.1
Buenas noches, nos reunimos hoy lunes 16 de junio, para continuar con esta segunda parte del libro de Verena Kast: «Sueños: el misterioso lenguaje del inconsciente». La sesión pasada hablamos de cómo se suelen manifestar los complejos de manera símbólica en los sueños y cómo se pueden ver los diferentes personajes del sueño como partes de la personalidad del soñante.
.2
Y para finalizar ese anterior capítulo, se propone la pregunta: ¿De dónde viene el sueño? ¿Hacia dónde va?
- Y es que cuando un sueño trae un complejo y lo pone en un nuevo contexto, nos invita a mirarlo más de cerca.
- El sueño nos pide dejar de lado las reacciones emocionales automáticas, ya conocidas (en el caso de Hanna, reaccionar con vergüenza o frustración como siempre había hecho), y abrirnos a nuevas emociones (por ejemplo, como vimos, a la defensa o el orgullo en ella). Y al hacerlo, se hace posible comprender de dónde proviene ese sueño y por qué aparece en un momento dado.
- Pero también puede preguntarse: ¿hacia dónde quiere ir ese sueño? ¿Cuál es el impulso de desarrollo que sugiere?
- Porque un complejo, ya lo habíamos visto, no solo remite al pasado. Es decir, claro que está ligado al recuerdo, a la biografía, y a la historia de nuestras relaciones. Pero también a un estado de desarrollo bloqueado, y a un tema vital que ha quedado atrapado y solo puede vivirse en forma de sufrimiento.
(Dos maneras de interpretar: causa y fin)
- Así que descubrimos que el complejo activa tanto el recuerdo como la expectativa. Y esto se refleja en dos formas posibles de interpretar el sueño:
- Una Interpretación causal: que se traduce en ¿Qué experiencias pasadas provocaron este sueño?
- Y otra Interpretación final: Y es: ¿Qué quiere este sueño que haga yo ahora? ¿Qué transformación o cambio me está proponiendo?
- En otras palabras, por un lado, el complejo nos lleva a las huellas de experiencias pasadas que marcan nuestras dificultades actuales.
- Pero por otro lado, el sueño tiene una función teleológica. Y esto significa que apunta hacia un posible desarrollo.
- Y veremos que esto se relaciona con este nuevo tema del libro y es que el sentido del sueño se vuelve especialmente claro cuando aparece la compensación.
- Es entonces cuando entendemos mejor hacia qué equilibrio y hacia qué dirección de crecimiento nos quiere llevar el sueño.
.3
¿Qué es la teoría de la compensación en los sueños?
- Jung propuso que el inconsciente compensa la consciencia.
- Es decir, que si vivimos de una manera muy inclinada hacia un extremo, los sueños tienden a mostrarnos lo contrario.
- Esta idea se conoce como la función compensadora del sueño.
¿Cómo funciona esta compensación?
- Por ejemplo, si una persona es muy racional y controlada, puede soñar con situaciones desbordadas o caóticas.
- O si alguien se desconecta de sus emociones, los sueños pueden traer símbolos emocionales intensos.
- Es el modo en que el inconsciente corrige el desequilibrio y nos ayuda a restablecer la salud psíquica.
¿Por qué nos volvemos compensatoriamente “unilaterales”?
- Primero, porque evitamos temas difíciles que no queremos enfrentar.
- Segundo, porque nos aferramos a lo viejo, aunque ya no nos sirva.
- Tercero porque el entorno social (o sea el Zeitgeist, o “espíritu de la época”) nos empuja hacia ciertos valores, como el materialismo, dejando otros de lado.
¿Qué nos muestran los sueños entonces?
- Muestran lo que falta en nuestra vida consciente.
- Por ejemplo, en tiempos de mucha superficialidad, los sueños pueden traer imágenes espirituales y símbolos de profundidad. O puede suceder lo contrario.
(Una teoría, no la única)
- Jung no afirmaba que esta fuera la única explicación posible de los sueños.
- Pero sí la consideraba una de las más importantes para entender cómo el alma busca equilibrio.
.4
(La compensación como autorregulación psíquica)
- Jung entendía los sueños como una forma en que la psique busca equilibrio.
- Cuando hay partes de nuestra personalidad que descuidamos —ya sean emociones, deseos, aspectos creativos o espirituales—, el sueño las trae a un primer plano.
- Es lo que se llema la autorregulación de la psique. El inconsciente compensa lo que la consciencia ha hecho a un lado.
(Compensar también puede significar sustituir)
- La palabra latina compensare significa tanto “equilibrar” como “sustituir”.
- Por eso, un sueño no solo equilibra algo que falta, sino que a veces propone una imagen alternativa, como si dijera: “Podrías vivirlo de esta manera también”.
Los complejos, responsables de nuestra visión limitada
- Nuestros complejos —que son esas zonas emocionales sensibles de nuestra psique— nos hacen ver la vida de forma parcial.
- El sueño actúa como contrapeso a esa visión limitada.
- Cuando ponemos demasiada atención en algo, otras cosas quedan fuera de foco, y el sueño ayuda a recuperarlas.
Pensemos en lo que los sueños nos pueden mostrar:
- Pueden ser deseos, temas y emociones que hemos evitado o silenciado.
- El sueño busca que los sintamos, que los vivamos, y que al hacerlo, recuperemos sentido y vitalidad.
- Los símbolos oníricos no son mensajes fijos, sino imágenes que se entrelazan con nuestra vida, que despiertan la imaginación y nos abren caminos.
.4
Pregunta:
Una persona lleva meses enfocada obsesivamente en su trabajo, controlando todos los detalles, y mostrándose siempre racional, eficiente y distante.
Y tiene el siguiente Sueño:
Una noche sueña que está en medio de una fiesta llena de música, baile y alegría, con personas desconocidas que lo abrazan y ríen con él en un ambiente de desorden.
- ¿Creen que este puede ser un sueño compensatorio?
- Si lo es, ¿qué creen que está está proponiendo compensar o sustituir?
- (…)
- ¿Qué complejo puede estar involucrado?
- (…)
- ¿Qué parece estar proponiendo el sueño al soñante?
Mis respuestas:
- Sobre las dos primeras preguntas: Sí es claramente un sueño compensatorio, en el sentido que Jung propone
- ¿Qué compensa o sustituye? Está compensando el exceso de control, racionalidad y represión emocional de la vida consciente del soñante. Sustituye la rigidez cotidiana por imágenes de libertad, contacto emocional y disfrute
- Acerca del complejo involucrado: Puede estar constelado un complejo de control (asociado al yo racional), posiblemente alimentado por inseguridad, necesidad de éxito o miedo a perder el dominio de la situación.
- ¿Qué parece proponer? Le propone al soñante abrirse al contacto humano, permitirse la espontaneidad, reconocer sus necesidades emocionales y dar espacio al disfrute y la vitalidad que ha estado reprimiendo
.5
(¿Qué dicen las investigaciones actuales? ¿Continuidad o compensación?)
- Hoy se investiga si los sueños:
- reflejan lo que vivimos (que es la hipótesis de la continuidad), o si
- nos muestran lo que nos falta (que es la hipótesis de la compensación).
- La continuidad diría que el sueño representa simbólicamente lo ya vivido.
- La compensación, en cambio, sostiene que el sueño introduce nuevos temas para favorecer nuestro desarrollo personal.
- Kast menciona a Michael Schredl quien considera que la continuidad es más frecuente, pero que la compensación también está bien fundada.
(¿Cuál es el reto al estudiar esta teoría?)
- Para investigarla con rigor, primero habría que definir claramente qué es una “actitud consciente”.
- Eso no siempre es fácil de delimitar.
- En situaciones de crisis emocional, en cambio, el estado consciente suele estar más claro, y los sueños compensatorios se vuelven más fáciles de identificar.
.5
Hagamos acá un parémtesis para que Heber lea su Sueño
.7
Y también Kast da un ejemplo de sueño compensatorio
- Es el de una mujer de 41 años que había perdido recientemente a su pareja. Una noche, muy triste, logró dormirse y tuvo este sueño:
- “Estaba en mi jardín y había muchos árboles florecidos. Me sorprendió, porque no tengo tantos árboles. Estaban en flor, era precioso. Mi perro jugaba con algo, estaba feliz. Me puse muy contenta. Al despertar, recordé de inmediato que Heinz ya no volvería, pero me sentí distinta. Había dolor, pero también esos cerezos en flor, así que podría venir de nuevo la primavera”.
- Este sueño pone en contraste su tristeza con una imagen de vida, belleza y renovación.
- Compensa el dolor con esperanza. Y ese contacto con una parte viva de sí misma tuvo un efecto concreto: y es que desde esa noche, pudo volver a dormir.
.8
¿Por qué es interesante la idea de compensación en los sueños?
- Porque los sueños no solo repiten nuestras molestias del día, sino que también abren espacio para algo nuevo, emocionante y estimulante.
- Esperamos que los sueños puedan equilibrar los malos momentos, actuando como un recurso que ayuda al desarrollo personal.
- Sin embargo, esta expectativa no siempre se cumple de manera sencilla.
(Compensación y depresión: un terreno complicado)
- Las personas con depresión severa rara vez tienen sueños que las animen o motiven.
- Strauch y Meier señalan algo que los terapeutas hemos comprobado muchas veces y es que quienes sufren de depresión pocas veces recuerdan sus sueños, y cuando lo hacen, estos suelen reflejar un ánimo negativo.
- Las investigaciones de Schredl muestran que los sueños de personas depresivas tienden a estar cargados de emociones negativas, y el tema de la muerte aparece más frecuentemente que en personas sin depresión.
Ahora, ¿Por qué a veces no funciona la compensación?
- La compensación emocional en los sueños parece necesitar cierta solidez en la estructura del Yo.
- Por eso, si el Yo es fuerte, los sueños pueden funcionar como un espacio para equilibrar emociones y aportar algo positivo.
- Aun así, incluso en personas depresivas, pueden aparecer ocasionalmente sueños con una clara función compensatoria, ofreciendo alivio emocional aunque sea en momentos puntuales.
- Pero una observación mía es que en personas deprimidas que no sueñan, uno se alegra que aparezca de pronto un sueño porque suele avisar que la persona va a empezar a salir de su depresión.
.9
Luego Kast ofrece otro ejemplo que ilumina el poder compensatorio del sueño
- Esta vez se trata de un hombre de 46 años que durante semanas, había sentido que su vida estaba estancada, gris, sin movimiento ni esperanza de mejora. Una noche soñó que estaba frente a un estanque o pequeño lago, bajo un cielo gris y con contornos difusos.
- De repente, un soplo de aire agita levemente el agua, y ese pequeño movimiento lo anima.
- Al despertar, el hombre se siente diferente, con una especie de emoción nueva, como si hubiera “nacido de nuevo”.
- Este sueño, el primero que lograba recordar en mucho tiempo, le devolvió la esperanza de un nuevo comienzo.
- El pequeño movimiento del agua simboliza un cambio, una brisa fresca que trae dinamismo a su estado vital.
Y hubo un impacto del sueño en su vida y en los demás
- Porque el sueño marcó una transición: de un periodo de turbación y vacío, a uno donde el hombre empieza a percibir nuevamente lo vivo y lo esperanzador en el mundo.
- Tanto su vivencia personal como el efecto que tuvo el relato del sueño sobre quien lo escuchaba mostraban que se había recuperado algo muy valioso y era la esperanza.
.10
(Sueños que vienen desde la sombra)
- No todos los sueños compensatorios son sueños bonitos que nos levantan el ánimo.
- Algunos nos acercan a nuestra sombra, es decir, a esos aspectos de nosotros mismos que no encajan con la imagen idealizada que queremos tener.
- Aunque estos sueños pueden resultar incómodos, también cumplen una función compensatoria importante.
¿Qué es la sombra en psicología junguiana?
- Ya lo sabemos: Es la parte de nuestra personalidad que rechazamos o no queremos ver porque es lo que consideramos “sucio”, malo o inaceptable de nosotros mismos.
- Los sueños nos pueden confrontar con esa sombra para ayudarnos a reconocerla e integrarla.
Veamos El caso del Sr. Schmutz
- Un hombre, muy orgulloso de llevar una vida moralmente intachable, soñaba repetidamente con un personaje llamado Sr. Schmutz (que en alemán significa “suciedad”).
- El personaje no hacía nada especial. Solo aparecía, y eso bastaba para que el soñante se sintiera molesto.
- Durante mucho tiempo, el hombre no se daba cuenta del significado simbólico del nombre. Cuando finalmente lo comprendió, se enfadó: no aceptaba la idea de tener un “lado sucio”.
Pero veamos el efecto transformador del sueño
- Este sueño hizo que el hombre reconociera que, como cualquier persona, también él tenía “rincones sucios”.
- El resultado fue positivo: empezó a ser más tolerante y generoso con los demás, especialmente cuando los veía actuar según sus propias sombras.
.11
Pregunta
Una mujer que siempre se muestra amable, complaciente y evita el conflicto sueña que discute violentamente con una amiga. En el sueño grita, insulta y rompe objetos, sintiendo una rabia intensa y desbordante. Al despertar, se siente perturbada por haber visto esa versión de sí misma.
Y respondan las mismas preguntas de antes:
- ¿Creen que este puede ser un sueño compensatorio?
- Si lo es, ¿qué creen que este sueño está proponiendo compensar o sustituir?
- (…)
- ¿Qué complejo puede estar involucrado?
- (…)
- ¿Qué parece estar proponiendo el sueño al soñante?
Mis respuestas:
- Si es claramente un ejemplo de sueño compensatorio.
- ¿Qué compensa o sustituye? Está compensando la represión de la agresividad, la evitación del conflicto y la tendencia excesiva a complacer a los demás.
- Acerca del complejo involucrado: Probablemente esté constelado un complejo de adaptación o de «persona complaciente», donde el yo se identifica con la imagen de ser siempre amable y evita cualquier manifestación de enojo o confrontación.
- ¿Qué parece proponer? El sueño parece proponer reconocer y aceptar su capacidad de poner límites, expresar desagrado y afirmar sus propias necesidades, integrando así su agresividad de forma consciente y saludable.
.13
¿Qué pretende el sueño? Miremos la finalidad detrás de la compensación
- Según Jung, el inconsciente no solo tiene un papel pasivo, sino que contribuye activamente al funcionamiento general de la psique, igual que la consciencia.
- El inconsciente puede orientar nuestras vidas con una dirección hacia un fin, algo que incluso las investigaciones modernas en neurociencia respaldan.
Y vemos que la Consciencia y el inconsciente son dos sistemas distintos
- Según Gerhard Roth, la consciencia y el inconsciente son sistemas diferentes, tanto en estructura como en función.
- La consciencia solo aparece en el córtex asociativo, y este se activa cuando algo se percibe como nuevo e importante.
- Y viene una explicación desde la neuociencia: y es que para que esto ocurra, es esencial la intervención del sistema límbico, del hipocampo y de sistemas neuromodulatorios, que operan en el nivel inconsciente. Sin ellos, no surgiría consciencia alguna.
.14
Sueño de Juan Carlos
.15
(El inconsciente como guía para la consciencia)
- Jung sostiene que lo inconsciente puede guiar la consciencia y que muchos de los impulsos importantes para el desarrollo personal vienen precisamente de ahí.
- Los sueños, las imágenes y las revelaciones que surgen del inconsciente pueden actuar como señales o guías.
(El sueño como indicador del camino)
- Para Jung, el sueño no es solo un reflejo pasivo: tiene un valor orientador que puede ser incluso más vital que lo que está en la consciencia en ese momento.
- Los sueños pueden mostrar al individuo el rumbo a seguir, como si fueran indicadores de camino: si uno va por la ruta equivocada, el sueño ayuda a encontrar la correcta. Si hay dudas en un cruce, el sueño ayuda a decidir la dirección.
Entonces veamos el tema de La finalidad como motor oculto
- En la teoría de la compensación, se destaca el aspecto finalista o teleológico del sueño: los eventos se organizan hacia un objetivo. Lo «teleológico» es otro concepto clave en lo junguiano.
- Este objetivo oculto en lo inconsciente es el que guía el proceso.
- La idea se conecta con el concepto aristotélico de entelequia (otro término importante): y es que todo organismo tiene dentro de sí una fuerza interna que lo empuja hacia su desarrollo, hacia su plenitud y hacia su realización.
.14
Y miremos esas dos miradas sobre el sueño; La Interpretación causal y la interpretación final:
- La interpretación causal se centra en buscar las causas del presente en el pasado.
- Es un enfoque analítico y diagnóstico, que invita a mirar hacia atrás y a explorar los orígenes de lo que sentimos y vivimos ahora. Es una interpretación típicamente freudiana.
- Por otro lado, la interpretación final busca descubrir el sentido, el objetivo o la meta del sueño, es decir, mira hacia adelante, abriendo nuevas posibilidades y ayudando a integrar aspectos nuevos de nuestra identidad.
¿Por qué son importantes las dos?
- Porque para reconciliarnos con el pasado necesitamos ambas perspectivas:
- La mirada causal, que parte de lo inconsciente para explicar por qué aparecen ciertas imágenes.
- Y la mirada final, que nos orienta hacia lo que podemos crear y construir a partir de esas imágenes.
(El caso de las imágenes arquetípicas)
- Cuando aparecen imágenes arquetípicas (figuras universales llenas de simbolismo), la interpretación causal solo explica por qué surgieron (por ejemplo, debido a complejos personales).
- Pero si nos quedamos solo ahí, no habremos comprendido todo el mensaje del sueño.
- Y es que las imágenes arquetípicas tienen un enorme potencial creativo, por lo que es fundamental también interpretarlas desde una perspectiva final, que permita incorporar esos estímulos como fuerzas terapéuticas.
Y es que para Jung: el mañana es más importante que el ayer
- Jung reconoce el valor de comprender el pasado, pero pone especial énfasis en la construcción de lo nuevo.
- Según él, ninguna reviviscencia del pasado, por intensa que sea, nos libera tanto como la posibilidad de crear algo nuevo.
- Eso sí: crear lo nuevo solo es posible si antes hemos comprendido e integrado las partes importantes de nuestro pasado.
.15
Las teorías de Jung sobre el sueño 5
Buenas noches, nos reunimos hoy lunes 30 de junio, para continuar con el libro de Verena Kast: «Sueños: el misterioso lenguaje del inconsciente». La sesión pasada nos centramos en la función compensatoria de los sueños y en cómo los sueños pueden interpretarse tanto desde una mirada causal como otra final.
.16
Veamos un ejemplo de los dos enfoques, que podemos resumirlos de la siguiente manera:
- El enfoque causal mira al pasado, así que podemos preguntarnos: por qué aparece cierta imagen, de dónde viene el conflicto, qué experiencia lo origina.
- Por el contrario, el enfoque final mira al futuro, y las preguntas podrían ser: ¿para qué aparece este sueño? ¿Qué quiere lograr en la vida de la persona? Vemos que la finalidad abre camino a la transformación.
Y Kast presenta El caso de una mujer de 36 años
- Es una mujer en tratamiento por depresión que sueña que está en casa de sus padres. Su madre la regaña como siempre, pero en el sueño, ella no puede escucharla porque ha encontrado un libro muy interesante que la mantiene concentrada.
- La interpretación causal diría: esto representa el viejo conflicto madre-hija, una experiencia arquetípica de complejo conocida, en la que la soñante ya ha trabajado mucho.
- Sin embargo, quedarse solo en lo causal puede profundizar el sufrimiento, reforzando el sentimiento de víctima.
Y acá La clave está en la interpretación final
- Y es que el sueño también muestra una vía de salida, que es el libro que la absorbe por completo.
- Aunque en la vida real no tiene algo semejante que la atrape, el sueño le da una pista emocional. Y es que ahora sabe qué se siente al estar totalmente fascinada por algo. Una especie de pasión.
- Entonces, si puede experimentar esa fascinación en el sueño, podría buscarla y encontrarla en la vigilia. No sé. podría ser a través de la pintura, la música, la literatura…
Así que el énfasis está en La finalidad como recurso terapéutico.
- A menudo olvidamos este aspecto final, y eso es una lástima porque eso es precisamente lo que tiene un valor terapéutico.
- Jung destaca que los sueños tienen una finalidad psicológica: no solo nos dicen de dónde viene el problema, sino hacia dónde podemos ir.
- El foco está en el devenir de la personalidad, no solo en el recorrido pasado.
- Al abrirse a estas fantasías y darles forma, incluso en lo concreto de la vida diaria, es posible extraer conclusiones valiosas y avanzar.
16
Sueño de hombre
.17
Y hasta acá hemos hablado de la teoría compensatoria de los sueños, pero ahora vamos a ver la teoría prospectiva de los sueños.
- Y aclaro que no son dos enfoques opuestos, sino dos caras del mismo funcionamiento del inconsciente y que se complementan:
- La función compensatoria que hemos visto hasta ahora regula lo que quedó por debajo de la consciencia (o sea lo reprimido o lo demasiado débil para notarse), ayudando a equilibrar la psique.
- La función prospectiva, en cambio, anticipa posibles acciones conscientes. Es como un boceto previo, como un plan, o como una preparación para lo que vendrá luego.
Y se recuerda El aporte de Maeder: que es una visión adelantada a su tiempo
- En 1913, Maeder criticó a Freud por mirar solo al pasado (quedándose sólo en deseos infantiles insatisfechos) y este autor propuso mirar también al futuro.
- Para Maeder, los sueños intentan reproducir problemas emocionales actuales y esbozar posibles soluciones.
- Esta idea, aunque vista como atrevida en su época, coincide hoy con lo que sabemos: las soluciones del pasado pueden adaptarse a los desafíos presentes, generando nuevas formas.
Y desde la neurociencia se nota Un proceso lúdico y creativo en el cerebro
- Según Rüther, durante el sueño se debilita el control cognitivo, lo que permite experimentar nuevas combinaciones emocionales de forma lúdica.
- Si estos nuevos patrones emocionales funcionan bien en el sueño, pueden reemplazar viejos patrones y fijarse a nivel neuronal.
¿Y qué dice Jung sobre los sueños “proféticos” (entre comillas)?
- Jung explica que los sueños prospectivos son una mezcla anticipada de pensamientos, emociones y recuerdos sumergidos.
- Cuando un sueño coincide con una experiencia real posterior, no significa que sea profético, sino que funciona como un pronóstico, parecido a un parte meteorológico.
Y viene Una advertencia importante
- Y es que Aunque la función prospectiva es relevante, Jung insiste en no sobrevalorar los sueños.
- El sueño no es un guía espiritual absoluto ni un portador de verdades indiscutibles.
- Solo cuando nos relacionamos conscientemente con el contenido del sueño podemos encontrar pistas valiosas para nuestra vida y descubrir qué es lo que realmente importa en ese momento.
.18
Insistamos en esas dos miradas:
- Recordemos que la perspectiva final de los sueños muestra hacia dónde se mueve la psique: marca una dirección emocional o psicológica.
- Mientras que cuando miramos los sueños desde su función prospectiva, sentimos que hemos alcanzado una meta antes de hacerlo en la realidad, lo que puede hacernos percibirlos como si fueran oráculos.
Veamos un ejemplo de la función prospectiva
- Es el caso de un hombre de 26 años, buen estudiante pero lleno de miedo al examen final, que soñó que ya había conseguido no solo la licenciatura, sino incluso el doctorado.
- Al despertar, pensó: “Si en el sueño puedo llegar tan lejos, ¿por qué temer tanto a este examen?”.
- Este sueño no solo cumplía un deseo, sino que tuvo un efecto positivo: lo calmó, le dio confianza, y lo ayudó a que le fuera bien. Fíjense en la diferencia entre la perspectiva final y la prospectiva. En esta última no le está señalando al soñante una solución o camino, sino que lo está haciendo sentir que ya consiguió la meta buscada.
¿Y qué pasa con los sueños de catástrofe?
- A menudo creemos que los sueños de desastre son anticipaciones de algo malo, pero en realidad reflejan nuestros miedos en momentos emocionales intensos.
- Si cada sueño catastrófico se cumpliera, viviríamos en un estado de desastre constante.
- Las investigaciones muestran que estos sueños suelen estar vinculados a situaciones desagradables ya vividas, no a desastres futuros.
Y que Los sueños realmente premonitorios son un misterio
- A veces se tienen sueños que parecen anticipar algo de manera misteriosa.
- Por ejemplo, una mujer de 25 años que planeaba un gran viaje soñó que, en vez de pedir destinos de países lejanos, solo lograba decir nombres de lugares cercanos.
- Se despertó confundida y con miedo, y aunque trató de analizar si era un recuerdo infantil o un complejo emocional, no lo vio así.
- El efecto fue claro: perdió el entusiasmo, dejó de organizar el viaje con su novio, y dos meses antes de la salida prevista, su novio tuvo un grave accidente.
- Ella pensó: “¡Por eso tuve ese sueño tan extraño!”.
- Claro, el sueño podría haberse interpretado de muchas maneras, pero en su vivencia personal tuvo el efecto de frenar sus planes, como si algo dentro de ella hubiera previstolo que venía.
.19
Y ahora pasemos a otro tema bien importante, y es del origen del concepto de inconsciente colectivo
• En 1907, Jung y Freud se conocieron en Viena y, dos años más tarde, viajaron juntos a EE.UU. para dar conferencias en la Universidad Clark.
• Durante el viaje en barco, se interpretaron mutuamente los sueños. Pero ahí empezaron también las tensiones.
• Jung sentía que Freud no compartía lo suficiente sobre sus sueños por miedo a perder autoridad.
• Y Freud, por su parte, no entendía los sueños de Jung, que tenían un carácter simbólico distinto: no hablaban solo del individuo, sino de algo más amplio.
Y uno de esos sueños tuvo un efecto muy fuerte en Jung.
.20
Un sueño decisivo
Parte 1
.21
Parte 2
.22
Dos lecturas, dos visiones
• Freud se fijó en las calaveras del sueño: para él, señalaban un deseo de muerte reprimido.
• Pero Jung veía otra cosa: una imagen estructural de la psique, como si su alma misma se desplegara en niveles históricos.
• Ese sueño fue una revelación: le mostró que la psique no es solo personal, sino que tiene raíces colectivas, culturales, incluso prehistóricas.
Ahí sucedió el Nacimiento del concepto de inconsciente colectivo
• Jung entendió ese sueño como una imagen guía.
• Comenzó a leer con avidez sobre arqueología, mitología y culturas antiguas.
• Su pensamiento se alejó cada vez más del “personalismo” de Freud y se centró en los símbolos universales.
• Así nació el concepto de inconsciente colectivo: un estrato profundo de la psique que compartimos todos, más allá de lo individual.
.23
Sueño hombre Argentina
.24
Continuación Sueño hombre Argentina
.25
¿Qué es el inconsciente colectivo?
- Es una especie de fondo común que todos los seres humanos compartimos, una base psicológica y biológica que va más allá de lo personal.
- Este inconsciente se expresa a través de imágenes que se repiten en todas las culturas y épocas: los llamados arquetipos.
- Pero recordemos que los arquetipos no pueden ser representados en sí mismos, sino que son sus efectos los que pueden ser percibidos en imágenes arquetípicas
¿Y qué son las imágenes arquetípicas?
- Esas sí son formas o símbolos que representan experiencias humanas universales.
- Por ejemplo, el círculo, la espiral, el niño divino, el anciano sabio, el extraño misterioso, el héroe, la heroína, ciertos animales, ciertos colores, etc.
- Esas imágenes no son inventadas por la cultura, sino que surgen naturalmente cuando enfrentamos experiencias profundas o decisivas.
¿Cuándo aparecen estas imágenes?
- Surgen especialmente en momentos importantes de la vida, como:
- Cuando estamos ante la muerte o ante una pérdida
- Ante el enamoramiento
- Ante una separación
- Ante un cambio que nos lleva a nuevo comienzo
- O ante crisis de identidad o crisis de sentido
- En esos momentos, muchas personas surgen esas imágenes arquetípicas a través de reacciones similares. Pueden ser sueños parecidos, símbolos parecidos, o emociones parecidas.
Y Kast nos da el ejemplo del círculo como símbolo arquetípico
- Y es que en tiempos difíciles o de miedo, la gente suele soñar con círculos o con agrupaciones en círculos.
- Cuando yo comencé hace muchos años a analizar mis sueños tuve un sueño con una especie de tsunami, representación del inconsciente que puede arrasar con la consciencia (eso es otro símbolo arquetípico), pero al poco tiempo apareció otro sueño en el que yo era un niño que jugaba a la rueda-rueda, tomado de la mano con otros niños y formando un círculo, lo que de inmediato traía tranquilidad en el proceso.
- Se dice en el libro que políticamente, cuando se quiere representar unión o diálogo, se hace en una mesa redonda.
- Y que el círculo representa:
- Protección. Unidad y Concentración
- Así que eso no es casual, sino que el símbolo tiene un efecto psicológico real sobre nosotros.
Y es que los arquetipos tienen energía propia
- No es sólo que sean imágenes bonitas o curiosas, sino que tienen una dinámica especial, una fuerza de cambio.
- Jung decía que esa fuerza es espiritual, o sea algo que:
- Se mueve por sí sola, que crea nuevas imágenes más allá de lo que vemos o tocamos, y que opera con cierta autonomía
Una idea clave para cerrar
- Como dice el neurocientífico Antonio Damasio: “Se podría decir que las ideas son las monedas de nuestra mente”.
- Los arquetipos serían entonces como monedas universales que circulan en todos nosotros, activándose cuando la vida nos exige mirar más allá de lo cotidiano.
.26
FIN
::::::::::::::::::::::::::::::
Compensación a través de imágenes arquetípicas
Lo inconsciente colectivo es un constructo. Se considera que es una base biológica y psicológica suprapersonal pre- sente en cualquier ser humano, que se muestra en imáge- nes arquetípicas tales como el círculo, la esfera, la espiral, los niños divinos, los viejos sabios, los misteriosos extraños, los héroes y las heroínas, pero también los animales, los colores, etc.
Las imágenes arquetípicas se entienden como patrones básicos de vida que son efectivos en cada ser humano y que constituyen las fuerzas de acción de lo inconsciente colectivo, son los únicos elementos que nos permiten concluir la exis- tencia del mencionado inconsciente colectivo. El indicio que apunta a estas imágenes arquetípicas se extrae de la expe- riencia de que, en situaciones significativas existencialmen- te, las personas reaccionan repetidamente con imágenes pa- recidas, con ideas parecidas basadas en emociones similares y los comportamientos comparables que resultan de ella. Las situaciones importantes existencialmente son aquellas que implican una amenaza o un nuevo punto de partida: muerte, amor, separación, nuevo comienzo, búsqueda o pérdida de identidad, encontrar o perder el sentido de la vida.
Estas experiencias se expresan continuamente en sím- bolos similares. En tiempos de gran amenaza asociados con mucho miedo, a menudo la gente sueña con círculos o las personas sienten la necesidad de sentarse en un círculo. Cuando la situación política es amenazante, se reúne a la gente alrededor de una mesa redonda. El círculo es un sím- bolo antiguo de la integración, de intimidad y, por lo tan- to, también de protección. El interior y el exterior quedan separados. El círculo es un símbolo fácil de rastrear en la historia de la cultura, tanto en las artes plásticas como en las creaciones lingüísticas.’76 Pero el círculo también tiene un efecto en nosotros: cuando se pide a las personas que se alineen en círculo, junto con ese orden especial surge tam- bién la concentración.
Las imágenes arquetípicas no son comparables solo desde el punto de vista de la iconografía, aunque por su- puesto se vean transformadas por las respectivas corrien- tes del tiempo, sino que también se las distingue por esa dinámica especial que hace que encierren la energía del cambio. Jung ve esta dinámica especial, que él llama «es- piritual», como un principio espontáneo de movimiento y actividad, con la «propiedad de crear libremente imágenes más allá de la percepción sensible, y […] la manipulación autónoma y soberana».’77 A este respecto, Damasio apun- ta: «Se podría decir que las ideas son las monedas de nues- tra mente» g178
El concepto de los arquetipos: Un concepto 6iofógico
Los arquetipos son sistemas psicológicos neuronales ad- quiridos filogenóticamente. Son parte de nuestra biología y dirigen la experiencia emocional, la percepción y el compor- tamiento del ser humano. Algunos ejemplos de Jung:
«Una de las conquistas más importantes de la Psi- cología Analítica es, sin duda, el conocimiento de la estructura biológica del alma».’“’
«A ningún biólogo se le ocurrirá suponer que cada individuo adquiere, cada uno por su cuenta, su modo de comportamiento universal. Mucho más probable es que el joven pájaro tejedor construya su caracterís- tico sido porque es un tejedor y no un conejo».»0
«En la medida en que los arquetipos intervienen en la configuración de los contenidos conscientes re- gulándolos, modificándolos o motivándolos, se com- portan como instintos».l ‘
«El arquetipo es una especie de predisposición a que se reproduzcan una y otra vez las mismas o pa- recidas representaciones míticas. […] los arquetipos no son sólo impresiones de experiencias típicas una y otra vez repetidas, sino que a la vez se comportan también empíricamente como una fuerza o tendencia, a resultas de la cual las mismas experiencias son re- iteradas una y otra vez. En efecto, siempre que un arquetipo aparece en un sueño, en la fantasía o en la vida, acarrea consigo un particular «influjo» o poder en virtud del cual opera de forma nuininosa, es de- cir, emanando una fascinación o invitando a actuar en una determinada dirección».’
Los arquetipos se experimentan en forma de ideas o imágenes arquetípicas que Jung concibe como represen- taciones internas que se muestran en sueños, fantasías y mitos que traen determinadas formas de emoción como brindando la posibilidad de nuevos comportamientos que compensan los conocidos. Pero también permiten ciertas formas de fantasía y de emoción, formando por lo tanto una estructura. Pertenecen a nuestra equipación biológica bási- ca, pero también son remodeladas por la cultura. Las imá- genes arquetípicas deben ser configuradas, traducidas a la lengua del presente.
«La verdad eterna precisa del lenguaje humano, que cambia con el espiritu del tiempo. Las imágenes primigenias son capaces de cambiar infinitamente sin dejar de ser las mismas, pero sólo en una figura nue- va pueden ser comprendidas de nuevo. Siempre han de ser interpretadas de nuevo para que el envejeci- miento de su concepto no les haga perder su atractivo […]. ¿Dónde están las respuestas a las miserias y di- ficultades anímicas de una época nueva? ¿Dónde está el conocimiento sobre la problemática anímica que el desarrollo de la consciencia moòerna ha creado? Es la primera vez en la historia que esta h ybris del querer y del poder desafía a la verdad «eterna».'»’
Tal vez la traducción inás famosa de un mito al lenguaje del presente es la elaboración (o reelaboración) del mito de Edipo por parte de Freud. Edipo —como figura arquetípica— debió haber fascinado a Freud en gran medida.
Los mitos se traducen hoy en día al lenguaje del presen- te, por ejemplo, a través de los cómics, y se introducen entre el gran público con la ayuda de los medios de comunicación de masas. Las películas de animación de los estudios Dis- ney tratan temas míticos: Amor y Psique en la versión de cuento de hadas La Bella y la Bestia. El robot doméstico de la literatura de ciencia ficción está inventado a partir de los Heinzelmännchen (dueiides que realizan el írabajo do- inéstico inieiitras que los habitaiites de Coloiiia duerineii). has pruebas de Hércules se reflejan en la actuación de los héroes del oeste, y de la misma manera siguen en auge los mitos de héroes tipo Superman, etc.
Esta traducción del material mítico en las obras litera- rias contemporáneas resulta algo menos llamativa y rui- dosa, al igual que el renacimiento de los ángeles que se ha extendido en los últimos años, al menos en Europa y Esta- dos Unidos.
Son sobre todo los artistas los que traducen imágenes arquetípicas al lenguaje del presente, dándoles forma, a ve- ces una y otra vez, a lo largo de sus vidas. Es posible que entren en contacto con estas imágenes arquetípicas a tra- yes de un sueño, como Chagall. En sus notas autobiográficas del libro Mi Yido,’8° describe un sueño que tuvo en una pequeña habitación en San Petersburgo, donde estudiaba pintura clandestinamente, ya que en ese momento no se les permitía a los judíos salir de su distrito:
«De repente se abrió el Dec/io, descendiendo una criatura alada que llenó la habitación de pronto de un solo golpe de ruido sibilaiite y estruendoso. Un ruido como de arrastrar alas. Pensé: ¡un án- gel! lo me atrevía a abrir fos ojos porque estaba todo demasiado claro, demasiado lleno de luz. Después de T’ecorrer toda la habitación, se eleuó a traués de una grieta en el tecíio, lleuándose con él toda la luz y todo el aire azul. De nuevo está todo oscuro y me despierto».
Chagall afirmó que su cuadro La Aparición (1917) surgió de este sueño. Pero no solo este cuadro, porque en la obra de Chagall, los ángeles siempre encuentran un lugar.
Los ángeles son símbolos arquetípicos que precisamente en la actualidad cobran de nuevo un gran significado. Los ángeles eran entendidos como fuerzas del más allá que, al servicio y a las órdenes de una deidad, acompañan la vida y la muerte. Como mensajeros transmiten al ser humano una misión y con ella, la energía para llevarla a cabo. Los ánge- les también crean conexión, puesto que, según la tradición, conectan el cielo y la tierra, de forma que lo que está sepa- rado puede ser reunido una y otra vez a través de ellos. En esta «creación de conexiones» se superan los límites, creán- dose o completándose algo, ese algo que puede ser sanado de nuevo, de manera que todo se relaciona asimismo con una experiencia de sentido.
El ángel parece ser la musa creativa de Chagall, la ins- piración divina. Solo cuando el ángel viene a la tierra es posible hacer realidad esa inspiración. El sueño, que so- brevino en un tiempo de pobreza absolutamente opresiva, de la más tremenda incertidumbre respecto a su formación como pintor, le confirmó que tenía un mandato superior, reafirmando su vocación. El ángel irrumpe con un ruido rugiente y trae un tremendo dinamismo. Durante toda su vida pintó esos ángeles, traduciéndolos continuamente al lenguaje del presente. Con él, hasta las vacas pueden ser ángeles. En su cuadro A/ concierto, que pintó a una edad muy avanzada, el ángel ocupa un lugar central en la ima- gen, contiene la vida y lleva a los vivos. El ángel, como importante símbolo arquetípico de Chagall proveniente de un sueíio, es diseñado y rediseñado a lo largo de toda su vida.
El neurocientífico y las imágenes iiiteriot-es
Un concepto similar de las imágenes interiores también es utilizado por un neurocientífico, Gerald Hüther,’ ‘ que las denomina «imágenes interiores que guían la acción».’ 8 Su hipótesis es que un niño viene al mundo con un tesoro escondido de imágenes internas que se despierta cuando el equilibrio interior se ve amenazado, y que pueden ser acti- vadas como patrones de reacción que guían la acción.
Hüther ve el cerebro como un aparato generador de imá- genes. Las experiencias que tenemos quedan ancladas en el campo neuronal y sinóptico y nos ayudan a resolver nuevos problemas y retos. Tales competencias resultan también comunicables a través del lenguaje, con lo que las experien- cias subjetivas pueden ser transmitidas, complementadas, ampliadas. Poseemos un tesoro de imágenes colectivas de una comunidad para hacer frente a problemas internos y externos transmitido culturalmente, una memoria colecti- va que se conserva y se transmite. Hüther ve estas imá- genes como imágenes que guían la acción y permiten una expansión, una ampliación. Se encuentran en el cerebro, pero también están ya sembradas en el genoma, contenien- do dentro de sí automáticamente esas posibilidades de ex- pansión. De ahí no resulta realmente una imagen nueva, sino que un patrón rector preexistente, que guía la acción, se modifica por otro extraído de una imagen antigua, o bien varias imágenes antiguas se vuelven a ensamblar para for- mar nuevos patrones.
«Por lo tanto cada nueva secuencia de ADN, cada nuevo pensamiento y cada nueva idea colectiva se re- monta a un precursor correspondiente, a una imagen interna específica que ya estaba allí antes. Y al con- trario, toda imagen existente se puede expandir de cualquier manera, aunque solo teóricamente».1
Según Hüther, los límites de la expansión son estrechos. Una seci:encia de ADN (ADN = portador químico de la in- formación genética) solo puede duplicarse o ampliarse si la capacidad de control general de los procesos que tienen lugar en la célula no se ve comprometida. Sin embargo, hay mucho ADN sin sentido, ADN residual, un conjunto inútil de imágenes internas que Hüther denomina tesoro creati- vo. Se pueden tomar patrones de guía de acción cuando las condiciones de vida cambian de alguna manera. Nuestros cerebros contienen asimismo un tesoro escondido de conoci- mientos innecesarios, ideas, concepciones, mucho más de lo que necesitamos para sobrevivir. Y generalmente nos pro- porcionan un gran placer. Afirma Hüther:
«¿Para qué necesitamos todas las crónicas fami- liares, los libros de historia, las leyendas y los cuen- tos de hadas […]? Ellos tampoco son nada más que un reservorio de imágenes internas compartidas en constante expansión. Tampoco los necesitamos para la simple supervivencia. Sin embargo, son quizás la cosa más valiosa que poseemos. Si las circunstancias cambian y las estructuras sociales conocidas hasta ahora amenazan con colapsar, este tesoro colectivo de imágenes nos puede traer la salvación. Podría ser que fusionemos determinadas imágenes provenientes de este tesoro de manera innovadora y las utílicemos como ideas comunes que nos orienten en el manteni- miento o en la reconfiguración de nuestras relaciones sociales o de nuestro entorno».’90
Hüther afirma que desde la Ilustración el ser humano está convencido de que puede cambiar el mundo según sus propias ideas. El problema es que carecemos de una orien- tación hacia nada que vaya más allá del ser humano. Ya no desarrolla imágenes interiores que muestren un lugar de seguridad. Ya no hay una matriz que proporcione orien- tación. En situaciones de peligro, las personas que carecen de imágenes interiores que ofrezcan orientación no pueden acudir a imágenes culturales antiguas, sino que se ven obli- gadas a recurrir a patrones de conexión sináptica transmiti- dos biológicamente y surgidos en el cerebro de manera muy temprana a modo de programa. Se trata de experiencias de la primera infancia, programas de impulsos e instintos que se convierten en organizadores decisivos del pensamiento, el sentimiento y la acción, de manera que se reacciona de manera animal o infantil. Pero en medio de todo eso segui- rían existiendo las imágenes arquetípicas, así que Hüther plantea una cuestión importante: «¿Cómo vamos a lograr que en el futuro seamos nosotros los que determinemos las imágenes y no las imágenes a nosotros?».»‘
Hüther asume que las imágenes están siempre disponi- bles y accesibles a diferentes niveles y que siempre son po- sibles nuevas combinaciones de estas imágenes para adap- tarse a los cambios que se dan en todas las esferas de la vida. Jung asocia las imágenes arquetípicas con un impulso creativo de lo inconsciente, que, en combinación con lo que ya existe, permite traducir estas imágenes arquetípicas al lenguaje del presente. El núcleo narrativo del arquetipo se conserva relativamente constante, pero hay una gran capa- cidad de variación en la periferia.
Según Jung, las imágenes arquetípicas resultan accesi- bles al ser humano en ciertas situaciones emocionalmente significativas; la constelación de complejos o incluso las de- fensas en forma de racionalización pueden distorsionar las imágenes arquetípicas. Aunque el uso del término «imáge- nes» no es exactamente equivalente en Jung y en Hüther, ambos parecen tener ideas similares sobre las imágenes que inDuyen sobre nuestras acciones.
Dado que las imágenes arquetípicas no pueden distin- guirse claramente unas de otras, tendría sentido hablar de campos arquetípicos de significado. Así, por ejemplo, perte- necen al «Niño Divino», símbolo arquetípico de que siempre es posible un nuevo comienzo inesperado, un campo mater- no positivo, pero también los demonios que amenazan con destruir al niño. Si ganasen los demonios, entonces el niño divino no sería tal niño divino.’°
La creatividad y el efecto del arquetipo
En una conferencia de Jung de 1922, La psicología aia- lítice y la obra de arte poética, quedó particularmente claro cómo hay que imaginarse el efecto de los arquetipos.
Para Jung la verdadera obra de arte no puede explicarse simplemente a partir de la psicología del artista: «la causa- lidad personal tiene tanto que ver con la obra de arte como la tierra con la planta que crece de ella».l ° En la obra de arte la persona se libera de los confines de lo puramente personal, y le es posible «lograr liberarse de las limitaciones y las vías muertas de lo personal y dejar muy atrás lo pere- cedero y limitado de lo puramente personal».»•
Para Jung, la obra de arte es un rediseño creativo.’°5 Para él, existe un proceso creativo que utiliza la disposición de un ser humano como suelo fértil, y en la que la obra de arte «se conforma a sí misma para ser lo que quiere ser»pl96 El impulso creativo es para Jung autónomo, para él, lo creativo, penetra y fundamenta toda la creación. La perso-
na creativa es utilizada por este impulso creativo como una especie de herramienta, pero, a su vez, el impulso puede también ser utilizado por la persona.
Sin embargo, Jung distingue entre dos formas de creatividad:
Una en la que la persona puede dar forma a lo que quiere y es más bien libre, aunque ello no sea óbice para que estó poseída por un impulso creativo. En la otra, la persona está claramente «poseída», inspirada, los temas literalmente se le imponen. En estos casos, lo inconsciente deja de ser mera influencia para pasar a exigirse en guía'»7 y, si el proceso creativo se ve interrumpido, surgirán dificultades psicoló- gicas. Hay una «obligación superior»i» que la persona debe obedecer. Jung compara este el impulso creativo con una fuerza de la naturaleza que se impone sin preocuparse del bienestar de la persona creativa.
¿Cómo nace una creación?
En esta conferencia de 1922 Jung todavía asume que el trabajo creativo es en principio un complejo autónomo no influenciable por la consciencia. Esto empuja a actuar a determinadas regiones de lo inconsciente, poniéndose en marcha así un proceso de asociación.’° Más tarde Jung utilizará el concepto de la autorregulación para explicar el desencadenamiento de los procesos creativos. Solo una vez finalizada la obra se reconocerá en quó consistía el «com- plejo creativo» o, posteriormente, la imagen arquetípica constelada. Por tanto, resulta necesario preguntarse a qué imagen primigenia de lo inconsciente colectivo se puede atribuir la imagen que se desarrolla en la obra de arte. Hoy nos preguntaríamos con qué complejos y con qué campos arquetípicos está en resonancia.
Las imágenes de lo inconsciente colectivo no son rein- corporaciones, pues nada se reprime ni se olvida. Más bien son imágenes de la mente que se ajustan a la estructura del cerebro y que aparecen como principios reguladores de su diseño.
«La imagen primigenia o arquetipo es una figura que, ya sea «demon», hombre o proceso, se repite a lo largo de 1a historia allí donde se ejerce libremente la fantasía creadora. Por ello es esencialmente una figura mitológica. Si analizamos estas imágenes de cerca, descubrimos que constituyen en cierto sen- tido el resultado formulado de innumerables expe- riencias típicas de nuestros antepasados. En cierta medida son los residuos psíquicos de infinitas viven- cias de pareja índole. Describen millones de expe- riencias individuales promediadas y de este modo ofrecen na imagen de la vida psíquica dividida y proyectada en las numerosas figuras del pandemo- nio mitológico. Cada una de estas imágenes encierra un fragmento de psicología y del destino humano, una porción de dolor y de placer que se han experimentado índecibles veces en la cadena de nuestros ancestros y que, en términos generales, tuvo el mis- mo decurso. Es como un lecho de río profundamente
enterrado en el alma, donde la vida [ l se adensa y se precipita repentinamente al alcanzar este parti- cular encadenamiento de circunstancias que siem- pre han colaborado a la concreción de la imagen pri- migenia»
Cuando entramos en contacto con imágenes arquetípi- cas, experimentamos una intensidad emocional especial, como una liberación o como que somos atrapados por algo poderoso. «En esos instantes ya no somos seres aislados, sino especie, la voz de la humanidad entera se alza en no- sotros».°0°
El mismo efecto tienen las obras de arte, que Jung con- templa como una traducción de la imagen arquetípica al lenguaje del presente. A través de la participación en una obra, cualquier persona puede tener acceso a «las fuentes más profundas de la vida, que de otro modo nos estarían vedadas». ”03 La obra de arte, así como básicamente todas las creaciones culturales que traducen la imagen arquetí- pica al lenguaje del presente, dan la oportunidad a todas las personas de entrar en contacto con estas imágenes que constituyen recursos para el ser humano.
Jung piensa que en el arte lo que se crea es lo que más falta hace en el «aire de los tiempos». Asume, por lo tanto, que la ley de la compensación funciona también en relación con el espíritu de los tiempos, por lo que considera el arte.
A pesar de que ‹kung está hablando de los grandes procesos creativos, mucho de esto también se aplica a la creatividad cotidiana, cuando de repente se nos ocurre algo. Tenemos ideas e imaginaciones cuyos orígenes no podemos explicar en un principio. Las imágenes arquetípicas sue- len influir en la imaginación a través de los complejos: los complejos funcionan como motores de búsqueda de campos arquetípicos. En primer lugar, como ya se ha dicho, ex- perimentamos lo que permanece igual y lo que es moles- to del complejo, y más tarde, ocasionalmente, también lo que cambia, en particular cuando logramos hacer resonar nuestras imágenes causadas por complejos con las imáge- nes arquetípicas; cuando soñamos con imágenes conocidas de los cuentos de hadas o con mitos o cuando experimenta- mos el complejo en un contexto diferente y estas imágenes cambian las ideas que el complejo ha determinado en noso- tros.° •‘ También utilizamos imágenes antiguas, combinán- dolas, para hacerlas actuar en el presente.
El problema de la medida
La época que llamamos «Sturm und Drang» (Tormenta e Ímpetu) estuvo particularmente dominada por ese impulso creativo por el que se dejaban llevar los poetas, tal y como aún se puede percibir en el poema Prometeo de Goethe. El impulso creativo que se remonta al arquetipo puede raptar e instalar al humano en la ís ybris.
Cuando las personas se ven dominadas por imágenes arquetípicas, es fácil que pierdan toda moderación. Jung se pronunció una y otra vez contra esto, probablemente por- que pudo reconocer ese peligro dentro de sí mismo:
«Si no se comprende a tiempo la razón de la fas- cinación, uno puede caer en un estado de profunda emoción. Y sería necesario preguntarse: 4mor quó me ha tocado tanto ese pensamiento? ¿Qué significa eso en relación conmigo mismo? Esta modesta duda pue- de protegernos de caer completamente rendidos ante nuestra propia idea […]».»0‘
En otro lugar afirma:
«Ya no nos podemos permitir en absoluto caer ren- didos, ni siquiera ante el Bien».»07 Frente al incons- ciente es necesario un control consciente.
Hoy en día se nos presenta la cuestión de la fascinación en relación con el fundamentalismo y el fanatismo,2o pero existe también otra forma de identificación con las imáge- nes arquetípicas, como, por ejemplo, cuando las mujeres afirman ser brujas, identificándose completamente. La ma- yor parte de las veces no es la energía arquetípica la que sustenta esta identificación, sino más bien una idea algo débil que se invoca para poder llevarla a cabo.
El conflicto entre lo consciente y lo inconsciente es, por lo tanto, particularmente importante tanto para la configu- ración de las imágenes arquetípicas como para la confron- tación cognitiva con ellas. Si esto no sucede, las ideologías ocuparás su lugar, y estas corrientes arquetípicas desti- nadas a aportar movimiento y libertad, establecerán luego nuevas restricciones, y también cimentarán relaciones de dominación.
la consciencia puede ser «guiada» por lo inconsciente, como afirmó Jung, pero la consciencia también influye en lo inconsciente, influencia por la que hay que luchar cuando se trata de perfeccionarnos como especie. A este respecto, Hüther dice: «Pero todo lo que es maleable también es de- formable».209 Y en otros lugares: «Solo cuando nos hacemos conscientes del origen y del poder de estas imágenes interio- res podemos pensar también en cómo vamos a asegurarnos de que en el futuro nosotros determinemos las imágenes y no las imágenes a nosotros»g21O
Sueños arquetípicos
Si, según Campbell, el sueíio contiene un motivo mito- lógico, arquetípico,2» y nos conecta con la historia de nues- tra vida, también lo hace con la historia del ser humano en general. Son los grandes sueños, los que se quedan en nuestra memoria, los que podemos relacionar entre sí a lo largo de la vida y los que nos dan la sensación de tener una identidad y nos muestran en quó contextos más amplios se inscribe nuestra propia vida.
Por supuesto, uno también verá la realidad concre- ta relacionada con estos sueños; el sueño abre una nueva perspectiva para ver las dificultades actuales, abre nuevas opciones, enciende una esperanza que puede manifestarse como coraje para vivir y puede ayudarnos a anticipar el fu- turo. Por supuesto, estos sueños también nos muestran lo que no queremos ver, pero en general nos apuntan en una cierta dirección, estimulando una exploración de esas nue- vas opciones que no se adoptan fácilmente.
Se suponía que los sueños que contienen símbolos ar- quetípicos, esos que antes hemos denominado «grandes sueños», no se tenían solo para uno mismo, sino que conte- nían un comunicado para la comunidad a la que pertenecía el soñante.
Probablemente ya no es frecuente en la actualidad con- tar estos sueños, pero se transmiten a las personas intere- sadas a través de las publicaciones sobre psicología. Lo que resulta, sin embargo, desconocido es que puede darse que a veces una persona se pasa semanas meditando y dando for- ma al sueño de una persona desconocida que se ha publica- do, integrándolo intensamente en su vida y nutriéndose de el emocionalmente. En este aspecto hallamos también una resonancia, no ya en la realización conjunta del ritual y el mito, sino en el dejarse afectar por el material arquetípico dísponible en estas publicaciones.
Coritinuamente se reúnen grupos pequeños de personas que se ocupan de tales sueños arquetípicos, los cuentan, los amplían a travós de la imaginación y los plasman en crea- ciones, generando así un espacio común en el que estos sím- bolos cobran vida e influyen desde ahí a otras personas.°’
Si se asume que lo inconsciente colectivo es un incons- ciente que nos es común a todos, razón por la cual, por ejem- plo, todos tenemos también emociones análogas, entonces resulta comprensible que los sueños arquetípicos puedan conmover o llamar la atención de otras personas cuando se encuentran constelados los arquetipos o campos arquetípi- cos correspondientes. Ellos también regulan las emociones, pero más allá aún, nos hacen posible experimentar el senti- do de muchas cosas.
Los sueños arquetípicos contienen algo que va más allá de la experiencia cotidiana. Los reconocemos por la histo- ria de la cultura y están vinculados a emociones fuertes. Encierran un contenido «numinoso» y a menudo se perci- ben como espirituales. La mayoría de las veces nos llegan por intermediación de lo inconsciente personal, a través de los complejos, razón por la cual, en la interpretación de los sueños arquetípicos, se incluye también un nivel personal. Si uno interpreta los símbolos colectivos, tal y como nos han sido transmitidos por la historia del pensamiento y la cultura, es fácil que se dé un estrechamiento de la com- prensión.
Jung dice a este respecto: «Por eso en la práctica es reco- mendable tener en cuenta sobre todo cuál es el significado del símbolo relativo a la situación de la consciencia, es de- cir, tratar al símbolo como si no fuera fijo».2» Las interpre- taciones seguirán siendo creativas, mientras se amplíen es- tas imágenes arquetípicas en la imaginación aprovechando el aspecto dinámico que se palpa en ellas. Las conexiones que nos permiten comprender el sueño llegan aún más le- jos: lo importante no es solo la historia del individuo, sino también la historia de la cultura de la humanidad.
Como ejemplo podemos ver el sueño de una mujer de cuarenta y cinco años de edad, soñado en la noche siguiente a la muerte de su querida madre:
«En mi jardín eclosionaban cientos de pequeñas tortugas bajo los arbustos de grosellas. Se movían muy rápido, directas hacia mi parterre de hierbas. Yo estaba sorprendida, atónita, feliz, y ese pataleo tan rápido me parecía muy divertido, así que empecó a reírme y me desperté con una extraña carcajada».
La soñante afirmó: «Me desperté con mi risa, que no podía manejar, y entonces me reí aún más» porque esta- ba alucinada: estando tan sumamente triste me despierto viéndome y estando tan tocada por la muerte de mi madre, mi sueño me trae tantas tortuguitas.
Dado que los sueños arquetípicos están mediados por complejos personales, lo primero que hay que buscar son las asociaciones personales: «En realidad, el único contac- to que he tenido con tortugas ha sido en el sueño, en la vida de vigilia nunca. Me parecen como seres de otro mun- do. La mayor parte del tiempo lo importante es el capara- zón, que es una protección maravillosa. Así que el tema podría ser que, para mí, mi madre era también un poco como una armadura protectora contra la iniquidad de la vida. No utilicé nunca esa armadura, pero estaba conven- cida de que, mientras ella viniese, no me podría ocurrir nada malo».
La protección, la confianza en la vida, todavía se proyec- taba sobre la madre real, pero el sueño señala que la protección también puede llegar a la vida de la soñante desde otro lugar.
Incluso más que la protección, a la soñante le preocu- paban en este momento los temas de la fertilidad y el na- cimiento, así como la renovación. Este sueño venía vincu- lado al asombro y la alegría, y al despertar seguía viva la sensación de haber tenido un sueño pleno y enriquecedor. las tortugas salían del grosellero plantado por su madre, o tal vez incluso su abuela, y se dirigían al jardín de plantas aromáticas que había sembrado la propia soñante, al que la madre calificaba despectivamente de «desastre de par- terre».
Se produce aquí una transferencia: la corriente de lo nuevo se mueve hacia su propio jardín de aromáticas, es decir, hacia el lugar que ella misma había creado. Las aro- máticas son muy importantes para ella puesto que, tal y como afirma, solo con la hierba correcta es como la comida sabe bien, así que lo que le importa es realmente «la sazón correcta» de la vida. Pero las hierbas tienen, además, un significado mucho más amplio, pues las hierbas medicina- les podrían estar indicando que sus sentimientos de aban- dono y de soledad pueden sanarse de nuevo. Este puede ser también el sentido de una «cama» de hierbas en la que se podrá sentirse segura y a salvo.
En la rememoración del sueño la soñante vio cientos de tortuguitas más o menos del tamaño de una moneda de cinco francos cada una. «Hay mucho movimiento, un poco caótico, pero divertido. Las tortuguitas se movían con entu- siasmo y seguras de la dirección y se quedaron un rato en la jardinera de las hierbas. Yo me sentía consolada y devuelta a la vida».
Hasta aquí Ilegaron las conexiones del nivel personal. Pero ¿por qué tortugas? Después de todo, también podía haberse tratado de liebres jóvenes para evocar la fertilidad. Ciertamente, el tema del caparazón y,’ por lo tanto, de la protección hubiera quedado obviado entonces.
Si ahora se asume que el sueño contiene también un ni- vel arquetípico, entonces hay que buscar los cuentos o los mitos en los que las tortugas juegan un papel protagonista. Este proceso se llama amplificación: los símbolos del sueño se enriquecen a través de otros símbolos extraídos de la his- toria de la cultura.
Encontramos tortugas importantes en los mitos de la creación. Por ejemplo, existe un mito hindú de la creación°» en el que la Tierra está descansando y, de pronto, salen de la tierra cuatro tortugas que se convierten en el mundo en- tero. En otro mito similar soportan el peso de todo el mundo y, naturalmente, existen muchos otros mitos que incluyen tortugas, y la elección depende del grado en el que el tera- peuta se encuentre también influenciado por el mismo. En relación con la muerte, siempre están constelados los cam- pos arquetípicos de la muerte y la vida, y la experiencia de la muerte tiene que ver también con un mito de la creación: aunque exista la muerte, también se crea un mundo nuevo. Naturalmente, también se puede reflexionar sobre el porqué de tantas tortuguitas; ¿quizá constituyen un signo de indiferenciación? Sin embargo, de acuerdo con la zoolo- gía, también es posible interpretar de manera más práctica que, habiendo tantas tortugas jóvenes, al menos alguna sobrevivirá.
La soñante recordaba este sueño continuamente, se lo contaba a personas que acababan de sufrir una gran pérdida y también lo incluyó en diferentes relatos que escribió, dándole cada vez una interpretación algo diferente.
¿Qué es lo que nos aportó este sueño arquetípico? En primer lugar, se puede interpretar como una compensación del estado emocional: aunque la soñante está triste por la muerte de su madre, también es capaz de sentir alegría. Cierto es que hay muerte, pero también hay nacimiento. El sueño reconcilia en cierta medida a la soñante con la natu- raleza, de que la muerte es parte invariablemente.
Pero este sueño planteaba a la soñante cada vez con más claridad el hecho de que la muerte de su madre también estimuló un nuevo comienzo dentro de ella, puesto que, por un lado, se dio cuenta de hasta qué punto estaba determi- nada por su madre -más por la imagen de la madre que por la madre real- y de que dependía de ella.
La pregunta «¿Realmente esto tiene que ver con mi par- terre de hierbas?» era una cuestión importante cuando se trataba de relaciones, de la libertad, de nuevas ideas. ¿Real- mente desea algo, o lo hace solamente porque siempre lo ha hecho de esa manera, tal vez incluso, porque lo aprendió de su madre? Su proceso de individuación se hizo importante para ella y, por otro lado, tenía más energía creativa que antes de la muerte de la madre.
Por un lado, un motivo arquetípico nos conecta con nues- tra biografía porque los motivos arquetípicos se manifies- tan en la consciencia a través de los complejos, pero, por otro lado, nos conectan con la historia cultural de la huma- nidad y probablemente también con la herencia de nues- tra estirpe. Cuando los sueños despiertan memorias, estas pueden proceder de la nuestra personal, pero también de la memoria de la humanidad.
Los sueños que contienen motivos arquetípicos son emo- cionalmente significativos: aterradores o portadores de dicha y por eso los recordamos incluso después de muchos años. Se trata de sueños que no son importantes solo para la persona que los tiene, sino que también pueden ayudar a las personas que atraviesan una situación similar; estos temas arquetípicos nos interpelan a todos, nuestra propia vida se integra en un contexto más amplio y nuestro desti- no personal cobra sentido.