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Diapositiva presentación. Buenas noches. Es un gusto volver a estar con ustedes en este par de sesiones.
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Saludo y antecedente de la obra de Edinger
- Ustedes ya vieron en las cuatro sesiones anteriores, con la lectura de Anatomía de la psique de Edinger, la manera como la alquimia puede entenderse como un lenguaje simbólico de las transformaciones psíquicas. A través de las operaciones alquímicas reconocieron imágenes de disolución, separación, combustión y recomposición, que Edinger interpretó como metáforas de los procesos de individuación.
- Ese trabajo les ofreció una base arquetípica y clínica para “visualizar” los cambios internos. Visualizar cómo los contenidos de la psique se descomponen, se someten a tensión y luego se reintegran en formas nuevas y más amplias de conciencia.
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Continuidad y presentación de la biografía de Jung
- Teniendo en cuenta esa referencia alquímica, les propongo que ahora demos un paso atrás en el tiempo para ver la manera en que ese proceso se encarnó en la vida de Jung.
- Por eso vamos a trabajar ahora la obra Recuerdos, sueños, pensamientos. Como vieron, este libro no es una simple autobiografía, sino que es el relato de cómo Jung vivió y fue comprendiendo los acontecimientos de su vida como un material simbólico.
Vínculo con los Libros Negros y El Libro Rojo
- Aquí encontramos los orígenes de muchas de las imágenes, sueños y experiencias interiores que más tarde se van a desplegar ampliamente en Los Libros Negros y en El Libro Rojo.
- Podríamos decir que Recuerdos, sueños, pensamientos es el mapa del camino psíquico que Jung recorrió antes de su gran descenso interior.
- Nos muestra cómo su vida exterior —su infancia, su juventud, su formación y su relación con Freud— empezó a entrelazarse con su mundo interior, hasta volverse inseparables estos dos mundos, exterior e interior.
- Empezar aquí nos va a permitir entender que El Libro Rojo no surge de la nada, sino que nace de un contexto de vida, de una crisis creativa y de una disposición radical a escuchar y a registrar las voces y las imágenes de su inconsciente.
- Conocer ese trasfondo es esencial para captar el verdadero alcance de lo que van a estudiar después.
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Lectura base de la sesión 5
- En esta sesión, comenzaremos trabajando la autobiografía de Jung desde la página 17 hasta la 142.
- Es decir, revisaremos los capítulos de «Prólogo», «Infancia», «Periodo escolar» y «Período universitario», según el cronograma del curso. Este período cubre desde 1875, año en que nace Jung hasta 1900, año en que ocupó su puesto de ayudante en el Hospital Burghölzli.
Objetivos de la sesión
- Lo que busco es que podamos en estas páginas reconocer en la narrativa de la auto biográfía de Jung los núcleos simbólicos que anticipan su ruptura con Freud.
- Pero también identificar la importancia progresiva que va tomando lo inconsciente y las vivencias interiores en su vida.
Introducción breve
- Así que en esta parte de su obra nos encontramos con Jung en la etapa previa a su contacto con Freud.
- Lo vemos en su niñez, su adolescencia y su formación académica, en un momento en que su vida exterior todavía domina la escena, pero donde ya empiezan a aparecer señales del mundo interior que va a cobrar protagonismo más adelante.
- El objetivo de esta sesión es mirar cómo Jung transforma recuerdos externos (hechos concretos, experiencias de infancia y encuentros significativos) en materia psíquica con sentido simbólico.
- Vamos a prestar atención a sueños, imágenes y anécdotas que, leídas con ojos junguianos, se convierten en anticipaciones de su futura obra visionaria.
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Metodología
- Vamos a utilizar la siguiente metodología:
- Comenzaré por leer un fragmento del libro, al que seguirán unas preguntas y les daré mis respuestas, como ejemplo de lo que ustedes van a hacer.
- Luego, seguiremos con un trabajo en grupos sobre otros fragmentos seleccionados, con preguntas y respuestas que guíen la identificación de los símbolos y significados posibles.
- Trataré en cada caso de hacer unos comentarios síntesis y una comparación con los otros fragmentos.
- Y finalmente, cerraré con una síntesis integradora y una reflexión final en la que trato de conectar con lo que sigue.
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Comencemos entonces
Dios sobre la Catedral
- En este primer ejercicio, como les dije, yo leeré y responderé a algunas preguntas sobre un fragmento del texto en el que Jung habla de Dios sobre la Catedral. Va de la página 52 a la 59.
- Lo resumo acá:
- «En un luminoso día de verano de 1887, el niño Jung, de regreso de la escuela, se detiene en la Plaza Münster, cautivado por la catedral iluminada. Admira su cúpula de tejas multicolores contra el cielo azul y siente gratitud: “El mundo es hermoso, la iglesia es bella, y Dios lo ha hecho todo”. De pronto, lo asalta una advertencia interior: “¡No pienses más!”. Se da cuenta que, si continúa pensando, va a cometer el mayor pecado contra el Espíritu Santo, y tendrá una condena eterna.
- •Durante días, el pensamiento lo persigue. No se atreve a hablarlo con su madre ni a confesarse, pues hacerlo implicaría pensar hasta el final lo prohibido.Un impulso oscuro lo empuja hacia esa temida id ea, sin saber por qué él ha sido el elegido para esa prueba.
- •Reflexiona buscando culpables, hasta llegar a Adán y Eva. Concluye que su pecado fue posible porque Dios mismo dispuso la tentación, colocando a la serpiente. Esta deducción lo libera pensando que si su situación proviene también de Dios, tal vez la cuestión no sea resistir sino comprender. Descarta la acción del demonio y atribuye todo a Dios, ajeno a las cuestiones religiosas.
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- •Considera que la prueba podría ser obedecer, incluso si eso parece ir contra las enseñanzas recibidas, confiando en que Dios no permitiría un mal real. Después de meditarlo, decide arriesgarse. Y llega la imagen: Imagina la catedral, el cielo azul y a Dios en su trono dorado… hasta que, en su visión, una masa de excrementos cae en el trono y destruye la cúpula y los muros. Lo interesante es que en lugar de condena, siente alivio y una alegría inmensa. Comprende que Dios es libre, superior a la Iglesia y la Biblia, y que su voluntad puede exigir ir contra las propias convicciones.
- •La experiencia le muestra que la gracia llega al cumplir la voluntad divina, por incomprensible que parezca, y que lo demás conduce al absurdo. Pero le queda la sospecha de que Dios puede ser temible. El episodio se vuelve un secreto íntimo, asociado a un sentimiento de inferioridad.
- •Desde entonces, vive con ese “gran secreto”, lo cual le trae soledad, y la conciencia de saber algo que otros se niegan a saber, y una firme resistencia a hablar de eso durante décadas. Marca el inicio del aislamiento que acompañará su vida.
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Y ahora cuatro preguntas que me hago y me respondo, pero luego de cada respuesta les pediré que ustedes me cuenten qué opinan sobre esos temas, y si están de acuerdo con cada respuestas, o si creen que puede haber otros elementos que a mí se me hayan escapado.
Esto será sólo el ejemplo de lo que ustedes harán luego:
- (…) 1. ¿Qué significado psicológico pueden tener juntas la imagen bella de la catedral y la imagen de su destrucción?
- (…) R/ Esa primera visión de gran belleza es producto de una religiosidad idealizada, mientras que la grotesca imgen de los excrementos revela la irrupción de lo inconsciente en ese marco consciente de religiosidad. El orden idealizado de la catedral colapsa porque algo instintivo como los excrementos lo complementa, y así se logra «desidealizar» al “Dios colectivo”. Y se inicia una nigredo. La visión obliga a descender a ese Dios, y abre la posibilidad de ver de manera conciliada tanto lo sombrío como lo luminoso en Dios. Y lo principal, es que es vivido por Jung como una gracia liberadora.
- ¿Qué piensan de esa respuesta? ¿Añadirían algún aspecto?
- Esta anetrior pregunta indaga sobre el significado psicológico de la experiencia de Jung. Esta otra pregunta se centra más en los arquetipos que pueden estar presentes:
- (…) 2. ¿Qué aspectos arquetípicos de lo divino se pueden estar revelando en esa experiencia de Jung?
- (…) R/ En esa imagen se muestran para mí aspectos arquetípicos de la divinidad en toda su ambivalencia: por un lado, el Viejo Sabio, como la voz de un Dios que enseña a través de la paradoja; por otro, la Sombra divina, que irrumpe con lo destructor en medio de la imagen de perfección; e incluso el Trickster, como fuerza que contradice la moral establecida y revela la libertad absoluta de lo numinoso. Estos arquetipos muestran que el Dios de Jung no es solo el protector benevolente de la tradición, sino también el que destruye, el que desconcierta y el que obliga a ir más allá de la doctrina. Y el niño Jung queda marcado por esta vivencia de un Dios total, fascinante y terrible a la vez, que que más adelante se va a convertir en la base de su manera de entender lo inconsciente como una realidad también total.
- De nuevo, ¿Piensan lo mismo que yo? ¿Se les ocurre algo diferente? ¿O algo adicional?
- (…) 3. ¿Cómo logra Jung que una vivencia de miedo y prohibición se convierta en una experiencia liberadora?
- (…) R/ Jung comienza esta experiencia atrapado por el miedo: la idea de que pensar lo prohibido lo condenará para siempre. La angustia lo persigue día y noche, hasta que se da cuenta de que resistirse solo aumenta la tensión. Entonces decide arriesgarse y dejar que la imagen venga. Y lo que aparece no es castigo, sino alivio: un Dios libre que destruye lo establecido. Así, lo que empezó como miedo paralizante se convierte en una revelación interior que le da fuerza y sentido.
- ¿Responderían ustedes otra cosa? ¿Adicionarían o corregirían algo?
- (…) 4. ¿Qué implicaciones tiene que este episodio haya permanecido como un “gran secreto” durante décadas?
- (…) R/ Este “gran secreto” inaugura una relación con el mundo marcada por el aislamiento. El episodio era tan íntimo y conflictivo para Jung que decidió no publicarlo en su momento para mantener su tranquilidad. Él menciona en alguna parte que evitó muchas veces “abrir… puertas eternamente cerradas”. Y eso lo llevó a su actitud de explorador solitario del inconsciente.
- ¿Creen que ese gran secreto haya tenido para Jung más concecuencias?
Bueno, este tipo de preguntas y respuestas son un ejemplo de cómo podemos acercarnos a los recuerdos y sueños de Jung. La idea no es que se queden con mis respuestas, sino que ustedes mismos las discutan, las completen, o incluso las cuestionen. Lo importante es ejercitar la mirada simbólica. Es aprender a reconocer cómo detrás de un recuerdo aparentemente biográfico se abre un mundo de significados arquetípicos.
De eso se trata nuestro trabajo: de ver cómo Jung, ya desde niño, empezaba a vivir experiencias que más tarde serían el núcleo de su método de confrontación con el inconsciente. Y a medida que avancemos, verán cómo estas escenas se transforman en el germen de lo que despuésél llamará imaginación activa.
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3. Trabajo en grupos
Ahora, les propongo un trabajo en grupos siguiendo un proceso semejante. Les estoy enviando un documento con tres textos y unas preguntas (4 preguntas).
(ENVIAR EL DOCUMENTO)
Listo. ¿Ya les llegó?
Ustedes se van a organizar así:
- Grupo 1 (Bogotá – 3 candidatos) – El texto es El falo en el sótano (pp. 26–27) .
- Grupo 2 (Medellín – 3 candidatos) – El texto es El fuego sagrado y diálogo con la piedra (pp. 35–36) .
- Grupo 3 (Medellín – 2 candidatos) – El texto es El hombrecito de la cartuchera (pp. 36–37) .
Instrucciones para los grupos:
- Enseguida, vamos a leer todos juntos los tres fragmentos.
- Luego, como ya se los envié a todos, cada grupo lo puede releer si lo cree necesario.
- Y discuten después las preguntas, que son oarecidas, con algunas pequeñas diferencias, en cada grupo, durante 20 minutos.
- Y eligen luego a una persona que resuma cada una de las respuestas a las que ha llegado el grupo, y las va a exponer después en máximo10 minutos.
- ¿Alguna duda?
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(Trabajo en Grupos – Fragmentos para Análisis)
(Grupo 1 – El falo en el sótano (pp. 26–27))
Empecemos por el Grupo 1 con el fragmento de El falo en el sótano. Por favor, alguno de los tres del grupo de Bogotá lee el fragmento. Preferible que no sea el mismo que luego va a hacer el resumen de las respuestas.
- «La casa parroquial se erguía solitaria cerca del castillo de Laufen, y detrás de la finca de Messmer se extendía un amplio prado. En sueños penetré en este prado. Allí descubrí de pronto, en el suelo, un oscuro hoyo tapiado, rectangular. Nunca lo había visto anteriormente. Por curiosidad me acerqué y miré en su interior. Entonces vi una escalera de piedra que conducía a las profundidades. Titubeante y asustado descendí por ella. Abajo se veía una puerta con arcada románica cerrada por una cortina verde. La cortina era alta y pesada, como de tejido de malla o de brocado, y me llamó la atención su muy lujoso aspecto. Curioso por saber lo que detrás de ella se ocultaba, la aparté a un lado y vi una habitación rectangular de unos diez metros de largo débilmente iluminada. El techo, abovedado, era de piedra y también el suelo estaba enlosado. En el centro había una alfombra roja que iba desde la entrada hasta un estrado bajo. Sobre éste había un dorado sitial extraordinariamente lujoso. No estoy seguro, pero quizás había encima un rojo almohadón. El sillón era suntuoso, ¡como en los cuentos, un auténtico trono real! Más arriba había algo.
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- Era una gigantesca figura que casi llegaba al techo. En un principio creí que se trataba de un elevado tronco de árbol. El diámetro medía unos cincuenta o sesenta centímetros y la altura era de cuatro o cinco metros. La figura era de extraños rasgos: de piel y carne llena de vida y como remate había una especie de cabeza, de forma cónica, sin rostro y sin cabellos; únicamente en la cúspide había un solo ojo que miraba fijamente hacia arriba.
- La habitación estaba relativamente bien iluminada, pese a que no había luz ni ventanas. Sin embargo, allí, en lo alto, reinaba bastante claridad. La figura no se movía. No obstante, yo tenía la sensación de que a cada instante podía descender de su tronco en forma de gusano y venir hacia mí arrastrándose. Quedé como paralizado por el miedo. En tan apurado momento oí la voz de mi madre como si viniera de fuera y de lo alto, que gritaba: «Sí, mírale. ¡Es el ogro!» Sentí un miedo enorme y me desperté bañado en sudor. A partir de entonces muchas noches tenía miedo a dormirme, pues temía que se repitiera un sueño semejante.
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Sigamos con el Grupo 2, con el fragmento El fuego sagrado y diálogo con la piedra. Por favor, alguno de los tres del primer grupo de Medellín lee el fragmento. Lo mismo que antes, preferible que no sea el mismo que luego va a hacer el resumen de las respuestas.
(Grupo 2 – El fuego sagrado y diálogo con la piedra (pp. 35–36))
- Recuerdo que en esta época (de los siete a los nueve años) me gustaba jugar con el fuego. En nuestro jardín había una vieja pared integrada por grandes bloques de piedra cuyos intersticios formaban interesantes cavernas. En ellos procuraba yo mantener un pequeño fuego, en lo que me ayudaban otros niños: un fuego que debía arder «siempre» y, por lo tanto, ser siempre avivado.
- Para ello necesitábamos emplear todas nuestras fuerzas en la recogida de leña necesaria. Nadie más que yo debía cuidarse de este fuego. Los demás podían hacer fuego en otras cavidades, pero estos fuegos eran profanos y dejaban de interesarme. Sólo mi fuego permanecía vivo y poseía un deje inconfundible de santidad. Éste fue durante largo tiempo mi juego preferido.
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- Frente a esta pared había una pendiente en la que había una piedra empotrada que destacaba un poco mi piedra. Muy a menudo, cuando estaba solo, me sentaba sobre ella e iniciaba un juego mental que era más o menos lo siguiente: «Yo estoy sentado sobre esta piedra. Yo estoy encima y ella está debajo.» Pero la piedra también podía decir: «Yo», y pensar, «estoy aquí en esta pendiente, y él está sentado sobre mí». Entonces surgía la pregunta:
- «¿Soy yo el que está sentado sobre la piedra, o soy la piedra sobre la cual él está sentado?» Esta cuestión me embrollaba siempre, y dudando de mí mismo me levantaba, cavilando acerca de quién era quién. Esto era algo que no estaba claro y mi inseguridad iba acompañada de una sensación de misterio, curiosa y fascinante. Era indudable, sin embargo, el hecho de que esta piedra estaba en íntima relación conmigo. Podía permanecer largas horas sentado sobre ella y me sentía embelesado por el enigma que me planteaba.
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Y sigamos ahora con el Grupo 3 con el fragmento El hombresito de la cartuchera. Lo mismo que hicieron los otros dos grupos, alguno de los dos del grupo que queda de Medellín lee el fragmento. Y la misma recomendción y es que quien lo lea no sea el mismo que luego hará el resumen de las respuestas.
(Grupo 3 – El hombrecito de la cartuchera (pp. 36–37))
- «Utilizaba por aquel entonces una cartuchera amarilla lacado, con un pequeño castillo, como poseen los alumnos de primera enseñanza. En su interior se encontraba una regla. En su extremo tallé un pequeño hombrecillo de unos seis centímetros con «levita, sombrero de copa y lustrosos zapatos». Lo pinté con tinta negra, lo aserré de la regla y lo coloqué en la cartuchera donde le dispuse una camita. Le hice incluso un abriguito de un trozo de lana. Le coloqué, además, una piedrecita del Rin lisa, alargada y negruzca a la cual había pintado con acuarela multicolor de modo que quedaba dividida en dos partes, una superior y otra inferior.
- Esta piedra la llevé mucho tiempo en el bolsillo de mis pantalones. Ésa era mi piedra. Todo ello era para mí un gran secreto del cual, sin embargo, no comprendía nada. Llevé en secreto el estuche con el hombrecillo al vedado ático (vedado porque las tablas del piso estaban carcomidas y podridas y por ello resultaban peligrosas) y la escondí en una viga del techo. Con ello experimenté una gran satisfacción, pues nadie lo vería. Sabía yo que allí nadie podría encontrarlo. Nadie podría descubrir mi secreto ni destruirlo. Me sentí seguro y desapareció la penosa impresión de estar en desacuerdo conmigo mismo.
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- En todas las situaciones difíciles, cuando preparaba algo, o mi sensibilidad había sido herida, o cuando la irritabilidad de mi padre o la enfermedad de mi madre me agobiaban, pensaba en mi hombrecillo cuidadosamente acostado y escondido y en su piedra lisa y bellamente pintada. De vez en cuando —frecuentemente con intervalos de semanas— subía al altillo en secreto. Pero lo hacía sólo cuando estaba seguro de que nadie me veía. Allí trepaba a la viga, abría el estuche y contemplaba al hombrecillo y a la piedra. Dejaba, además, cada vez un pequeño rollo de papel en el cual anteriormente había yo escrito algo.
- Lo hacía en las horas de clase con una escritura secreta inventada por mí. Eran tiras de papel de escritura apretada, que enrollaba y dejaba a la custodia del hombrecillo. Recuerdo que el acto de colocar un nuevo rollo comportaba siempre el carácter de una acción alegre. Lástima que no pueda recordar qué quería comunicarle al hombrecillo. Sólo sé que mis «cartas» significaban para él una especie de biblioteca. Tengo la incierta sospecha de que podían ser ciertas frases que me hubieran gustado en especial.
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Trabajo en grupo (20 minutos)
Bueno, comiencen entonces a trabajar los grupos durante 20 minutos.
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Listo, entonces empecemos con el Grupo 1. Acá les muestro a todos cada pregunta y el delegado del Grupo 1 va respondiendo las preguntas.
Grupo 1 – EL FALO EN EL SÓTANO
Preguntas guía:
1. ¿Qué imágenes simbólicas aparecen y cómo describirías la atmósfera del relato?
- Descenso a un lugar prohibido.
- Trono real
- Falo gigantesco, con un aura sagrada y aterradora y con ojo único
- Subsuelo, espacio cerrado
- La atmósfera de misterio y de tabú absoluto.
2. ¿Qué arquetipos podrían estar en juego?
- Símbolo fálico como representación de la energía vital y creadora. También de lo numinoso y lo peligroso.
- Imagen del dios ctónico o fuerza primaria bajo la conciencia.
- Motivo de descenso al inconsciente.
- Ojo único: divinidad vigilante
- Voz materna: da nombre a las cosas
3. ¿Qué función puede tener el tabú y el miedo en esta experiencia?
- Señala lo numinoso y lo sagrado
- Protege y a la vez confronta
- Marca la frontera con lo inconsciente
4. ¿Cómo podría este evento preparar a Jung para su futura confrontación con el inconsciente?
- Primer descenso al inconsciente
- Contacto con fuerzas autónomas
- Prefiguración de la imaginación activa
Comentario-síntesis:
- Un comentario general: ustedes han han visto cómo este descenso al sótano introduce a Jung en un espacio liminal, donde se encuentra con una imagen de gran potencia: el falo entronizado. Esta escena no solo lo enfrenta a lo sagrado y a lo tabú, sino que también lo confronta con lo numinoso en su forma más primitiva y atemorizante. Lo mismo que con la visión de Dios y la catedral, el miedo no anula la experiencia, sino que podemos leerla como un anticipo de su posterior método.
- En el relato de la Catedral, la irrupción viene como una lucha interior con Dios, vivida en plena vigilia. En el del sótano, en cambio, el encuentro se da en un sueño, con símbolos arcaicos y corporales, cargados de tabú. Pero creo que en ambos casos podemos ver el germen de lo que, años más tarde, Jung llamará la confrontación con el inconsciente. También el gérmen del método del descenso consciente hacia lo inconsciente, que encontrará en la imaginación activa su forma más elaborada.
- Si lo comparamos con los fragmentos que siguen, veremos que aquí el contacto con lo numinoso es abrupto e impactante. Ya veremos que los otros contactos serán más íntimos o más graduales. Les propongo entonces, desde ya, ir pensando cómo estas distintas formas de ‘encuentro’ modelan la relación de Jung con lo inconsciente: unas son de irrupción violenta, mientras que otras son más de diálogo silencioso.”
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Grupo 2
EL FUEGO SAGRADO Y DIÁLOGO CON LA PIEDRA
Preguntas guía:
1. ¿Qué imágenes simbólicas emergen en este recuerdo?
- Fuego que debe mantenerse vivo
- Pared de piedra con cavernas
- Piedra personal como “compañera”
- Juego de identidad entre niño y piedra
- Atmósfera: intimidad, misterio, recogimiento
2. ¿Qué arquetipos podrían estar en juego?
- Fuego como símbolo de transformación, iluminación y energía espiritual.
- Piedra como representación de lo eterno, lo estable, el Sí mismo.
- Relación con un “yo” interior: puede encarnar al guía o Anciano sabio.
3. ¿Qué revela este episodio sobre la relación entre naturaleza y psique en Jung niño?
- Lo natural como interlocutor psíquico
- Proyección de vivencias interiores en objetos externos
- Sentimiento de comunión con lo más grande
4. ¿De qué manera esta práctica de diálogo interior prepara a Jung para su método de imaginación activa?
- Entrenamiento en el diálogo con símbolos
- Forma primitiva de imaginación activa
- Puente entre lo cotidiano y lo arquetípico
Comentario-síntesis:
- Ustedes ven cómo en este recuerdo de infancia el fuego y la piedra se convierten en símbolos centrales que acompañan al niño Jung en su exploración interior. Representan lo vivo vs lo eterno, lo ardiente vs lo inmutable. Y no son simples objetos naturales: son realidades vivas con las que se establece un diálogo silencioso. El niño establece un puente entre su mundo interno y algo externo que encierra significado. Concretamente con la piedra, su diálogo silencioso con un objeto natural es ya una forma primitiva de imaginación activa y prepara a Jung para su futura capacidad de relacionarse con imágenes arquetípicas de lo inconsciente.
- Aquí, a diferencia de la experiencia de la Catedral y del sueño del Falo en el sótano, la relación con lo sagrado ya no se da de forma tan abrupta, sorpresiva y llena de tabú, como una irrupción violenta que invade la conciencia. Sino que acá se construye de manera ritualizada, repetida y voluntaria. Aquí el inconsciente se deja acercar como un interlocutor confiable, no como una fuerza peligrosa.
- Esta diferencia muestra dos modalidades del encuentro con lo numinoso. Ambas experiencias son complementarias en el camino de Jung. Una lo confronta con lo incontrolable, mientras que la otra le enseña a sostener un diálogo.
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Grupo 3 – EL HOMBRECITO DE LA CARTUCHERA
Preguntas guía:
1. ¿Qué imágenes simbólicas destacan en este fragmento?
- Hombrecito tallado y pintado en miniatura
- Piedra pintada, con parte superior e inferior
- Cartuchera como cofre secreto
- Rollos de papel con escritura inventada
- Atmósfera: misterio, intimidad, seguridad
2. ¿Qué arquetipos se expresan en este relato?
- Homúnculo: doble interior, “otro yo” secreto
- Piedra: centro estable, vínculo con el Sí mismo
- Secreto: tesoro interior protegido
3. ¿Qué atmósfera o tonalidad emocional transmite el relato?
- Orgullo silencioso, ritual íntimo
- Misterio y alegría en el acto de guardar
- Espacio seguro frente a tensiones familiares
4. ¿Cómo podría interpretarse este acto de guardar y proteger el secreto?
- Creación de un espacio interior protegido
- Valor de preservar lo íntimo frente al mundo
- Anticipa el carácter privado de los Libros Negros
- Custodia del tesoro como preparación para el diálogo con lo inconsciente
Comentario-síntesis:
- Ustedes muestran en esta experiencia cómo este hombrecito tallado y escondido en la cartuchera es más que un simple juguete. Es realmente un doble interior, una figura secreta que Jung cuida, protege y consulta en momentos de dificultad. La piedra que lo acompaña refuerza su carácter sagrado.
- Con esta experiencia de Jung, quisiera que viéramos los cuatro fragmentos como una evolución en la manera en que el niño se fue relacionando con lo inconsciente.
- Primero, en la visión de Dios sobre la Catedral y en el sueño del Falo en el sótano, lo numinoso irrumpe con fuerza abrumadora, inesperada y cargada de tabú, primero en la vigilia y luego en un sueño. Allí Jung queda sobrecogido, enfrentado a potencias que lo superan.
- Luego, en el recuerdo del fuego y la piedra, el contacto ya no es tan violento, sino que se construye de manera ritualizada: Jung busca, repite, dialoga silenciosamente con símbolos que le dan estabilidad.
- Y finalmente, con este hombrecito de la cartuchera, aparece un paso más, y es la creación activa de un interlocutor interior, un compañero secreto que lo acompaña en su soledad.
- Podemos ver aquí una línea evolutiva: del impacto pasivo de lo inconsciente, a la búsqueda consciente, y de allí a la creación de figuras interiores. Ese movimiento es el que más tarde se convertirá en su método de imaginación activa.
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4. Puesta en común y discusión
- ¿Qué elementos comunes ven ustedes en los diferentes fragmentos, incluyendo el mío sobre su vivencia de Dios sobre la Catedral?
- Descenso o acceso a un espacio liminal.
- Objeto o figura con carácter numinoso (falo, piedra, hombrecito).
- Acto de relación íntima y secreta con el símbolo.
- Presencia de temor y fascinación simultáneos.
- Y figuras mediadoras entre consciente e inconsciente.
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5. Cierre reflexivo
- Y ya para el cierre les pregunto: ¿Qué diferencia ven ustedes entre esta narración de Jung a lo que suelen leer en una autobiografía “normal”?
- Al comparar con autobiografías comunes, uno descubre que:
- Acá estamos realmente ante la narración de un mito. Jung declaraba que su vida era “la autorrealización de lo inconsciente” y eso sólo se puede expresar mediante un mito.
- Es decir, Jung no pretende una autobiografía de hechos ni “científica”, sino más bien “contar historias” del alma. De su alma.
- Por eso, él prioriza acá vivencias interiores (como sueños, visiones, símbolos como los que analizamos) que no es lo usual en biografías comunes. Por eso, lo externo parece como “accidental” y sus recuerdos de hechos externos son como poco interesantes frente a los otros.
- Y el resultado entonces es este. Más que una autobiografía “normal”, es un relato mítico-interior orientado a la experiencia psíquica y a su sentido.
Y ya como cierre de la sesión:
- Los fragmentos que analizamos nos muestran que, desde mucho antes de la ruptura con Freud, Jung ya vivía encuentros con imágenes arquetípicas que lo colocaban en contacto con un orden distinto al de la vida consciente.
- Son ralmente como semillas de lo que luego se va a convertir en un método que consistirá en descender, encontrarse con figuras interiores y dejarse transformar por ellas. Son prefiguraciones de su método de imaginación activa, como ya dijimos.
- Y verán que en Los Libros Negros, estas imágenes no se cuentan retrospectivamente, sino que se registran en el momento mismo de la experiencia.
Bueno y con esto terminamos y nos veremos en la próxima sesión.