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- Buenas noches. Nos reunimos hoy 6 de octubre para seguir con nuestro libro de Verena Kast «Sueños, el misterioso lenguaje del inconsciente», continuando hoy con la Parte 3: La fuerza creativa de los sueños.
- La sesión pasada vimos cómo la imaginación es un camino creativo que permite transformar emociones en imágenes y abrir procesos de autorregulación psíquica. Hablamos de la creatividad como un recurso capaz de volver flexibles ideas fijas y también ofrecer consuelo, incluso en momentos difíciles. Presentamos la imaginación activa de Jung, donde el Yo dialoga con figuras internas como Elías y Salomé, integrando polaridades del alma. Finalmente, destacamos el papel de la imaginación en la transformación de pesadillas, que al trabajarse simbólicamente abren posibilidades de sanación y esperanza.
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Transformaciones de la pesadilla: cuando cambia el estilo del soñar
- Habíamos quedado en el caso de Olga que, después de recibir su diagnóstico de cáncer, comenzó a tener una pesadilla repetitiva con una casa tétrica y una puerta marcada por una calavera.
- Recordemos que Kast le propuso técnicas de imaginación orientadas a reducir el miedo, como congelar la escena, cambiarla de color o verla desde lejos, o crear imágenes protectoras.
- Y luego, ya con la pesadilla, poco a poco la puerta fue transformándose (de negra, a verde y a roja), señal de que su psique elaboraba nuevas posibilidades.
- Y así, la pesadilla dejó de ser solo algo terrorífica y se convirtió en un espacio de exploración simbólica de vida y muerte, abriendo umbrales de transformación interna.
- Y continuamos: y es que Olga sueña de nuevo con la misma pesadilla. Dice:
- «La pesadilla comenzaba de nuevo: el edificio, la penumbra, la puerta, lo siniestro… Pero ya no estaba la calavera en la puerta, y respiré. Entonces todo se puso mucho más claro y, si bien me volví a despertar, tenía mucho menos miedo».
- O sea que ella finalmente siente alivio y se despierta más tranquila. Esto muestra cómo, cuando se trabaja una pesadilla a través de la imaginación, las imágenes se van modificando y el temor se va reduciendo.
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- Ya en los años 70, Kast menciona que se documentó que el estilo de los sueños cambia cuando se elaboran simbólicamente en un entorno seguro, como el espacio terapéutico.
- Cuando el miedo se nombra y se trabaja, pierde fuerza y los sueños se vuelven más fluidos, menos repetitivos, y se conectan mejor con los conflictos vitales de fondo.
- Otro camino alternativo que menciona Kast es el del sueño lúcido. Y es cuando uno se da cuenta de que está soñando y puede actuar con conciencia dentro del sueño. Y es que muchos sueños lúcidos comienzan como pesadillas y, si se logra mantener la calma, se transforman.
- Y hay sueños que, sin ser lúcidos, tienen algo de eso.
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- (…)
- Una joven de 20 años tuvo el siguiente sueño:
- «Me atacaba un oso grande y yo, muerta de miedo, me hacía cada vez más pequeñita. Pero de pron- to pensé que eso no lo podía permitir, que me tenía que hacer más grande, de manera que me hago más grande, mucho más, y funciona, y el oso se va. Lo sabía, porque me lo conozco de la vida diaria: cuanto más pequeña me hago, más se crecen los otros y me atacan, lo cual les da mucho gusto, así que es genial haberlo sabido en el sueño».
- O sea, que eso es lo que bíaha aprendido en la vida real, y lo aplica en el sueño sin saber que sueña.
- Así, la imaginación y la conciencia se entrenan mutuamente, y permiten que el sueño deje de ser un callejón sin salida para convertirse en un espacio de aprendizaje emocional.
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Sueños iniciales y de transición: señales en los umbrales de cambio
- Es un hecho que en momentos de crisis o de transición solemos recordar mejor los sueños. Es decir, estamos más abiertos a buscar guías y orientaciones, vengan de donde vengan.
- Por eso, al inicio de una psicoterapia suelen aparecer sueños especialmente significativos. Jung los llamó “sueños iniciales”, y les daba enorme valor.
- Estos sueños iniciales no solo muestran el problema actual o las pérdidas del pasado, sino que también pueden mostrar intuiciones de lo que puede desarrollarse, como si marcaran un rumbo.
- Además, hablan de la relación del paciente con el terapeuta, lo que puede ayudar a comprender desde el comienzo cómo será el vínculo.
- Veremos con ejemplos cómo pueden mostrar contratransferencias tanto positivas como negativas.
- Y estos sueños iniciales suelen ser más claros que otros sueños posteriores, y contienen pistas resumidas sobre lo vivido, lo olvidado y lo doloroso… pero también lo posible.
- Es decir, que no solo son retrospectivos, sino que también pueden ser prospectivos, apuntando a los recursos internos, a lo que aún puede moverse o puede surgir.
- A veces contienen símbolos arquetípicos muy potentes, que invitan a la imaginación a expandirse, funcionando como semillas de transformación.
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- Y Kast da un ejemplo bello y es de alguien que sueña con una bola de colores que sale disparada del agua. Es solo una imagen, pero puede en el soñante fascinar, sacudir o motivar a crear o a pintar… y eso ya es un camino.
- Así, los sueños iniciales son como cartas de navegación para el alma, que anuncian que una vida que parecía detenida aún puede volver a florecer.
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Sueños iniciales: reflejos compartidos del vínculo terapéutico
- Como mencionamos, existen distintos tipos de sueños iniciales.
- No todos muestran de inmediato una dirección clara o muestran recursos para avanzar.
- A veces aparecen solo imágenes sueltas, sin historia, que reflejan el estado interior del soñante más que un camino hacia el cambio.
- En algunos casos, el sueño parece llevar a descender hacia zonas más oscuras o no resueltas. Como si la psique necesitara primero confrontar lo profundo y lo que está pendiente antes de mostrar una salida o un sentido.
- Y aun así, tienen un valor diagnóstico, pues pueden orientar sobre el tipo de proceso más adecuado. Por ejemplo, si lo que el paciente necesita es una psicoterapia focalizada o un análisis más profundo hacia la individuación.
- También, como ya dijimos, pueden mostrar desde el comienzo cómo se relaciona el soñante con el terapeuta, qué espera de él, qué teme o qué repite.
- Lo más interesante es que estos sueños suelen provocar una contratransferencia, pues generan en el analista emociones como atracción, rechazo, curiosidad o indiferencia.
- Y esa reacción emocional no es un error. Es parte del campo común que se abre entre ambos, y puede indicar si hay disposición y si hay resonancia para trabajar juntos.
- Jung decía que los sueños se generan entre el paciente y el analista, incluso desde el inicio, porque en el fondo soñamos desde el vínculo terapéutico, no solo desde los pacientes.
- Así, incluso el sueño inicial más oscuro o estático ya se revela algo del campo relacional, y puede ser un punto de partida profundo si lo sabemos escuchar desde ambos lados.
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El sueño inicial como símbolo del camino
- La vida psíquica puede entenderse como un recorrido: avanzar, perderse, estancarse o tomar decisiones cruciales. Por eso no es raro que los sueños iniciales incluyan caminos, encrucijadas o giros inesperados.
- Jung destacaba que el estancamiento es un motivo universal en mitos y cuentos, y que los sueños lo representan para señalar que algo está detenido o por revelarse.
- Y Kast habla del caso de Rosa, de 36 años, que inicia terapia en busca de sentido. Siente que su vida se volvió vacía, y el sueño que tiene antes de la segunda sesión lo refleja.
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- «Siempre sueño que camino por senderos largos, pero de alguna manera nunca llego a ninguna parte. Y así fue el sueño que tuve ayer (antes de la segunda sesión). Pero esta vez era peor, porque tenía la impresión de que iba en círculo. No lo puedo demostrar, pero tenía la impresión de estar pasando una y otra vez por la misma casa que tenía las contraventanas cerradas y aparentemente estaba deshabitada o quizá vivía en ella un dormilón. Era desesperante, y además ya empezaba a estar cansada. Entonces, de repente veía un zorro y lo seguía, pensando que seguro que iba a robar una gallina, pero corría demasiado deprisa: primero entraba en un bosque, luego subía una montaña empinada… arriba pude tomar algo de resuello, pero entonces desapareció el zorro. Yo creía que le estaba siguiendo, y entonces me encontré delante de un vertedero gigante, y allí estaba el cura que me confirmó, que dijo secamente: “Esto también es un objetivo posible”. Entonces le miré desorientada, porque yo lo que quería era seguir al zorro, pero ya no lo encontraba. Bajé a lo largo de un arroyo, y eso me gustó un montón»
- El sueño muestra claramente la búsqueda de sentido y la sensación de pérdida, pero también el valor de seguir las pistas simbólicas.
- Así, el camino interior puede pasar por la frustración, por lo inesperado y lo absurdo, pero también por destellos de orientación, por pequeñas huellas, si se aprende a entender las señales.
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Andar en círculos y seguir al zorro
- Rosa sentía que daba vueltas sin avanzar, como si caminara en círculos en su vida. Su esposo le reprochaba tomarse demasiado en serio su malestar emocional.
- En su sueño, pasaba una y otra vez frente a esa casa con las contraventanas cerradas. Al imaginarla, primero la veía gris y repelente, pero luego, tras aparecer el zorro, la percibió menos sombría y con posibilidades.
- Rosa intuía que esa casa era una imagen de sí misma: cerrada, agotada, en espera de algo nuevo.
- La frase “estoy cansada de caminar en círculos” sintetiza su situación. Y justo en ese punto aparece el zorro, símbolo que transforma la escena y la impulsa hacia otra dirección.
- El zorro era para Rosa un animal astuto y fascinante:
- Dice que en el pasado, habían tenido gallinas, y los zorros se las robaban siempre, sin importar las precauciones que tomaran pues siempre ellos eran más listos. Y que al final, dejaron de tener gallinas. Que los zorros son muy listos, a diderencia de ella, que no tenía esa astucia. Y que en el sueño estaba convencida de que tenía que seguir al zorro para llegar al lugar al buscaba.
- Seguir al zorro era seguir el instinto que sabe hacia dónde ir. En los cuentos, el zorro guía al héroe o heroína hacia lo que realmente necesita.
- Este animal puede representar tanto sabiduría y astucia como deseo, fertilidad y agresividad saludable, necesarias para defender la vida frente al agotamiento psíquico.
- Tal vez, incluso, Rosa proyectaba en su terapeuta esa capacidad “zorruna” de acompañarla y orientarla.
- En ese momento, el zorro se convierte en figura guía en el proceso terapéutico, y marca el paso del estancamiento al movimiento simbólico.
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Del círculo cerrado a la corriente vital
- Rosa ya no gira en círculo: ahora vislumbra una dirección, aunque el camino aún esté lleno de desafíos.
- El basurero, símbolo de lo acumulado y olvidado, aparece en el sueño como un lugar que ya no es el destino final, sino solo una etapa del proceso.
- El cura, figura del juez interior, resulta caricaturesco para Rosa. Su rigidez ya no tiene el mismo poder sobre ella.
- Y aunque el zorro desaparece, sigue presente como guía interior. Rosa ahora camina junto a un arroyo, símbolo de la vivacidad psíquica: el alma en movimiento.
- Rosa siente que sí hay un camino, uno propio y posible, donde puede cuidar de sí misma sin renunciar al contacto con otros.
- En una imaginación activa posterior, se reafirma esa vivencia: el zorro la ha conectado con su autonomía y libertad interna.
- El terapeuta también se siente convocado. Y es que la casa cerrada le resulta intrigante y el zorro le parece un recurso latente, una semilla de transformación.
- La contratransferencia positiva indica que hay resonancia simbólica compartida y potencial de desarrollo. Luego veremos un ejemplo de contratransferencia negativa.
- Este sueño contrasta con la historia pasada de Rosa, marcada por una infancia rota, una madre alcohólica, un embarazo precoz, y una vida aparentemente sin sentido. Pero el sueño habla otro idioma, porque acá le revela potenciales, recursos, y esperanza.
- En medio del dolor y del estancamiento, el símbolo orientador aparece, y ambos —terapeuta y paciente— sienten que hay camino. Y hasta aquí con este caso.
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Bueno, luego volvemos al tema delos sueños iniciales. Pero acá abro otro parénesis para hacer un ejercicio de análisis simbólico de un sueño donado y de un intento de interpretación.
Y es con el Sueño de un hombre mexicano.
Sueño:
- «Voy a subir por una escalera en fila con un grupo de hombres y mujeres, pero para comenzar hay un obstáculo que se debe salvar: se trata de una reja al inicio y luego un hueco sin peldaños que hay que saltar hasta otro lugar en el que continúa la escalera. Yo intentó abrir la reja sin éxito, pero un hombre mayor lo logra, y da un salto para comenzar el ascenso. Luego sigue un adolescente quien salta, quedando colgado en el vacío, y debe utilizar la fuerza de sus brazos para trepar y continuar. Siento la duda de sí seré capaz de imitar al joven, pero decido hacerlo a mi manera, así que me sostengo en la reja de un lado para luego poner un pie al otro lado, dar después una brazada adelante y subir así más fácil y rápido. Me sigue una mujer.»
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- Comentario adicional
- “Últimamente he sentido que estoy en una etapa de muchos cambios. En el trabajo se vienen decisiones importantes y a veces dudo si seguir el camino que todos esperan o hacer algo distinto. Me esfuerzo por mantener la calma, pero también me cuestiono si tengo la fuerza para lo que viene. Lo curioso es que al despertar me sentí más tranquilo, como si el sueño me hubiera mostrado que puedo superar los obstáculos, aunque todavía no sé cómo.”
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Vamos a crear como la vez pasada tres grupos al azar. Todos van a responder dos de estas preguntas más la pregunta general. Es decir, el Grupo 1 responde la 1, la 2 y la general. El Grupo 2 responde la 3, la 4 y la general. Y el Grupo 3 responde la 5, la 6 y la general. ¿Está claro?
Bueno, voy a crear los tres grupos y les digo cómo quedan.
Listo. Los Grupos queraon conformados así: ………….
Ya mismo les envío las preguntas por WhatsApp. Y tienen 10 minutos para responderlas.
(…)
(…)
Preguntas:
Pautas de posibles respuestas
1. ¿Qué puede simbolizar la escalera y la idea de ascenso en la vida psíquica del soñante?
(…)
R/
- La escalera representa un proceso de transformación o ascenso de conciencia, un paso de un nivel psíquico a otro.
- Subir alude al esfuerzo interior de crecimiento, superación o individuación.
- El hecho de subir con otros muestra que el proceso individual ocurre dentro de la vida colectiva o de una corriente humana compartida.
(…)
2. ¿Qué sentido podría tener la reja que impide el paso y el hecho de que sea un hombre mayor quien logre abrirla?
R/
- La reja simboliza un límite o defensa psíquica: lo que separa lo conocido de lo desconocido.
- El hombre mayor encarna el arquetipo del sabio o del maestro interior, la función guía que sabe cómo franquear el umbral.
- El soñante, al observarlo, reconoce la necesidad de confiar en la experiencia y la sabiduría interna, no solo en la voluntad.
(…)
3. ¿Qué representa el joven que intenta saltar el hueco y queda colgado en el vacío?
R/
- El adolescente personifica la energía vital y el ímpetu impulsivo que arriesga sin medir el alcance.
- Quedar colgado expresa el riesgo de actuar desde la pura fuerza sin equilibrio ni prudencia.
- Simboliza el aspecto joven del soñante que teme no poder sostenerse o fracasar frente al salto.
(…)
4. ¿Qué significado puede tener la decisión del soñante de “hacerlo a su manera” y encontrar un modo propio de subir?
R/
- El acto de “hacerlo a su manera” refleja el paso hacia la autonomía psíquica: hallar su modo personal de avanzar.
- Representa la integración de los opuestos: une la sabiduría del anciano y la energía del joven.
- Es un gesto de confianza en el Sí mismo y de creatividad interior frente a los desafíos.
(…)
5. ¿Qué función simbólica podría cumplir la mujer que lo sigue en el ascenso?
R/
- Representa el principio femenino (ánima): la dimensión emocional, relacional e imaginativa del soñante.
- Que lo siga indica que el movimiento consciente del yo integra también lo afectivo y lo receptivo.
- Sugiere el acompañamiento del eros, la energía del vínculo, en el proceso de crecimiento interior.
(…)
6. ¿Cómo puede interpretarse el hecho de que el sueño termine con el soñante avanzando con facilidad y acompañado?
R/
- La facilidad del ascenso indica que el soñante ha superado la tensión entre duda y acción.
- La compañía muestra que el desarrollo interior no lo aísla, sino que armoniza su energía con los demás y con el principio femenino.
- Es imagen de equilibrio y confianza: la psique asciende de manera integrada, sin lucha.
(…)
Pregunta general: Si tuvieran que proponer una hipótesis integradora breve (1–2 frases) sobre lo que este sueño podría estar intentando comunicar desde un enfoque junguiano, ¿cuál sería?
R/
- El sueño expresa un momento de maduración psíquica en que el soñante, ante un cambio vital, aprende a superar sus límites y a encontrar su propio modo de avanzar. El ascenso simboliza la ampliación de la conciencia; la mujer que lo sigue, la integración del eros y del principio femenino, señal de una personalidad más completa y equilibrada.
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La ambivalencia en los sueños iniciales
- Bueno, y ahora si volvamos al tema de los sueños iniciales y concretamente a su ambivalencia. Al comienzo de una terapia, es normal sentirse ambivalente: hay entusiasmo por el cambio, pero también dudas e inseguridad. Esta tensión aparece muchas veces en los sueños iniciales.
- Un hombre de 46 años inicia su terapia en la segunda sesión con este sueño:
- «Tenía que ir de excursión a una montaña cerca de casa. Tenía ganas de ir a buen ritmo, pero a mi lado marchaba un chico de unos catorce años que lo único que quería era comer. Me desperté enfadado».
- En la vida real, este hombre reconoce que suele tener ese tipo de lucha interna: quiere avanzar, pero algo dentro de él lo detiene… y termina comiendo.
- El chico del sueño se parece al adolescente que fue en el pasado. Un chico opositor, pasivo, y rebelde con su padre. Hoy, su parte adulta quiere avanzar, hacer terapia y mejorar, pero ese “chico interno” sigue estando presente.
- Este sueño refleja la experiencia de un complejo. Un complejo que se identifica con el padre que le decía “Contigo no se llega a ninguna parte”.
- Ese impulso a comer se vuelve un síntoma, pero también un mensaje de una parte necesitada en su interior. Tal vez no haya que “eliminar a ese chico hambriento”, sino hay que ver qué necesita y cómo integrarlo conscientemente.
- El sueño le muestra dos tendencias internas: una que quiere avanzar rápido; y la otra que se resiste y vuelve todo lento. ¡Cuál será el reto en este caso? El reto será atender a ambas partes en la terapia.
- Así, el sueño inicial no solo revela el conflicto, sino que también plantea una pregunta central: ¿puede esta persona cuidar de sus metas sin abandonar a su niño interno?
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Diferencias entre el ritmo del terapeuta y el del paciente
- El terapeuta propone que el sueño del paciente muestra unas expectativas ambivalentes: por un lado, quiere avanzar con fuerza; pero por otro, teme depender demasiado de la terapia como fuente de “alimento emocional”.
- Cuando Kast le sugiere que el chico del sueño representa una parte de sí mismo, el paciente reacciona molesto. Y es que aceptar eso no es fácil.
- Conversan luego sobre el ascenso a la montaña, y es que la terapia bien podría verse como la subida a una montaña. El paciente menciona que visualiza la subida por una ruta empinada y rápida, sin pausas. Porque para él, eso refleja motivación y compromiso.
- Kast, en cambio, siente una contratransferencia. ¿De qué manera? A ella le parece que ese camino es demasiado exigente para su situación, ya que sufre de trastornos cardíacos a causa de su sobrepeso. Y por eso, le propone un sendero alterno, más lento… pero más realista.
- Y así, descubren que tienen ideas bastante distintas sobre cómo debería ser la terapia. La situación llega al punto en que la analista le deja claro que puede elegir otro terapeuta, pero también le señala que ese desacuerdo que se está produciedo puede ser parte del proceso.
- Finalmente, el paciente decide quedarse, dándose permiso para ir a otro ritmo. A un ritmo más cuidadoso con su parte vulnerable, representada por el chico de 14 años.
- Y este momento marca un giro importante. Y es aceptar los propios límites y cuidar de él mismo, lo cual es ya un acto terapéutico.

