se regodea, lo cual, junto con otras imágenes, se corresponde con la experiencia de ser objeto de burla cuando se puso tan contenta con aquel vestido nuevo: ella se avergüenza, el padre se burla y reacciona con burla.

Pero, en todo caso, el coche tiene un problema, así que tiene que quedarse delante de la casa del padre. Quizá se ha gastado la batería, tal vez la conductora está cansada, agotada, deja de aportar la energía para seguir en marcha. Lo importante para mí es que el padre y el coche de momento se las tienen que apañar.

Y, ¿qué pasa con el perro?, «Seguramente ha salido del  coche de la mujer y la defiende ladrando a mi padre, que siempre tuvo miedo a los perros, aunque nunca lo reconoció: cuando alguno de nosotros teníamos miedo de un perro, siempre maldecía y decía: “¡qué mariquitas, tienen miedo de los perros!”».

Este sueño también trabaja con el tema de la vergüenza, pero lo pone en un contexto absolutamente diferente. La soñante se muestra a su padre tal y como le gustaría ser vista, pero el padre no lo acepta y ella se queda por un momento «sin batería», inmóvil. Pero sí que se da una reacción de defensa en forma del perro que defiende a la mujer, un aspecto de ella misma que viene en su ayuda. La emoción de la vergüenza se transforma, pasa a ser menos lacerante. Le pido a Hanna que se imagine el sueño y continue imaginándolo: «Veo una mujer de mi edad con un coche estupendo, de diseño, rojo, potente. Esa mujer me gusta. Se parece un poco a su coche, como yo, que puedo ser así cuando estoy de buen humor: llena de fuerza, elegante. El padre, mi padre, es mucho más joven que en la vida real, bueno, en realidad no tiene edad, pero se comporta como siempre, lo que siempre me deja sin fuerzas. En el sueño no siento vergüenza por mí, bueno, no siento vergüenza. El perro ladra, está agresivo…».

Y se ríe bajito, cuchicheando: «El padre tiene miedo». ¿puede ponerse en el lugar del padre? «Difícil. Él se alegra del mal ajeno, yo también».

Ahora contemplemos el sueño desde el punto de vista del sujeto: tanto la mujer con el coche estupendo como el padre están representando aspectos de la personalidad de la soñante. Podría comportarse como la mujer del sueño, con la cual se identifica conscientemente, y el padre también se comportaría así en la realidad. Para poder transformar la experiencia de complejo sería importante para Hanna darse cuenta de que también puede identificarse con el padre que sale en su sueño. En ese caso se estará identificando con el polo paterno de su complejo, con lo cual se estará comportando hacia sí misma con la misma arrogancia, sorna y moralina, actitud que también puede asumir en el trato con los demás, es decir, también se puede reír de otros, puede ridiculizarlos. En el sueño por lo menos puede azuzar al perro contra su padre y dejar claro de esta manera que el padre tiene miedo y que esta es la razón por la cual se comporta con tanta sorna y arrogancia.

Y ahora sobre el aspecto 3: Las experiencias de complejo están representadas de forma simbólica. Hanna sueña:

«Un cisne adulto hunde a uno más joven, pero el cisne joven consigue escaparse y de repente saca la cabeza por otro sitio. Este sueño se repite un par de veces. Parece que están jugando».

Explica que «durante el sueño, siempre temía por el cisne joven, que tenía todavía el plumón marrón, y por eso sabía que era joven, pero en algún momento me di cuenta de que no era tan peligrosa la situación, con lo cual empecé a sentir un poco de lástima por el cisne mayor, aunque me parecía horrible que intentase dominar al joven de esa manera». O sea, ¿que no era un juego? «No, no era un juego relajado, sino más bien una pelea».

Me interesó por la transición: ¿cómo es posible que el cisne joven se vuelva a poner otra vez al alcance del cisne mayor? El sueño no ofrece pistas a este respecto, solo empieza continuamente. La soñante se identifica con el cisne joven, y el cisne mayor lo relaciona con su madre. ¿Por qué? «Pues porque sí». Porque, según dice Hanna, sigue buscando la relación con su madre, pero ella «la aparta continuamente».

Y eso ¿cuándo y cómo ocurre? «Mi madre me repite siempre que me comporto como una adolescente y que no me doy cuenta de su situación; que ya no me va a permitir seguir siendo una niña.

Si nos apoyamos en esta su comprensión del sueño, llama la atención que el cisne joven se ponga una y otra vez en la misma situación, provocando siempre el mismo comportamiento. ¿Qué es lo que quiere el cisne joven? Lo que quiere es que la madre nade orgullosa delante de él y permita que el cisne joven la siga nadando o incluso vuele. ¿En qué se traduciría esto en la vida real? «A mí lo que me gustaría es que mi madre estuviese orgullosa de mí y me deje estar con ella». Y, ¿por qué utiliza el sueño el símbolo del cisne? Hanna considera al cisne como «un pájaro bonito, muy bonito y de alguna manera también orgulloso, el cisne altivo. Mi madre y yo éramos dos cisnes orgullosos, era difícil no vernos».

Esa es la asociación personal de la soñante, pero los cisnes tienen también un significado colectivo y aparecen reiteradamente en la historia de la cultura para expresar situaciones muy concretas que tienen que ver sobre todo con el anhelo. El cisne nos fascina, y existen numerosos cuentos en los cuales el héroe ve cómo los cisnes se convierten en doncellas, y él se enamora y despoja a la doncella-cisne de sus plumas. Se casa con ella, pero en algún momento ella encuentra de nuevo sus plumas escondidas y se marcha volando. El cisne se considera un ser en transición: normalmente va nadando, pero también puede moverse en tierra y volar. Tanto la diosa Afrodita como Artemisa apa- recen acompañadas de cisnes, es decir, tanto la diosa del amor como la de la vida errante y libre en la naturaleza. El cisne es asimismo sagrado para Apolo y Orfeo, pero, en este caso, podemos prescindir de ese aspecto: la soñante se identifica con el cisne joven y relaciona a su madre con el adulto; una autoimagen femenina orgullosa, pero aún en el nivel animal. Y, ¿por qué animal?: la idea de que ambas podrían ser «pájaros» preciosos, mujeres seductoras que no pasan desapercibidas, podría sembrar dentro de ella una gran contradicción. Ella no podía integrarlo aún en la imagen de sí misma, sino con la imagen que tenía de su madre. Solo a través de una aproximación paulatina a esa imagen le fue posible ir aceptando diversas facetas del significado.

«¡Qué bonito cuando fantaseo con los cisnes!». Y eso es lo que tiene que hacer.

Si son aspectos del soñante los que se están manifestando en forma de animal, se trata de aspectos apenas conscientes: es una intuición, incluso bajo la forma de una vivencia física, la que se está estableciendo, y precisamente eso es lo que constituye el símbolo: algo que entra muy despacio en la consciencia, lo suficientemente despacio como para que uno pueda acostumbrarse a ello. Por otra parte, el aspecto de complejo del sueño, es decir, que ella vuelva continuamente a colocarse cerca de su madre para volver a ser rechazada, puede trabajarse y extraer las consecuencias oportunas.

Vuelvo a introducir la idea del juego: ¿qué significaría si se hubiese tratado de verdad de un juego? «En ese caso, se hubieran enfrentado jugando, hubieran sido rivales y simplemente el cisne joven no hubiera estado todavía a la altura del mayor».

Este sueño puede y debe aplicarse a la situación terapéutica: dado que su madre rivaliza mucho con ella, ella está convencida de que todas las mujeres, o sea, yo incluida, rivalizan con ella; que yo no le consiento que se ponga orgullosa ni que se convierta en una mujer hermosa. No puede ni imaginarse que exista una mujer que no luche contra ella presa de la envidia, pero tampoco entiende muy bien lo de rivalizar en tono lúdico, que es lo que ella necesita para encontrar el camino hacia su identidad.

¿De dónde viene el sueño? ¿A dónde va?

En todos los sueños en los que se pone un complejo o una experiencia de complejo en un nuevo contexto, se exigen una mirada más atenta para mirar más de cerca y permitir otras emociones, abandonando así los caminos de la reacción ya trillados y queda claro que se puede averiguar de dónde viene ese sueño, por qué se tiene ese sueño.

Pero por otra parte se puede rastrear cuál es la intención del sueño, hacia dónde podría dirigirse el impulso de desarrollo que pretende ese sueño, dado que un complejo está vinculado tanto con el recuerdo, con la biografía, con la historia de las relaciones, como con un estado de desarrollo que se reprime, con un tema vital que se ha transformado en motivo de sufrimiento que solo es posible experimentar en forma de complejo.»‘

El recuerdo y la expectativa vinculados al complejo y al símbolo se manifiestan en la diferenciación entre la interpretación causal del sueño y la interpretación final. El complejo remite a un condicionamiento biográfico del sueño, a situaciones-impronta de los complejos que subyacen a las situaciones difíciles actuales en las relaciones, pero, por otra parte, el sueño también posee una función orientada a un fin, y esta función se muestra en la pregunta de qué es lo que pretende el sueño precisamente en ese momento, qué movimiento, qué desarrollo impulsa. El significado de la finalidad del sueño queda aún más claro cuando se da la compensación.

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